Capitulo 24 Lo bueno dura poco

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Por la mañana, Andrew tuvo que llevarme a toda prisa a mi departamento para poder cambiarme de ropa y tomar mi mochila para las clases, anoche casi ni dormimos así que por resultado estoy como zombi, prácticamente me mantengo de pie y con los ojos abiertos solo porque tengo una responsabilidad con la universidad y lo último que necesito es tener a Knox gritándome al oído por la bocina del teléfono. Al llegar al estacionamiento del Royal Elite, bajo junto a Andrew y como acto extraño o más bien, nuevo para mí; me rodea los hombros con su brazo izquierdo, mientras que con su mano libre se acomoda sus gafas negras.

—  ¿Enserio? — resoplo cuando avanzamos hasta salir del estacionamiento y varias miradas curiosas y poco disimuladas nos observan mientras caminamos.  — a veces odio esta universidad, nadie parece ocuparse de sus propios asuntos. — digo y Andrew sonríe.

—  Observan porque individualmente nos temen — dice con arrogancia — y ahora que estamos juntos, seguramente piensan que haremos explotar la universidad en cualquier momento.

—  Ganas no me faltan — ruedo los ojos, pero creo que tiene razón, ambos somos iguales y si le temen a Andrew solo, conmigo se arrodillaran con una sola mirada de advertencia. Solos somos un peligro, pero juntos seremos una maldita bomba.

Andrew me acompaña por todo el pasillo acaparando miradas, hasta que llegamos a mi primera clase y me deja en la puerta... en esta misma le di un beso la primera vez que cruzamos las puertas de la universidad como "novios" y ahora somos pareja real...  bueno eso creo, porque no he escuchado que me pida ser su novia, pero como ya dije una vez; el título de novios solo es eso, un título. Andrew me toma de la cintura y me da un beso, pero no uno normal, sino uno que grita  "ERES MIA" en letras mayúsculas, en caso de que no les haya quedado claro a las personas.

—  Te veo en el almuerzo — dice — ve a la biblioteca.  — ordena y frunzo el ceño.

—  ¿Por qué a la biblioteca? — pregunto confundida. Ahí no podemos almorzar, está prohibido ingresar con alimentos, así que no entiendo porque querría que fuera allí.

—  Solo obedece, Katherine — rueda los ojos.

—  El que estemos juntos no significa que al fin voy a obedecerte, ¿sabes eso, verdad? — lo molesto

—  Katherine... — advierte  y esbozo una sonrisa de satisfacción.

—  Que no se pierda la costumbre — le guiño un ojo

—  Un día de estos terminarás matándome de un coraje — sacude la cabeza

—  No es mi culpa que seas tan fácil de molestar — le digo encogiéndome de hombros antes de darle un beso rápido. — Te veo en la biblioteca. — aseguro para después darme media vuelta y entrar a mi primer clase.

Las primeras tres horas de clase antes del almuerzo, transcurrieron como debían de transcurrir, entre rumores, miradas y susurros. Lo único de lo que se habla es del accidente de Lena, mi acto estúpido por intentar correr hacia el peligro y mi infidelidad a Mason... si el resto supiera que prácticamente fue mi culpa que Lena saliera como loca, entonces de lo único que hablarían seria de mí y de que soy un maldito monstruo.

Camino fuera de las instalaciones de las aulas de mis clases en dirección al edificio de la biblioteca y justo al llegar abro las enormes puertas de madera fornida para adentrarme a la gran biblioteca de dos pisos con hileras infinitas de estantes con libros. En la recepción no veo por ningún lado a la encargada de cuidar la biblioteca, lo cual me parece extraño pero aun así, sigo mi camino en busca de Andrew, pero no logro verlo por ningún lado...

—  Si sales de la nada y me asustas, juro por dios que... — mi advertencia se queda a medias cuando alguien me cubre los ojos con una venda, intento apartarme rápidamente pero la voz profunda de Andrew me tranquiliza.

Cariño, esto es guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora