Capítulo 38

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Anya.

Se siente bien haber hablado de todo lo que sucedía con mis padres. Es como si me hubiera quitado un peso de encima. Ojalá pudieran quedarse más tiempo conmigo, pero tienen una vida que atender. Con eso me refiero a sus trabajos, es cierto que son falsos pero ante la sociedad es mejor que se sigan viendo como siempre: "Una pareja de esposos normales".

Por mi parte estaré en este hospital hasta hoy en la tarde según tengo entendido. Me encuentro bien pero quieren tenerme en observación unas horas más.

Aunque creo que lo más difícil de estar aquí es tener ganas de ir al baño, si tal como lo escuchan. El baño se encuentra hasta el otro lado del pasillo. Para ir tengo que salir de mi habitación. Como ahora, no obstante antes de cruzar el pasillo escucho las voces de Damián y Demetrius en la sala de espera.

No sé porqué razón me oculto pegando la espalda contra la pared, podría ir a saludar a Demetrius.

—No pienso aceptar esto —Escucho que dice Damián.

¿Aceptar qué?

—No es algo a lo que puedas negarte fácil, no digo que sea imposible. Pero renunciar a esto será un proceso largo.

—No lo entiendo, se supone que papá me odiaba. ¿Por qué quiere que ocupe su lugar?

Cubro mi boca con ambas manos, ¿escuché bien o no? Su padre quería que fuese el presidente de ostania ¿por qué?

—Tal vez no te odiaba tanto, no le des tantas vueltas al asunto.

—¿Cómo estás tan tranquilo Demetrius? Se supone que tú deberías ser su sucesor. Eres el primer hijo.

Asiento con la cabeza con extrañeza, estoy de acuerdo con Damián. Su padre no puedo nominaron solo por que si. No dedo de sus capacidades, es sólo que ¿por qué Damián y no Demetrius?

—¿Está bueno el chisme? —susurra una voz a mi lado. Me causa tanta sorpresa que tengo que cubrir de nuevo mi boca y colocar una mano sobre mi pecho.

—Becky —musito, dándole una mirada de reojo.

—Lo siento. —Se ríe, con los labios cerrados.

Se coloca a mi lado contra la pared y permanece en completo silencio, dándome una mirada de complicidad. Le sonrío levemente, y nos quedamos escuchando las voces de ambos hermanos.

—Lo que diga o no, no tiene importancia ahora —contesta Demetrius—. Ya papá lo decidió y está muerto. No es como que pueda levantarse de sus cenizas para explicarnos la razón de sus decisiones.

—No tienes porqué ser tan cruel, Demetrius.

—Sólo soy realista. Si tú no aceptas su voluntad habla con los abogados. Renuncia a eso, será un largo proceso pero con gusto aceptaré hacerme cargo yo.

Se escucha silencio y unos pasos, doy por hecho que la conversación ha terminado. Me dispongo a irme de este lugar. Pero Becky sujeta mi mano. Haciéndome permanecer en el mismo lugar. No lo entiendo hasta que escucho una voz conocida hablar.

—Menos mal que los encuentro juntos —mencionó. Esa vos era nada más y nada menos que del tío Yuri.

—¿Sucede algo por lo que nos busque? —cuestionó primero Demetrius.

Su tono de voz sonaba muy interrogante.

—Sí, hemos terminado de explorar la zona de la explosión. Por desgracia, no encontramos el cuerpo de su padre.

Espera ¿Qué?

¿Cómo que no lo encontraban? Eso no tenía sentido.

—¿Qué? —preguntó Damián, cuál si me hubiera leído la mente—, es imposible que no hayan encontrado su cuerpo. Él estaba allí.

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