Capitulo 17 Tensiones

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El domingo por la tarde cuando el clima mejoró, pudimos irnos de regreso a Londres, aterrizamos en la misma pista privada en donde Mason ya me estaba esperando, la tensión entre Andrew y yo incremento que hasta sus padres preguntaron incrédulos que hacia Mason aquí, cosa que orillo a Andrew a decirles que el noviazgo había terminado, que ya no me volverían a ver y después de eso se fue emanando ira. Siendo sincera me afectó un poco la forma tan fría de decirles, pero me obligue a borrar ese sentimiento amargo, lo mejor para ambos es mantener distancia, y mantengo mi decisión. No sé exactamente cuáles son mis sentimientos hacia Andrew pero es mejor que nunca lo sepa con certeza, así es mejor para todos.
La menos feliz con eso fue Addison pero le prometí que a ella sí que la volvería a ver, después de todo Aaron y yo seguimos siendo amigos y eso no va a cambiar.

— Sabía que mi hijo abriría los ojos — dice su madre con prepotencia — no eres y nunca serás mujer para él. — asegura antes de irse al auto que los espera para levarlos a la mansión.

— Realmente lamento que no funcionara — dice el señor Morgan.

— Su esposa tiene razón — digo — no soy mujer para Andrew, ni él es hombre para mí.

— Espero volver a verte, Katie.. — dice antes de abrazarme y seguir a su esposa junto con Addison.

Me despido de Aaron y Alexander para después caminar con las bolsas que traen mis cosas hasta e Jeep de Mason, subo al asiento del copiloto en silencio y enciende el Jeep.

— ¿Todo bien? — pregunta cuando nos saca de la pista privada.

— Tenías razón — resoplo y me mira con el ceño fruncido — necesitaré una buena malteada de chocolate con crema batida para superar el fin de semana con los Morgan — digo y se ríe.

— A la orden. — dice con una sonrisa antes de poner una canción en el estéreo de su Jeep <<Oh my love, de the score>> lo miro con el ceño fruncido y suelta una risa — ¿Qué? ¿no te gusta? — pregunta divertido pero esa no es la razón por la que lo miro así, sino porque por un momento recordé a Andrew aquella vez que intente poner música en su auto y me dijo específicamente que no le gustaba escuchar su música con extraños.

— Nada — digo sacudiendo la cabeza antes de comenzar a tararear la canción mientras el conduce hacia nuestro destino moviendo los dedos en el volante al mismo ritmo que the score.
Media hora y un poco de su playlist después, al fin llegamos al Saturn, estaciona el Jeep y ambos salimos riendo por la historia que le conté sobre la vez en que Kol casi se estrella contra un árbol por ir cantando junto con Bon jovi en su estéreo.

— Kol suena a que es un peligro al volante — dice entre risas

— Y lo es — aseguro — pero solo cuando está escuchando a Bon Jovi — digo entre risas. — el resto del tiempo es muy responsable.
Tomamos la misma mesa en la que nos sentamos la primera vez que vinimos aquí y en cuestión de segundos aparece la misma chica que nos atendió.

— Ya me estaba empezando a preguntar porque no venias — le dice a Mason

— Nos hemos mantenido ocupados últimamente — dice mientras me mira

— Ya veo — se ríe — ¿Lo mismo de siempre? — pregunta y ambos asentimos. La chica se va a la cocina dejándonos solos, miro a Mason y esbozo una sonrisa involuntaria.

— Me sigo preguntando porque no les dices que eres el dueño — le digo en voz baja

— Me gusta el misterio — se encoge de hombros haciéndome reír.

— Y dime, don misterio... — me inclino sobre la mesa — ¿Qué hiciste sin mi este fin de semana? — pregunto alzando una ceja.

— ¿Sonaría muy cliché si te digo que extrañándote? — pregunta imitando mi postura.

Cariño, esto es guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora