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Siempre he tenido un estómago débil

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Siempre he tenido un estómago débil.
Todo me provoca mareos. Una rodilla despellejada, accidentes de tránsito, películas de asesinos, incluso un bistec rosado me marea. Entonces cuando me corto un dedo con un cuchillo dentado y la sangre se acumula en la superficie, me pongo blanco como un papel.

Taeyang se inclina sobre la mesa agarrando mi mano y examinando la herida.

—¡Qué bien, Wonnie! —me lanza una sonrisa comprensiva, y luego envuelve mi dedo en una servilleta-. ¿Estás bien?

—No te preocupes, sólo estoy entrando en pánico por dentro —gruño intentando contener las náuseas.

El hermoso rostro que me sonríe calma mi creciente ansiedad mientras exhalo un suspiro. Sus ojos color ámbar bailan a través de mi rostro, evaluándome con cariño bañándome con una cálida sonrisa. Como una tarta de melocotón.

Comparé a Taeyang con la tarta de melocotón la noche que nos conocimos. Estaba demasiado borracho con Schnapps con sabor a melocotón, por coincidencia y pensé que tenía los ojos más dulces y cálidos que jamás había visto. Como tarta de melocotón.

Taeyang de alguna manera se dejó llevar por mis balbuceos intoxicados, mis palabras arrastradas, y la extraña correlación con el postre, y aunque esa noche terminé vomitando en su ropa, pidió mi mano en matrimonio un año después.

Eso fue hace siete años, y hoy celebramos nuestro quinto aniversario de bodas.

Con tarta de melocotón, por supuesto.

Con un suspiro tembloroso, desenvuelvo mi dedo concentrándome en la pequeña herida mientras frunzo los labios.

—Es mortal —decido.

—Claramente. La infección ya se está propagando.

—Solo un beso puede salvarme de una muerte lenta y dolorosa.

Taeyang chasquea la lengua.

—Has estado viendo demasiadas películas de Disney —me reprende—. Solo puedes ser salvado por una máquina sexual altamente capacitada, dispuesta a follarte con su arma ultracurativa.

El consiguiente movimiento de cejas de mi marido me hace reprimir un gemido que hubiera sido escandaloso. Pero jadeo por su audacia.

—¿Dónde en la Tierra encontraré a un salvador tan noble en un lugar como este? —Echando un vistazo alrededor del restaurante en busca de efecto, miro a nuestro mesero—. Lucas fue muy eficiente al proporcionarnos comida. Debe ser muy hábil en otras áreas.

—Falso. Atrapé a Lucas coqueteando con un chico en el autobús. Él no es el indicado
—evalúa Taeyang, luego suspira con ub aire demasiado dramático—. Sin embargo...

Me enderezo en mi asiento, intrigado.

—¿Si?

—Hay alguien dispuesto a realizar esa angustiosa tarea. Y es ridiculamente guapo.

Under Your SkinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora