Tenía mi futuro planeado.
Un cuento de hadas.
Entonces, en mi quinto aniversario de boda, mis sueños se hacen añicos. Mi marido me es cruelmente arrancado, dejando atrás mi corazón roto.
Pero también deja otro corazón...
El suyo.
𝘿𝙚𝙨𝙘𝙡𝙖𝙞𝙢𝙚�...
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Cuando me despierto a la mañana siguiente, no tengo ni idea de qué diablos está pasando. Me levanto en la cama, momentáneamente atrapado entre una especie de país de los sueños, la fantasía y la absurda realidad.
¿Qué hora es?
¿Trabajo hoy?
¿Me follé a HyungWon contra un cobertizo anoche?
Mi pene se contrae en mis bóxers, como si respondiera, maldita sea, sí, lo hiciste.
Dios.
Fui ahí con toda la intención de revelar mi alter ego, Hoho, pero no pude hacerlo. Me atraganté y no pude escupir las malditas palabras. ¿Por qué?
No lo sé.
Quizás porque soy un cobarde.
Quizás porque todo cambiaría.
Tal vez porque HyungWon me quiere en este momento, y en el momento en que descubra quién soy realmente... ya no se tratará de mí.
Será sobre él.
Él y su maldito corazón.
No tengo ni idea de por qué eso importa, por qué algo tan empalagoso y sentimental realmente me importaría, pero no puedo evitar sentirme asfixiado por la comprensión de que no quiero perderlo.
Y yo... lo perdería.
Entonces, aparentemente, el siguiente paso lógico era follármelo tontamente en su patio trasero para asegurarme de que nunca cavaré mi camino fuera de este agujero gigante e interminable de locura y mierda que adormecen la mente.
Es un plan sólido.
Absolutamente magistral.
Frotándome la cara con la palma de la mano, suelto un suspiro de frustración, alcanzando ciegamente mi teléfono para comprobar la hora y medir el control de daños.
Mierda.
Ya son más de las diez de la mañana, y tengo más proyectos de casas que me dio la sedienta madre de Binnie, así que tengo que ponerme en marcha, pero un mensaje de texto de HyungWon enviado hace una hora me roba la motivación. Trago un bulto duro mientras lo abro.
HyungWon:Me dejaste ahí.
Mi corazón tartamudea.
Maldito infierno.
¿No se suponía que debía hacerlo?
¿Se suponía que íbamos a abrazarnos y a acostarnos como cuchara? ¿Hablar de mierda? No lo sé.
Me rasco la barbilla, completamente abrumado por no saber qué diablos estoy haciendo. Este es un territorio nuevo para mí, todo. El sexo, las falsas pretensiones, los sentimientos. También es nuevo para él, porque ahora que sé que HyungWon es Melocotón, tengo más información sobre su vida.
