Capitulo 8 Golpe bajo

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La reacción de las estilistas solo me confirmo lo que ya sabía, el vestido se me ve genial y con el arreglo que me hicieron... dejaré a Andrew sin palabras. Después de adularme un poco, las mujeres se marcharon para dejarme dar los últimos detalles, como ponerme desodorante, perfume y los pendientes que también me presto Abby, son largos y con gotas de diamantes del mismo color que mi vestido, dejo mis cosas en la mochila y antes de guardar mi teléfono le envío un mensaje a Emily para que me desee suerte por lo que haré hoy que ella no sabe pero aun así me dijo lo que quería leer. Sonrío con malicia lista para el siguiente paso, pero justo en ese momento alguien entra por la puerta haciéndome girar. Mi vista elevada bajó unos cuantos centímetros más abajo cuando una niña de unos ocho años de cabello castaño entró en lugar de la persona que esperaba.

— ¡Wow! — su boca forma una o al verme y luego sonríe — ¡Te vez muy bonita!

— Gracias — le digo esbozando una sonrisa. — ¿Tu eres?...

— Soy Addison — se presenta — Addison Morgan — en cuanto el apellido Morga salió de su boca mi sonrisa se esfumó.

— Katie Black — me presento yo con amabilidad, Podrá ser la hermana menor o prima de Andrew pero eso no quiere decir que sea igual que él.

— Lo sé — asiente segura de eso — Mi hermano me ha pedido que te diga que ya es hora de que bajes — informa haciendo que eleve las cejas

— Gracias Addi — le digo y sus ojos se iluminan en cuanto me escucha llamarla así — ¿Me llevarías con él? — pregunto y asiente entusiasmada, toma mi mano y ambas salimos de la habitación. Dejo que la pequeña hermana de los Morgan me guie hacia las escaleras y justo a medio camino, Andrew Morgan aparece ante mis ojos. Perfectamente vestido en un traje negro con camisa negra y sin corbata, incluso se ha peinado hacia atrás haciéndolo lucir más elegante, porque guapo ya es el maldito hijo de perra. Sus ojos primero se abren en sorpresa al verme en otro vestido, pero al cabo de unos segundos comenzaron a oscurecerse un poco... sentí casi como si estuviera desnudándome con la mirada, pero no me sentí incomoda, a decir verdad esto es exactamente lo que quería lograr y estaba saliéndome con la mía.
Al bajar el último escalón Andrew dio unos cuantos pasos más para llegar a solo unos centímetros de distancia para volver a analizar de cerca los detalles que pasó por alto mientras bajaba las escaleras.
— ¿Te gusta tu regalo? — pregunto esbozando una sonrisa de satisfacción cuando no dice nada. Lo he dejado sin palabras y eso me hace sentir poderosa.

— ¿Y el otro vestido? — pregunta de repente, pero no hay enfado, solo indignación porque no me puse lo que él quería.

— No es mi estilo — frunzo los labios hacia abajo — Además, los dos de negro, ¿Enserio? — hago una mueca de burla — nos habríamos parecido a Morticia y Homero Adams.

— ¿Andrew, donde esta.... — la voz de Aaron se corta en cuanto sus ojos caen sobre mí. — Katie... — me mira de pies a cabeza con aprobación — te vez bellísima.

— Gracias, Aaron — le dedico una sonrisa antes de volver a mirar al idiota que tengo enfrente con el ceño hundido — tu si sabes lo que se le dice a una chica cuando se arregla.

— Andrew, nuestros padres exigen tu presencia — le dice a su hermano obligándolo a apartar los ojos de mí.

— Ya lo escuchaste — le digo y extiendo mi brazo hacia el — ¿Salimos o qué? — pregunto con impaciencia logrando que se mueva y esboce una sonrisa... no una, LA maldita sonrisa de depredador. Me hace enganchar mi brazo al suyo y me pega más cerca de él.

— Esta rebeldía tuya, salió bien — dice en voz baja sin mirarme — Ahora compórtate. — demanda, y aunque por dentro quiera rehusarme a eso, sé que no puedo, él ha respetado hasta ahora mis estudios y bueno... aun no me expulsan por su culpa, así que lo menos que puedo hacer es comportarme. Además Aaron y Alexander tienen razón, nadie más debe salir perjudicado por nuestra pequeña guerra.

Cariño, esto es guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora