Prólogo "Odio a Primera Vista"

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Colima, Colima.
Año 2007.

8 años.

— Mamá, la casa no me gusta, es fría y siento que alguien de pronto saldrá de mi armario para asustarme. — hablo aquella niña de cabello azabache, ella y su madre acababan de llegar a una nueva ciudad debido al trabajo de la mujer.

Toda la situación resultaba ser un poco difícil para la madre de Lisa, ya que era madre soltera y además se preocupaba por qué la niña pasará demasiado tiempo sola, aunque era muy bueno que por fin tuviera un trabajo seguro como enfermera, aún le angustiaba su pequeña.

— Mi niña — se acercó a ella y se agachó para quedar a una altura aproximada a su hija, esbozó una sonrisa tranquilizadora. — Nadie saldrá a asustarte, la casa es segura, claro es muy grande y por eso es fría, pero no encontraras nada más seguro que tú hogar.

Lisa soltó un suspiro y asintió, miro a los ojos a su madre y le regaló una bonita sonrisa remarcando los oyuelos de la niña, esos que hacían que su rostro se viera demasiado angelical.

— De acuerdo mamá, ¿Puedes venir conmigo a mi habitación por un rato?...

— Bien, pero solo un rato, tengo que alistar todo para mañana llevarte a la escuela y también planchar mi bata para mañana el hospital, por cierto ¿No estás emocionada? — cuestionó la mujer mientras tomaba de la mano a Lisa, inmediatamente la azabache nego con la cabeza. — ¿Por qué? — pregunto asombrada la señora subiendo ligeramente las cejas.

— Extrañare a Diego... Él es mi mejor amigo.

— Bueno, su mamá dijo que para el cumpleaños de Diego lo traeria a visitarnos, para festejar juntos. ¿No te pone feliz eso? Falta muy poco.

A pesar de que faltaba un mes para el cumpleaños de Diego, a Lisa eso se le hacía una eternidad, para ella Diego era como su hermano, lo quería mucho, aunque él se la pasará jugando videojuegos de fútbol junto con su hermano Mauro últimamente.

— Bueno, a esperar entonces.

Después de aquella conversación con su madre, ambas subieron a la habitación de Lisa, dónde vieron la televisión un rato, y pronto se fueron a dormir.

Al día siguiente.

— Vamos hija, date prisa, tendré que ir a dejarte más temprano a la escuela, si no llegaré tarde a mi trabajo. — la niña ya estaba lista, su madre le había peinado de dos colas con listones azules, del mismo color que su uniforme

— Ya voy — levanto su plato donde estaba comiendo cereal, lo puso en el fregadero, corrió al baño a lavarse los dientes rápidamente, salió tomo su mochila y se la puso en la espalda — ¡Lista! — la niña le sonrió a su madre, aquella sonrisa le encantaba a su mamá, sus ojos se achinaban y sus oyuelos hacían acto de presencia, a todas las personas que Lisa conocía les gustaba su sonrisa, inclusive a su mejor amigo Diego.

— Bien andando.

— Mamá, ¿Irás a recogerme a la escuela?

— Si hija, no te preocupes por eso, pediré permiso para salir un rato pero deberás quedarte sola unas horas, ya que regresaré a trabajar, necesito encontrar a alguien que te cuide por las tardes... Me angustia dejarte sola.

— No te preocupes mamá, puedo cuidarme sola, además dijiste que ningun lugar es más seguro que nuestro hogar.

Durante el camino a la escuela a Lisa comenzó a darle emoción ¿Cómo serían sus compañeros?, ¿Su salón tendría butacas compartidas o individuales?... ¿La escuela sería grande o pequeña? Y sobre todo ¿Cómo sería su maestra? ... Esperaba que ella fuera alguien agradable, algo así como la maestra Miel de Matilda, no podía negar que extrañaria a su maestra Katie de su antigua escuela en Villahermosa, pero quizás Diego podría mandarle saludos, aunque claro esos no serían diarios pues Diego iba un año menos que ella, le hacía gracia que su amigo siempre se quejara de su maestra, pero a la vez la alabara, decía que era la chica más hermosa que había visto a pesar de que le desagradaba que le dejara demasiada tarea los fines de semana.

