2 9

2.2K 105 8
                                    

—Buenos días —dije, saludando a las cuatro cabecitas que bebían café sentados en los taburetes de la cocina.

—Ali se ha levantado de buen humor, qué milagro —acotó Ash. Rodé los ojos a la vez que me agachaba para acariciar a Gamora, que se acercaba alegre y moviendo su colita de un lado a otro para saludarme.

—¿Quieres café, hermanita?

—Sí, con leche, por favor —le pedí.

—Desayuna rápido, que llegaremos tarde —imploró Asher. Alcé una ceja, confusa.

—¿Desde cuánto te interesa llegar temprano al instituto?

—Desde que conocí a una chica —alardeó. Mis ojos pasaron a abrirse de par en par.

—¡¿Y no me contaste nada?!

—¡Porque tú estás demasiado ocupada con tu noviecito! Ya no me quieres —bufó, cruzando sus brazos. Reí.

—No te pongas celoso, siempre estoy para ti.

—¡Si, pero ya no es lo mismo!

—Buenos días. —Alex entró en la cocina. Todos lo seguían con la mirada, sin dejar pasar su sonrisita y el buen humor que aparentaba.

Mis mejillas se acaloraron de sólo recordar la noche de ayer.

—Ya van dos milagros —comentó Asher, recordando el comentario que hizo en cuanto entré.

—Nunca suele ser así. ¿Será que por fin Alex le quitó la florcita a Ali? —burló Tyler.

—¡Oh, puede ser! Los tortolitos comieron postre anoche —apoyó Asher.

—¡Nuestro amigo le puso la pila al control! —le siguió Tyler.

—Le puso la salchicha al pan.

—Hundió el Titanic.

—Le sacó veneno a la víbora.

—Le sacó punta al lápiz.

—Concretaron el amo...

—¡YA BASTA, IDIOTAS! —gritó Nick.

Para ese momento, yo ya estaba roja al fuego vivo. Asher y Tyler intercambiaron una mirada divertida antes de cerrar la boca.

—No hicimos nada —se excusó Alex ante mi hermano.

Rodé los ojos. ¿Le tenía miedo a Nick?

—Y si lo hiciéramos, cosa que no hicimos, no sería de tu incumbencia. Pero no lo hicimos, eh.

Al diablo, yo también lo tenía.

Nick entrecerró los ojos, sin saber si creer o no. Luego, tras unos segundos, acabó encogiéndose de hombros.

—Mientras usen condón...

Un golpe seco, proveniente de la mesada, nos hizo girar a todos. Logan había apoyado su taza de café con fuerza sobre la mesa. Al ver la mirada expectante de todos, aclaró su garganta.

—Deberían apurarse o se nos va a hacer tarde.

Me sentía un poco mal por él. Pero ¿qué iba a hacer? ¿Dejar de hablarle a Alex cada vez que él estaba presente? Vivíamos juntos, si hacía eso, tendría que dejar de hablarle, literalmente.

—Logan tiene razón, no deberíamos llegar tarde —apoyé. Él intercambió una rápida mirada conmigo antes de volver a bajarla.

Diooos, detestaba esto. Antes, la relación que teníamos se basaba en que él hacía comentarios fuera de lugar, yo rodaba los ojos o le golpeaba y así sucesivamente. No pensé que fuera a extrañar eso, pero esto de ignorarnos era mucho peor.

Viviendo con 5 idiotas [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora