—¡Por Dios, esto es muy complicado!
—No es tan difícil... Sólo debes entrar a una tienda, eliges algo y ya —consoló Blair.
—¡Pero entre ir a una tienda y elegir una cosa que le guste hay una gran dificultad de por medio!
—Ali, tú lo conoces. Vamos, piensa... Si tú fueras Alex, ¿qué comprarías de una tienda?
—Yo... ¡No lo sé!
—¿Ropa? ¿Una remera? ¿O una bermuda, quizás?
—Mmh...
Anoche, viernes, habíamos salido de fiesta con los chicos. Y mientras Nick conducía el auto y todos íbamos distribuidos en los asientos de atrás, a Asher se le dió por soltar una frase que me tuvo como desquiciada desde el primer instante.
—¡Festejamos este viernes en honor a ti, cumpleañero! —el rubio le dió una palmadita en la espalda a Alex.
Me había atragantado con el botellín de alcohol que Logan había traído.
—¿Cumples años? —pregunté.
—El viernes que viene —contestó Tyler por él.
—Sí, pero lo celebramos este también. Siempre es bueno tener una razón para festejar —concluyó Ash.
Y ahí me encontraba ahora, sentada en forma de indio en la banca de un parque mientras Gami correteaba con los demás perros y Blair me ayudaba a encontrar el regalo perfecto para Alex.
—¿Qué tal una guitarra?
—Ni siquiera toca la guitarra, Blair.
—¡Pues que aprenda!
Bufé, mientras apoyaba mis codos en las piernas flexionadas y mi cara en mis manos hechas puños.
—No voy a encontrar nada jamás.
Entonces, como si fuera arte del destino, miré a la calle y vi pasar un transporte público que promocionaba un partido de baloncesto. Knicks vs Lakers.
Sonreí de punta a punta, tal como si hubiera encontrado la cura de la inmortalidad, mientras recordaba la pequeña charla que había tenido con Alex en la cocina y su fanatismo por LeBron James.
—¿Qué?
—Creo que tengo una idea.
—Ay, tonta, pero no me asustes, que con esa sonrisa me recuerdas a la de Merlina.
•••
—¿Estás segura de que esto es legal?
—¡Pero claro!
Habíamos comprado un dedo de goma espuma y un hotdog para cada una. También una camiseta, porque Blair pensó que nos veríamos geniales con ellas —y tenía razón—. Así, pasaríamos desapercibidas entre en público. Tomamos asiento en nuestro lugar correspondiente de la tribuna y aprovechamos el tiempo de espera para comer.
—¡Vamos Knicks! —le gritaba Blair a la gente mientras alzaba su dedo espuma.
—¡Nosotras apoyamos a los Lakers, idiota! —chillé.
—Uy, siempre se me confunden... ¡Arriba Lakers!
Rodé los ojos y acabé mi comida sin apuro. El juego no empezaba hasta dentro de treinta minutos.
—¿Recuerdas el plan?
—El mono trepa al árbol, toma la banana, quita la cáscara y regresa cuerpo a tierra —enumeró con sus dedos los puntos con el lenguaje extraño que ella misma había inventado. Asentí.
ESTÁS LEYENDO
Viviendo con 5 idiotas [COMPLETA]
Teen FictionCuando uno de los hermanos Davies, Nicholas, cumple los quince años, se va a vivir a la ciudad donde su padre vive, Londres. Luego de inscribirse en el instituto, a los dieciséis años decide mudarse con sus amigos a una fraternidad. Dos años después...