La siguiente semana Andrew se encargó de cumplir su palabra de hacerme miserable todos los días llevándome a las clases y trayéndome de vuelva a mi departamento, Lena por otro lado, como me esperaba no tuvo ningún castigo por haberme dado una bofetada en plena cafetería, cosa que por ahora me tiene sin cuidado, ya tendré mi oportunidad de vengarme de ella por eso pero fuera de las reglas de la universidad; como el Red por ejemplo, porque lo que sucede ahí, ahí se queda.
Podré ser impulsiva como la mayoría de mis hermanos, pero si algo aprendí de Knox, es a saber cuándo callar, observar y analizar para poder dar un maldito golpe de gracia. El fin de semana no salí del departamento por tener que hacer algunos trabajos, Andrew intentó llevarme a la fuerza al Red, pero al final se tuvo que marchar hecho una furia porque no pudo hacerme mover un pie fuera del edificio.
Hoy es jueves y como ya es costumbre; Andrew me ha traído a las instalaciones del Royal, han pasado casi tres semanas desde que llegué aquí y no ha habido día en que no me sienta miserable, para la hora del almuerzo fui a la cafetería con los chicos, la mañana estaba transcurriendo normal y aburrida para mi sorpresa, pero eso cambió cuando las clases terminaron... ¿Qué porque?... bueno, por causa de un individuo de cabello negro, chaqueta de cuero, pantalones rasgados, musculoso, aires de dios griego y una maravillosa Harley en color negro cromado con acabados en dorado y asiento de cuero. No lo había visto antes de eso estoy segura porque de lo contrario lo reconocería... ¡Diablos que si lo reconocería!, es tan perfecto que... que trasero.
— ¡Hey! — no sé porque mierda le he llamado la atención, pero para cuando me di cuenta mis piernas ya se movían solas hacia él. — ¿Le hiciste los detalles en dorado? — pregunto frunciendo el ceño — porque este modelo solo lo he visto en plateado.— ¿Sabes de motocicletas? — pregunta con cierta sorpresa en su voz, arquea una ceja y me analiza de pies a cabeza. Sus ojos son grises y tiene una mirada que definitivamente podría derretir a cualquiera.
— Uno de mis hermanos tiene una Harley — respondo antes de agacharme y mirar el motor — es otro modelo, pero si, se de motocicletas — y es verdad. Kyle maneja una Harley y me ha enseñado a conducirlas, y al igual que Kol con los autos, él me ha enseñado a reparar las motocicletas.
— ¿Eres Katie, no? — pregunta con curiosidad.
— ¿Ya escuchaste hablar de mí? — pregunto volviendo a levantarme para mirarlo a la cara — espero que hayan sido cosas buenas las que escuchaste, porque me he dado cuenta que lo único de lo que hablan en los pasillos son más que pura mierda. — espeto provocando que se eche a reír. <<Dios que guapo es>> No tanto como Andrew, porque aunque me pese; ese mal nacido tiene lo suyo y está muy bueno.
— Lo único malo que escuche en los pasillos, es que eres la novia de Andrew Morgan — dice mientras sube a su motocicleta
— Eso es malo, ¿Por qué? — frunzo el ceño
— Porque si no lo fueras, te habría invitado a salir. — esboza una sonrisa coqueta.
— ¿Te cuento un secreto? — le sonrío también antes de inclinarme un poco hacia el pero justo cuando estoy por hablar, él se me adelanta.
— ¿Es una farsa? — pregunta pero más como una afirmación que como pregunta, lo cual me hace arquear una ceja — Las chicas a las que él está acostumbrado no suelen tener mente propia y hacen lo que les dice, y tú no pareces ser de las que hacen lo que cualquiera les dice.
— Pues no te equivocas — me cruzo de brazos — las únicas personas a las que obedezco están en chicago y aun así los hago enfurecer antes de hacer lo que me piden. — curvo los labios hacia abajo haciéndolo reír. — ¿Por qué no te había visto antes? — pregunto con curiosidad.
ESTÁS LEYENDO
Cariño, esto es guerra
Romance¿Qué pasaría si juntas a dos personas expertas en póker en una sola mesa? ¿Qué pasaría si dos personas con temperamento de los mil demonios se cruzan? Bueno... lo sabrás a continuación porque esta es la historia de una chica de Illinois, chicago, qu...