⚠️Mención de suicidio⚠️Jugueteo con el vendaje envolviendo mi muñeca, tirando del adhesivo pegajoso. Han pasado dos semanas desde mi roce con el fondo, y aunque la herida se ha estado curando adecuadamente, la evidencia de mi crimen sigue siendo evidente.
Una marca horripilante e irregular de mi dolor.
Mis fantasmas ahora son corporales, grabados en mi piel, visibles a simple vista. Ya no puedo esconderlos.
Y no tengo que esconderlos aquí, en esta habitación blanca, con rostros que no son familiares, pero tan afines. Compañeros en el dolor. Mis ojos flotan alrededor del círculo, inventando historias para cada alma atribulada. Pérdida, rupturas, dolencias mentales, muerte. Sus sagas están escritas en sus rostros, garabateadas en sus finas líneas y sombras.
Brillando en sus ojos hundidos.
Los ojos son siempre la meca del dolor.
Excepto... es diferente con él, el extraño oscuro con cuentos ocultos que parece que no puedo leer. Es ilegible. No usa su dolor como los demás y eso me fascina de alguna manera. Quiero saber cómo lo hizo, dónde estudió, qué herramientas usó para perfeccionar tal cosa.
Hoseok. Creo que ese era su nombre.
No puedo evitar mirarlo, sorprendido de verlo en el mismo asiento, a una silla más allá, después de su dramática salida la semana anterior.
Claramente no encuentra cura entre estas cuatro paredes, entonces, ¿qué lo hace volver?
Las gotas de lluvia se aferran a su cabello negro como la tinta, una se vuelve rebelde y se desliza por el costado de su cuello pálido, un testimonio de la tormenta que se desata afuera de la ventana alta, la lluvia cae sobre el techo sobre nuestras cabezas. Me enfoco en esa gota solitaria mientras hace un viaje lánguido hacia el cuello de su camiseta, colapsando en la nada, como si nunca hubiera existido.
Mientras estoy distraído, envidioso de una gota de lluvia, el misterioso hombre mira hacia arriba, sintiendo mi atención fija en él. Sus ojos de marrones y profundos me evalúan en un lento tirón desde mis desgastadas tenis hasta mi mirada curiosa, casi violenta en su escrutinio.
Si me está desnudando, no es mi ropa la que me está quitando. Es todo lo demás.
Un nudo duro me aprieta la garganta, y me aparto bruscamente hasta que mi mirada se centra en la pared estéril frente a mí. Un lienzo más seguro. Un respiro.
Pero todavía siento su lectura pinchando mi piel, haciéndome sentir picazón y nerviosismo. Él está cavando y cavando, ahuecando, sacando todas mis piezas enterradas a la superficie. Es una excavadora humana.
Mordiéndome el labio inferior, no puedo evitar mirarlo de nuevo, una fuerza invisible que nos vuelve a juntar los ojos. Todavía está mirando.
Todavía hurgando en mi cementerio.
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Under Your Skin
Fiksi PenggemarTenía mi futuro planeado. Un cuento de hadas. Entonces, en mi quinto aniversario de boda, mis sueños se hacen añicos. Mi marido me es cruelmente arrancado, dejando atrás mi corazón roto. Pero también deja otro corazón... El suyo. 𝘿𝙚𝙨𝙘𝙡𝙖𝙞𝙢𝙚�...