Aquel recuerdo hizo que soltará una pequeña risa, su madre aparcó frente a una escuela, los colores eran peculiares, rojo con azul, el azul era muy parecido al de su uniforme, la escuela ya estaba abierta y muy pocos niños entrando por la puerta mientras se despedían de sus padres con un ademán.

— Listo linda, llegamos, está es tu nueva escuela — a Lisa se le iluminaron los ojos, era una escuela enorme, mucho más grande que la antigua, seguro que si le contaba a Diego lo bonita que era su escuela este no dudaría en querer conocerla.

— ¡Woow! ¡Me encanta! Creo que tiene un jardín, por qué desde aquí puedo ver los árboles sobresalir — hablo felizmente.

— Seguro, venga vamos —la pequeña se quitó el cinturón de seguridad y abrió la puerta para bajarse junto con su mamá.

Una vez que llegaron a la entrada, se despidieron con un beso y enseguida Lisa entro, durante el trayecto se encontró con la intendente a quien le pregunto dónde se encontraba el salón de 3 "B" la señora con una sonrisa le indico dónde.

Cuando Lisa llego a su salón, se dió cuenta que ahí ya estaba su maestra.

— Buenos días... — hablo tímidamente.

— ¿Hola? — pregunto la maestra girando a verla con el ceño levemente fruncido.

— ¿Este es el salón de 3 "B"? — si bien era cierto que ya había preguntado dónde estaba el salón, pero quería asegurarse antes de dar un paso más.

— Si así es — respondió la maestra con una sonrisa — Debes ser la nueva alumna transferida — busco su lista de asistencia y con su dedo recorrió la hoja buscando el nombre de Lisa. — Lisa Alejandra Reyes Rivera. 

— Si

— Bienvenida Lisa o ¿Cómo te gusta que te digan Lisa o Alejandra? — justo como se lo había imaginado, la maestra era agradable y además era bonita.

— Lisa — respondió.

— Ok Lisa, toma asiento aquí — señaló la banca frente al escritorio, eran bancas compartídas. — Soy la maestra Elina, seré tu maestra de este curso ... Llegaste muy temprano.

— Mamá tuvo que ir a trabajar y si no me venía a dejar temprano me perdería de mi primer día de clases

— Ya veo... ¿De dónde vienes?

— Villahermosa, Tabasco.

— Vaya... Está lejos, espero que te guste mucho Colima.

— Si, es bonito — respondió tímidamente.

Los demás niños comenzaron a llegar, todos se le quedaban viendo a Lisa de forma extraña, era típico, que de pronto una niña nueva llegará a la escuela asombraba a los niños. Unos minutos antes de que tocaran el timbre llegó un pequeño pelinegro con cara de malhumorado, llevaba el ceño fruncido y la boca en una fina línea, al parecer se había despertado con el pie izquierdo, se aproximo a su lugar  que era sin duda alguna en la misma banca que Lisa, este la miro con molestia y seguido este miro a la maestra.

— Hola Kevin, buenos días — saludo la maestra — Ella es Lisa y será tu nueva compañera y compartirán pupitre.

Lisa le regaló una sonrisa amable, esto hizo que el niño dejara de fruncír el ceño y la mirara asombrosado y abriera ligeramente la boca, a Lisa le causó gracia aquello y soltó una pequeña risa la cual hizo que el niño volviera a poner su cara de poker.

— Hola Kevin — saludó amablemente.

Este no respondió y se sentó, al poco rato el timbre sonó, todos los niños tomaron asiento en sus respectivos lugares, la maestra comenzó dando la bienvenida y presento a Lisa con todos, y así dió inicio la jornada escolar.

Kevin ignoro a su nueva compañera de pupitre durante todo el día, mientras ella se preguntaba ¿Que habia hecho mal para que él hiciera aquello?

Mi Primer Error Favorito |Kevin Álvarez| [FINALIZADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora