Capitulo 5 Dia de piscina

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Al día siguiente me levante tarde y solo me levante porque Sury no paraba de llamar a la puerta, cosa que solo me irrito, así que Salí de la cama a regañadientes sin preocuparme por peinarme, ni cambiarme, solo abrí la puerta con una enorme playera y bragas: grabe error, porque justo al abrir me encontré a mi compañera de piso pero detrás de él estaba nadie más y nadie menos que mi némesis.

— Debes estar bromeando — gruño volviendo a cerrar la puerta de golpe, pero justo ahora estoy tan adormilada que se me paso por alto ponerle seguro, por consecuencia Andrew la volvió a abrir para entrar sin mi permiso. — lárgate — demando tallándome los ojos.

— No — dice con firmeza y se cruza de brazos con una bolsa café en su mano — Vendrás conmigo. — asegura haciéndome soltar una carcajada amarga.

— Es muy temprano Andrew, no quiero lidiar con tus mierdas tan temprano — advierto volviendo a caer sobre la cama.

— Lindo tatuaje — dice ladeando la cabeza hacia izquierda para poder ver mejor el tatuaje que tengo en el muslo. <<mierda>> olvide por un segundo que estoy en bragas.

— ¡Largo! — le lanzo una almohada, pero la esquiva.

— No — se mantiene firme y me lanza la bolsa que trae — ponte esto y sal. — demanda antes de salir. — hablo enserio, Katherine — dice con severidad— o tendré que sacarte a la fuerza. — amenaza y suelto un resoplido <<Atrévete a intentarlo>>. — tienes diez minutos. — se va. Hundo la cara en la almohada que me queda y suelto un gruñido. <<Ya mátenme>>.
Sé que si no salgo el muy cabron si se va a atrever a sacarme a la fuerza de la cama y no quiero meterme en problemas, lo prometí y lo voy a cumplir. Darle una paliza a un Morgan sería un gran problema que cargar, así que me levanto de la cama y tomo la bolsa para sacar lo que trajo y....

— ¡Estás loco si crees que voy a ponerme esto! — le grito

— ¡Siete minutos Katherine! — me grita desde la sala. Resoplo y cierro la puerta esta vez con seguro, me deshago de la ropa que llevo, incluyendo la interior para ponerme el bikini azul marino que venía en la bolsa. Busco unos shorts de mezclilla y me lo pongo encima, tomo una playera de tirantes blanca y me la pongo para después rebuscar mi kimono de encaje largo en color negro que estoy segura que traje, pero no lo encuentro y...— ¡Katherine! — llama al puerta.

— ¡Lárgate! — ataco y continuo mi búsqueda hasta que al fin lo encuentro. Me lo pongo encima, tomo mi bolso y guardo mi teléfono y mis llaves. Me pongo mis sandalias y me suelto el cabello. Anoche me propuse usar el tiempo que este idiota insista en pasar conmigo solo para encontrar la manera de joderlo y eso haré.
Una vez lista, abro la puerta antes de que el muy imbécil la tire a golpes. Salgo por un costado y camino hacia la cocina para tomar una botella de agua sin dirigirle la palabra. Bebo un poco sin mirarlo pero claramente el me observa, siento sus ojos como dos malditos taladros en mi nuca.

— Eres una rompe bolas — espeta — ¿sabías eso?

— Si soy una rompe bolsa, ¿Qué mierda haces aquí? — lo miro mal

— Porque eso es exactamente lo que quieres — se cruza de brazos — y no te lo voy a poner fácil.

— Púdrete Andrew Morgan — le muestro el dedo de en medio y camino hacia la puerta, pero me detengo en el umbral para mirarlo con aburrimiento. — ¿Nos vamos o te vas a quedar ahí como idiota? — pregunto obligando a que se mueva y salga junto a mí. Subimos al elevador y justo cuando las puertas se están por cerrar, dos chicas entran y saludan a Andrew como colegialas hormonales haciéndome rodar los ojos. Tomo otro sorbo de la botella de agua que me traje y...

— Déjame ayudarte con tu bolso, cariño — suelta de repente el muy engendro provocando que escupa el agua que acabo de verter a mi boca. <<¿El dijo que?>>.

Cariño, esto es guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora