🦋Viñeta: 1/10🦋

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Eran las 3:35 de la madrugada, ambos estaban sentados en las sillas de la oficina de la estación

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Eran las 3:35 de la madrugada, ambos estaban sentados en las sillas de la oficina de la estación. Investigando, sacando información y pegándola en el pizarrón que tenía especialmente para colocar los datos de mayor relevancia del caso. Tus ojos pesaban por la falta de sueño, dejaste los documentos que estabas sosteniendo en la mesa, mientras te estirabas escuchando como tu espalda y tu cuello tronaban por la cantidad de horas que habías estado en la misma posición sin descanso.

Escuchaste a tus espaldas el largo suspiro de cansancio que tenía tu compañero. También harto de estar trabajando entre las horas que debería usar para dormir.

Voy a tomarme un descanso, ¿Quieres acompañarme por café?— caminó hacia la puerta que daba para la cocina, sus ojos con esas notables ojeras me miraban como si estuvieran diciendo que entendían lo que sentía en estos momentos. 

Sin ganas de contestarle con palabras solo asentí con la cabeza acompañándolo a la cocina. 

Pusimos una olla con agua hirviendo en la estufa, el sacaba las tazas mientras yo sacaba el café instantáneo y la azúcar.

El proceso sería mucho más simple si alguno de los idiotas de la oficina no hubiera roto la cafetera. 

Esta es mi tercera taza de café en lo que va la noche, si seguimos así a la quinta voy a empezar a llorar.— Mi comentario provocó una leve sonrisa en el pelinegro a mi lado. 

Yo estoy empezando a tener alucinaciones, casi puedo escuchar voces—  Me siguió el juego mientras sacaba el agua del fuego con cuidado. 

Eché el agua en ambas tazas junto al café, al mío le agregué algo de vainilla y tres de azúcar. Al de él no le heché azúcar, pero le puse canela. Habiamos preparado café tantas veces que nos aprendimos los gustos del otro. 

Se lo dí recibiendo un agradecimiento de su parte, ambos nos fuimos a la terraza de la oficina para despejarnos. Al salir sentí el frío erizarme. todo estaba tan callado las luces de las calles eran lo único que tenía luz, todos dormían tan felices mientras yo estaba ahogando mis penas en café. 

Tengo entendido que te darán vacaciones la otra semana ¿No?— me preguntó intentando hacerme conversación, le di un trago a mi café y fruncí mis cejas cansada de hablar sobre nuestro trabajo.

No hablemos del trabajo por estos minutos de paz, te lo suplico— Tachibana nuevamente asintió comprendiéndome.

—  Cuando era niña, me encantaba la idea de ser policía— Dije recordando aquellas epocas donde solía jugar con mis hermanos a policias y ladrones. — Ahora solo quiero irme a mi casa y dormir lo que resta de mi existencia—

— Cuando yo era niño, era fánatico de las revistas, más las que hablaban de extraterrestres y todas esas cosas de ciencia ficción— Lo miré sorprendida casi incrédula de lo que me decía.

oňє sһօţs, ɦɛaɖċaռռօռs, tʏքɛs,ɨʍaɢɨռas, ʐօɖɨaċ sɨռɢ: Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora