Capitulo 9 Jugando con fuego

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Por la mañana Katie Black no existía para el Morgan mayor, durante el desayuno con sus hermanos, padres y las citas de los otros dos Morgan, mi presencia fue como si de un fantasma invisible se tratase. No me dirigió la mirada en ningún momento, digo, ni siquiera su madre se atrevía a alzar la mirada para mirarme, como si ignora mi presencia hiciera que desapareciera. Los únicos que si lo hacían y que incluso me hablaron fueron Aaron, Ashton su padre y la pequeña Addison, quien a mi parecer está más interesada en saber de mí. Por un momento me hizo recordad a mi cuando era pequeña y miraba feo a las chicas que rara vez lograba ver con mis hermanos. <<Los idiotas eran muy bueno ocultándolas de mi>>.

— ¿También tienes hermanos? — pregunta con curiosidad la menor de los Morgan junto a mí.

— Si — le respondo esbozando una sonrisa al pensar en los cavernícolas que tengo por hermanos — Tengo cinco. — agrego y abre los ojos como platos.

— ¿Cinco? — pregunta su madre por primera vez con tono de desaprobación. — ¿Tus padres querían formar un circo o algo así? — resopla antes de volver a centrarse en su plato.

— Mi madre siempre quiso muchos hijos — le aclaro su duda innecesaria intentando controlar mis ganas de gritarle. — y mi padre hacía de todo por darle gusto.

— Seis hijos... — habla el padre de Andrew con asombro — ¿A qué se dedicaba tu padre?

— Estuvo en las fuerzas armadas — respondo — cuando salió se unió a los federales, pero un accidente le permitió mantenerse en casa después del nacimiento de mi tercer hermano.

— Un hombre de ley — dice pensativo a lo que solo me limito a asentir.

— ¿Y tus hermanos a que se dedican? — pregunta nuevamente la madre del idiota que sigue en silencio sin centrarse en nada mas que no sea su desayuno.

— El mayor también es federal, el dirige el departamento completo en quántico — respondo refiriéndome a Knox — él fue quien me trajo a Royal Elite, el siguiente es Kaden, él es bombero forestal, Kaleb trabaja en seguridad, el dirige y se encarga de la seguridad de la casa blanca, Kol, tiene un negocio de tatuajes en Illinois y le va muy bien, y es quien cuida de casa y quien cuidó de mi por más tiempo mientras los demás hacían sus vidas, Kyle es solo tres años mayor que yo y le falta poco para graduarse de la universidad en derecho penal.

— Vaya — dice el padre con asombro, claramente ninguno se esperaba que mis hermanos si tuviesen buenos trabajos.

— Todos tienen sus vidas, pero siempre están al pendiente de mi — miro a Addison — Tratan de darme lo mejor, los cinco son más como mis padres que mis hermanos — digo en broma

— Eso es tierno — dice una de las citas de los otros dos, ni siquiera se cual es de cual.

— ¿No quieran una hermana menor más? — pregunta Addison tomándome por sorpresa — porque lo único lindo que mis hermanos hacen por mí es obsequiarme regalos en mis cumpleaños. — los mira mal.

— Addison — la reprende su madre.

— A veces así son — me encojo de hombros — son hombres, y cada hermano es diferente, mi hermano Knox siempre fue distante por ser el mayor, siempre estaba con mirada seria y muy pocas veces me demostró afecto en público o incluso en casa, pero eso no significa que me quiera menos — le aseguro — al contrario, hasta te puedo decir con total seguridad que Knox es quien me ama más que el resto. — lo que le digo no es mentira, Knox podrá ser el más estirado pero sé que me ama incluso más que mis otros hermanos, y la razón es que él nos ve a todos como a sus hijos, debido al alcoholismo de mi padre, el por ser el mayor fue quien tuvo que hacerse cargo de todos, renunció prácticamente a su vida por darnos una a nosotros.

Cariño, esto es guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora