Año 2008
9 años.
La maestra había organizado una "Lunada" en la escuela, la mayoría de los niños habian obtenido el permiso de sus papás para quedarse a dormir en la escuela, el día sábado para domingo.
Lisa había rogado para que su madre la dejara y después de rogar lo suficiente el permiso le fue concedido para la desgracia de Lisa y para la buena suerte de Kevin a él si le habían dejado desde el principio.
Así que se encontraba en la escuela, vestido con un pans color azul rey, mientras ayudaba a la maestra a poner colchonetas en el salón donde se iban a quedar, él había sido el primero en llegar, ya que quería escoger el mejor lugar para estar con sus amigos durante la noche, aunque aquello no le duró tanto pues llegó Lisa con bolsas de bombones para quemarlos en la fogata que harían junto con su maestra en el patio de la escuela.
El director también se encontraba ahí para ayudar en cualquier cosa que se necesitará. Cuando Kevin vio llegar a Lisa un remolino de emociones se hicieron presentes, unas eran de molestia y otras todo lo contrario, sentía algo extraño en el estómago mientras la veía acercarse vestida con un pans color verde, y con su cabello recogido en un moño desordenado, al ver a la niña peinada de esa manera a Kevin le dió ternura, pero no iba a aceptarlo, continuaba con la idea de que las niñas eran repugnantes.
— ¡Hola Lisa, que bueno que llegas! — al escuchar que la maestra dijo eso Kevin puso los ojos en blanco sin que ella se diera cuenta.
— Buenas tardes — saludo la niña y esbozó una sonrisa.
— ¿Puedes llevar la leña que traje al patio? — pregunto la maestra, Lisa asintió — Kevin por favor acompaña a tu compañera y comiencen a acomodarla para la fogata.
— Si maestra — hablo el niño sin rechistar, pues no quería más problemas con su mamá, si la maestra le decía que no obedecía, seguro lo castigaría cómo era su costumbre, y ahora que había logrado inscribirse en uno de los equipos de fútbol del municipio no iba a arriesgarse a que su mamá le prohibiera ir.
— ¡Gracias niños!
Lisa ni siquiera miro a Kevin, y tomó uno de los costales y comenzó a jarlarlo para sacarlo del salón y llevarlo al patio, Kevin saco otro y fue detrás de ella.
— ¡Oye chupitos! — grito el niños una vez que estuvieron lejos del salón donde estaba su maestra — De verdad estaba muy felíz antes de que llegarás, en serio ¿Para que vienes? Todos estamos mejor sin ti.
— No te pregunté — respondió Lisa sin girar a verlo.
— Cómo sea, tendremos que fingir que toleramos a la más fea de la escuela — Kevin suspiro, ahora el único sonido que se escuchaba eran los costales arrastrándose, hasta que unos segundos después Kevin volvió a hablar — ¿Sabías que en esta escuela espantan?
— No te creo.
— No lo hagas, luego no digas que no te lo mencioné.
El silencio volvió a reinar, Lisa comenzó a sentír curiosidad respecto a lo que su enemigo había dicho, así que esperó hasta estar en el patio para preguntarle cómo era que espantaban. Cuando llegaron Lisa vacío el costal sobre el suelo y se inclinó para comenzar a acomodar los pedazos de leña.
— Y dime ¿Por qué dices que espantan? — Kevin esbozó una sonrisa cuando escucho esa pregunta.
— Sabía que lo chismoso no se te quitaría nunca. — Lisa levantó la mirada y lo fulmino.
— Bien, no me interesa.
— ¡Bueno ya, te contaré! — el pelinegro vacío el otro costal sacando un poco de polvo haciendo toser a Lisa. — ¿Ves que junto hay una iglesia? — Kevin señalo el campanario que daba hacia la escuela.
— Si.
— Bueno, nuestra escuela antes era propiedad de aquella iglesia hace mucho tiempo — aunque esa parte si era verdad — Por lo tanto aún conservamos ciertas cosillas que nos permiten estar conectados a ese campanario, mira ven — Kevin se levantó y le hizo señas a Lisa para que se levantara.
