Cariño, esto es guerra

Capitulo 22 Culpa

Después del accidente y de que Mason me haya visto besar a Andrew, intente alcanzarlo pero antes de poder hacerlo, subió a su auto y regresó a su departamento, furioso, dolido y sin darme la oportunidad de hablar, pero siendo sinceros lo merezco, aun así la culpa no me deja en paz porque no es mentira que lo quiero, pero también al imbécil de Andrew que parece seguir complicándome la vida.

Fui al departamento de Mason y sabía que estaba ahí porque vi su Jeep estacionado afuera, pero no me quiso recibir y eso me hizo sentir más miserable de lo que ya me siento. Pase horas tras su puerta tal como él hizo conmigo cuando me disguste con él, pero en ningún momento salió, así que al final de la noche me tuve que ver obligada a regresar a mi departamento para solo recibir más malas noticias. Lena está muy grave en el hospital, no solo por el accidente que tuvo, sino porque antes de subir a su auto y estrellarse se intoxico demasiado con la droga que estaba consumiendo y todo es por mi culpa.

Una de las razones que tuve tantos años para no involucrarme con nadie, ni tener amigos, y solo preocuparme por mí misma y mi familia,  era porque sabía que si me mantenía alejada, jamás me romperían el corazón y jamás tendría que sentirme como me siento ahora; hecha mierda. Sury tuvo razón cuando dijo que nadie es impune al dolor y la decepción, pero nadie te dice lo jodidamente doloroso que es; sientes como el pecho se te contrae, como un vacío se acumula en tu estómago y como la energía se te va para ser sustituida por la decadencia y la miseria.

Sobreviví tanto tiempo ilesa porque todo me importaba una mierda, pero en el momento en que accedí a cambiar y a tener amigos, me condené a las cadenas del sufrimiento sin darme cuenta. Quise ayudar a Lena pero al mismo tiempo fui egoísta porque también estaba obteniendo algo de ello, y todo me salió mal, ahora ella está en el hospital, mi vida se complicó más con Andrew y Mason me odia... eso ultimo me carcome por dentro. Mason es la última persona a la que quisiera hacerle daño y aun así lo hice, pude probar un poco de lo que se siente ser querida de verdad y lo he echado todo a perder por no saber controlar mis sentimientos, pero tampoco es algo que sea tan sencillo porque nunca había querido a nadie y ahora quiero a dos hombres completamente distintos; uno que daría todo por mí, y otro que antes de dar algo se aseguraría de salir beneficiado.

—  ¿No has hablado con Mason? — pregunta Sury por la mañana al verme con la mirada vacía en la cocina mientras intento desayunar algo, pero el nudo en mi estómago no me lo permite. Sacudo la cabeza en señal de negación y suelta un suspiro — ¿Ni con Andrew? — pregunta y vuelvo a sacudir la cabeza. Este último me ha estado enviando mensajes, pero no he respondido a ninguno de ellos, no hasta que logre ordenar toda la mierda en mi cabeza. —         No puedes seguir así por siempre — dice

—  Sé que no — le aseguro — pero Mason... — bajo la morada — me duele que no quiera hablarme. 

—  ¿Ya platicaste con Emily? — pregunta y sacudo la cabeza nuevamente. Si le cuento a Emily, todo se me vendrá encima... todo me va a asfixiar y no sé qué voy a hacer. — ¿Quieres que te acompañe con Mason de nuevo? — pregunta y suspiro.

—  No — respondo — Iré yo — aseguro antes de levantarme del banco alto para ir a mi habitación y ponerme tenis, ni siquiera me importa si aún llevo pijama, lo único que quiero y necesito es poder hablar con Mason.

Salgo del edificio dispuesta a ir en busca del único chico que me ha hecho bien, pero el chico que solo me ha perjudicado aparece ante mí, perfectamente cambiado de negro con su gabardina del mismo color, Andrew esta recargado sobre su auto y de inmediato sus ojos se enfocan en los míos, provocándome una presión en el pecho. Quiero arreglar las cosas y comprender el desordene n mi cabeza, aunque para eso también necesite enfrentar al Morgan mayor, porque lo quiera o no; también siento algo igual de fuerte que por Mason y anoche al fin dejé que saliera a la luz.