Las luces se apagan y mi sangre se enfría.
―¿HyungWon? ―Solo puedo distinguir su silueta en sombras mientras encuentra su camino de regreso al sofá, deslizándose a través del manto de oscuridad que ha llenado el espacio. La luna de la ventana abierta detrás suyo proporciona una luz de fondo pura mientras se acerca más.
HyungWon vacila por un momento cuando llega a mis piernas separadas, mi cinturón todavía está suelto alrededor de mi cintura, con el botón desabrochado. Por un momento creo que se va a acomodar a mi lado, pero en su lugar se sienta a horcajadas sobre mí. Sus rodillas suben a ambos lados de mí, enjauladas en mis muslos, su camisa sube por sus caderas invitando a mis manos a agarrar su cintura, empujándolo más hacia mi regazo.
―¿Qué estás haciendo?
HyungWon se inclina y me da un delicado beso en la frente. Sus dedos rozan la línea de mi mandíbula hasta que acuna mi cara en sus palmas como si yo significara algo para él.
―La oscuridad es la mejor guardiana de secretos. Las cosas que decimos en la oscuridad nunca tienen que salir de ahí.
Me siento derritiéndome, licuándome en sus manos, con mis frágiles capas exteriores descascaradas y astilladas. Su toque es tranquilizador, y sentirlo presionado contra mí, con su respiración recorriendo mi labio superior, hace que envuelva mis brazos alrededor de su cintura y libere un suspiro.
Él me dijo que siguiera mis instintos, pero mis instintos siempre me han instado a acechar en las sombras y construir muros inastillables. La vulnerabilidad es veneno. Las emociones son tóxicas. El volverse blando es una solicitud de dolor y decepción.
Mis instintos ni una sola vez me han exigido un ajuste de cuentas por los demonios que he mantenido enterrados durante tanto tiempo. Nunca me han animado a exorcizarlos, a encontrar consuelo y curación en otro ser humano.
Pero HyungWon encontró una manera de entrar. De alguna manera me rompió, y todo lo que quiero hacer es erradicar cada pequeña cosa que ha ensuciado mis venas durante casi tres décadas. Cada palabra cruel y cada paliza. Cada cigarrillo quemado. Cada insulto, cada bofetón, cada picadura de abeja y cada corte de papel.
Cada segundo pasado en ese maldito armario deseando la muerte.
HyungWon pone ambos pulgares sobre mis pómulos, con su rostro a solo unos centímetros del mío. Sus muslos me agarran, su cabello se extiende sobre sus mejillas como una cortina adicional.
―No te forzaré, Hoseok... está bien si no estás listo ―exhala suavemente, sus palabras solo se suman a mi deseo de derramar mis entrañas―. Pero si lo estás, te estoy escuchando.
―Yo quiero, yo solo... ―Trago, mis ojos se cierran―. Mierda, ni siquiera sabría por dónde empezar.
Desliza sus manos por mi cara hasta que descansan sobre mis hombros.
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Under Your Skin
FanficTenía mi futuro planeado. Un cuento de hadas. Entonces, en mi quinto aniversario de boda, mis sueños se hacen añicos. Mi marido me es cruelmente arrancado, dejando atrás mi corazón roto. Pero también deja otro corazón... El suyo. 𝘿𝙚𝙨𝙘𝙡𝙖𝙞𝙢𝙚�...