Spy x love ♥︎

Capítulo 13

El tiempo parecía detenerse por unos momentos, a medida que la mirada de Emile observaba con incredulidad a Anya y de nuevo al auto de su mejor amigo.

—¿Damián está aquí? —pregunta el rubio—. Claro que está aquí, este es su automóvil.

—No, lo que pasa...

—Llevas las lleves de su auto, nosotros le regalamos ese llavero.

—Sí, pero la razón por que está aquí es...

—¿Cuál? ¿Vino tan temprano para ofrecerse a llevarte al colegio? —pregunta, interrumpiendo de nuevo haciendo salir de su ensimismamiento a Anya.

—No, déjame explicarte todo con calma —intenta hablar.

—No —interfiere de nuevo Emile alzando una mano al frente—. Mejor quiero que Damián me explique esto ¿Dónde está? Y no mientas con que no está aquí, porque no tiene sentido.

[...]
Damián.

El señor y la señora Forger me han hecho un lugar en la mesa. El ambiente no es incómodo, pero siento un aire pesado cuando la mirada de ambos recae sobre mí.

—Y bien —empieza hablando el señor Forger—. ¿Te encuentras mejor?

—Sí —respondo, pero me doy cuenta que esta vez que hablo con él debe ser diferente a la anterior. La última vez le dije que no me interesaba entablar una amistad con Anya y ahora aquí estoy, desayunando en su mesa. Así que me aclaro la garganta para continuar hablando—: no pienso volver a beber de la manera en que lo hice, lamento mucho los problemas que les causé y agradezco mucho su hospitalidad.

—No nos has causado problemas —responde la señora Forger—. Es muy agradable tenerte aquí.

—Volveré a visitarlos y les traeré algunos presentes en forma de disculpa por lo ocurrido.

—Damián —menciona Loid, siento un terrible nerviosismo a lo que dirá ¿Acaso le parecerá mejor si nunca vuelvo a poner un pie aquí?—. No tienes que seguirte disculpando —dice, para mí sorpresa—. No eres una molestia, puedes volver a visitarnos cuando quieras.

Él me muestra una sonrisa, es cálida, pero se parece a las sonrisas de papá cuando está fingiendo algo. ¿No le agrado o me estoy tomando todo a mal? Quizás sea porque siente que estoy muy cerca de su hija ¿Qué padre no estaría a la vanguardia de eso?

—¡Guauuu! —Ahuya Bond, llamando la atención de los tres.

Se dirige a donde estoy y jala la manga del pantalón pillama que estoy usando, ¿Es que acaso no está contento de verme acá? La última vez prometí volver a visitarlo ¿Es por las condiciones en las que volví?

—¿Qué pasa? —cuestiono, tratando de acariciar su cabeza para que me suelte.

En esos momentos la puerta se abre, observo a Anya llegar con la maleta en la cual está mi ropa, sin embargo abro los ojos como platos al observar que tras de ella viene Emile.

Me pongo de pie por instinto, en esos momentos sus ojos parecen hacer un análisis de la ropa que llevo puesta ¿Qué está pasando? Anya no sube la mirada, pero parece un tanto sonrojada.

—Buenos días Damián —me saluda, escuchar mi nombre sin el "Lord" me resulta extraño y es muestra de que al parecer ya no existe ese respeto.

—Emile...

Él deja caer las flores que sostenía, se vuelve en sus pasos dándome la espalda caminando a toda prisa. Caigo en cuenta de lo dolido que está, a pesar de que seguramente está mal interpretando gran parte de la situación.