— Si sales con tus payasadas te voy a acusar, y está vez con el director — comentó Lisa.
— Eres una nena, no va pasar nada, solo te voy a mostrar algo, seguro ya lo viste has estado un año aquí... Pero bueno, igual eres bien tonta, no me sorprendería que no le hayas prestado atención.
— Eres un ridículo, Álvarez.
— Y tú una cara de perro.
— Cara de mosca aplastada.
— Cara de culo de gallina.
— Asno.
— Bigotona.
— ¡Te odio! — grito Lisa tapándose la boca, Kevin comenzó a reír.
— ¡San bigotes! — se burló aún más y se echo a reír.
— ¡Suficiente ya no quiero escucharte!
Lisa comenzó a caminar en dirección a dónde estaba la leña, pero Kevin la detuvo poniendo su mano sobre el hombro de la niña.
— Ya, Lisa, por el momento dejare de burlarme de tu bigote, déjame mostrarte la entrada al campanario.
Lisa giro a verlo... Los ojos de ese niño eran realmente bonitos para ella, odiaba que alguien como él los tuviera, soltó un suspiro y asintió, aunque ella jamás se habia dando cuenta que tenía bigote... Tendría que ser más observadora con ella misma, o quizás solo Kevin quería molestarla.
— Vuelves a decir algo como eso, y te arrepentiras.
Kevin esbozó una enorme sonrisa y comenzó a caminar en dirección al campanario, al llegar había una pequeña puerta, la cual estaba cerrada con cadenas y candados, pero aún así esa puerta tenía barrotes, dando un vista perfecta hacia el interior.
— ¿La habías visto?
— Nunca vengo hasta acá, la vi alguna vez la escuela es bastante grande. — respondió Lisa asomadose, todo el interior tenía telarañas, y había unas escaleras que te llevaban hasta el campanario. — Bueno, ya ví esto ¿Que tiene que ver con que espanten?
El pelinegro esbozó una sonrisa traviesa.
— Hay una leyenda, se dice que antes de que esto fuera una escuela, una mujer se aventó del campanario, subió justo por aquí — señaló la puerta — y se mató... Y ahora esa mujer se aparece en los pasillos de la escuela.
— ¡Ja! Solo quieres asustarme, no te creo nada.
— Mmm no me creas, luego no digas que no te lo advertí — Lisa volteo nuevamente a ver aquella entrada, si que se veía tétrica.
— ¡BUUUU! — grito Kevin, espantando a Lisa.
— ¡Aaaaahh! — Lisa se cubrió la cara y Kevin se comenzó a carcajear. — ¡Ay eres un tonto, me caes mal!
— Hubieras visto tú cara — Kevin imitó la cara de Lisa y está se puso roja de coraje.
— Me voy.
Lisa volvió a dónde estaba la leña, y detrás de ella Kevin.
— Bueno San Bigotes, ya sabes, está noche asegúrate de cubrirte bien los pies, no vaya a ser que te los jalen. — Kevin le enseñó la lengua y comenzó a ayudar a acomodar la leña — y ni siquiera tu admirador secreto podrá salvarte. — susurro con burla, pero Lisa logro escucharlo.
— De verdad deseo que te lleven a ti y que te desaparezcan del planeta.
— ¡Ja! Sigue soñando, puedo decirte que un día me verás hasta en la sopa.
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Hola muy buenas noches. Gracias por sus votos y los comentarios que me han hecho, me alegra mucho que les esté gustando la historia, trataré de actualizar muy seguido, por ahora estoy actualizando diariamente durante la noche.
Si te está gustando la historia por favor déjame un voto o un comentario ✨
Espero te quedes hasta el final. Un beso a todas y excelente noche de Lunes.
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Mi Primer Error Favorito |Kevin Álvarez| [FINALIZADA]
Fanfic"El problema es que, jamás pude odiarte" La infancia es la etapa más bella de la vida de un humano... O eso es lo que muchos creen. Para Lisa Reyes fue sumamente difícil, lidiar con sus compañeros de clase y sobre todo con ese pequeño pelinegro que...