—¡Eh, pedazo de idiotas!
Abrí los ojos al sentir a Alex estirarse a mi lado. La luz dio de lleno en mi rostro y debí entrecerrar los ojos con rapidez.
—Tu cabezota acalambró mi mano —acusó Alex.
Asher estaba parado frente a nosotros, con los brazos en forma de jarra y una expresión algo preocupada.
—Nick está por bajar —pronunció. Ambos nos levantamos del sofá como si de ello dependiera nuestra vida. Me mareé por la acción tan repentina y el rubio me sujetó por los hombros. Le sonreí en respuesta—. Agradezcan que los he visto yo y no él. ¡¿Cómo se les ocurre dormir aquí y de esa manera?! Hasta Logan es más inteligente que ustedes.
Miré de reojo a Alex, pero no pareció inmutarse. ¿Y si no recordaba nada de lo que había pasado anoche?
—¿Qué hora es? —evadí.
—Las siete.
Me dejé caer otra vez en el sofá, siendo perseguida por la mirada de ambos.
—No tengo ganas de ir al instituto hoy —expliqué.
—No seas vaga —acusó Alex.
—¡No es de vaga! ¡Me quedo para que Gami no esté sola en casa!
Ambos rodaron los ojos. Eran bastantes parecidos, claro, a excepción de que uno era alegre y el otro un completo gruñón.
—Pobre de tu perro, estoy seguro que prefiere quedarse solo —acusó Alex.
—¡Es perra!
—¡Buenos días! —exclamó Nick.
—Hola.
—¿Nos vamos? —Por primera vez en la historia, aquella pregunta no vino de Alex, sino de mi hermano, quien comía una manzana plácidamente, al lado de Asher en el sofá. Ya estaba vestido.
—Mi hermano está listo para irse antes que tú, debería darte vergüenza —le burlé.
—Cierra la boca, boba.
—¿Aún no están listos? Qué flojos.
—Tu hermanita ni siquiera piensa ir al instituto —confesó Alex.
—¡Buchón!
Él sonrió.
—¿Qué pasa? ¿Te da miedo tu hermano?
—Claro que no.
—Claro que si —intervino Nick—. Soy una persona muy autoritaria cuando quiero. Y tú, Alisson, ve a vestirte ahora mismo porque no vas a perder un día de clase.
Alcé una ceja.
—No iré.
—Si, irás.
—No, no iré.
—Que sí.
Le golpeé el hombro.
—No iré.
—¡Que soy tu hermano, bruta! —chilló—. Está bien, no irás. Pero porque lo digo yo.
—Iré a vestirme —informó Alex, levantándose del sofá para subir a su habitación.
—Hoy debemos llevar a Gamora a darse su vacuna —recordó Ash.
—Ve tú. Yo no iré —repetí.
—¡Ali!
—¡No puedo verla llorar! No soy tan fuerte...
—¡Pues yo tampoco!
—Entonces que vaya Alex. Tiene el corazón de piedra —sugerí.
—Ni de coña. —Di un respingo al oír la respuesta de este. Giré la cabeza para buscarlo con la mirada. Estaba parado a un lado de la escalera, ya vestido y listo para irse.
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Viviendo con 5 idiotas [COMPLETA]
Teen FictionCuando uno de los hermanos Davies, Nicholas, cumple los quince años, se va a vivir a la ciudad donde su padre vive, Londres. Luego de inscribirse en el instituto, a los dieciséis años decide mudarse con sus amigos a una fraternidad. Dos años después...