Capítulo 10

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Anya.

—Espera, antes de que respondas. —Sylvia pasa la mano por debajo de la mesa. Al volverla a subir me muestra un dispositivo de escucha—. Lo lamento Twilight, conversación privada de chicas. —Sonríe, aplastando el pequeño artefacto que sostiene entre sus dedos índice y pulgar.

Sube la mirada hacia mí, arqueando una de sus cejas. En este momento entiendo que espera mi contestación.

—Amo al Damián bueno. —Ella se muestra un tanto confusa con mi respuesta.

—¿El "Damián bueno"? —repite, usa un tono de voz cuestionante luego de mí.

—Sí, tiene un lado muy bueno que sólo me muestra a mí, pero frente a los demás se muestra diferente.

—¿Será inmadurez?

—No, estoy segura que no es eso.

—Te he dicho que los espías no podemos estar seguros de nada, no podemos leer la mente de los demás para confirmarlo.

Yo sí, pero ese no es el asunto ahora. Cómo no puedo decírselo, lo mejor será solo seguirle la corriente.

—Tiene razón, lo siento.

—No perdamos el tiempo en disculpas, lo que debes hacer ahora es observarlo. Ese es el primer paso como espía, averigua por tí misma qué le gusta. Ahí encontrarás una abertura para acercarte, aúnque al principio sólo sea amistad, vamos un paso a la vez.

—Quiere ser político, incluso estamos compitiendo por la presidencia de nuestro salón, en cuánto a actividades, le gusta el fútbol.

—Político eh, asegúrate que gane esas elecciones. Luego acércate a felicitarlo, debe quedarle claro que estás feliz con su victoria aunque haya significado tú fracaso, si tiene sentimientos por tí tratará de hacerte sentir mejor. Así perderás pero a la vez ganarás ¿Te parece?

—Sí, haré todo lo posible para garantizar el éxito de la misión. Incluso casi lo convenzo de dar una fiesta en su mansión, fué en base a decir que no se atrevería. Al final no se atrevió, de lo contrario hubiese sido la oportunidad perfecta para ir a su casa y buscar pruebas en contra de su padre.

—Eso es muy riesgoso —murmura, fijando su mirada en mí—. Pudo llegar a enojarse por esa actitud retórica y es lo que menos necesitamos. Manténlo tranquilo, no lo sé, usa tús encantos de chica para eso. Informa cualquier avance a Twilight, él me lo dará a conocer a mí.

Ella ya no dice nada más. Solo se pone de pie, entiendo en este momento que nuestra pequeña reunión ha finalizado.

Vuelvo con papá de vuelta a casa, sé que su entrenamiento fué muchísimo más riguroso. Por alguna razón conmigo están siendo nobles, quizás porque es la única misión a gran escala que tendré.

—Anya, ¿Quieres aprender sobre infiltración en lugares y defensa personal no? De eso me puedo encargar yo.

—¿De verdad? —pregunto, demostrando mi emoción con una sonrisa.

—Sí, claro que aprender eso te tomará mucho tiempo. Pero es necesario, si quieres ser una espía.

—¿Seremos un equipo padre e hija trabajando en las mismas misiones?

—Ya estamos trabajando en la misma misión por ahora, gran parte del ansiado éxito depende de tí. —Frunce un poco el cejo, sin quitar la mirada de la carretera—. Pero si no te sientes a gusto, no es necesario que te acerques a Damián en forma amorosa, formularemos otra estratégia.

—Estoy bien de esta manera —aseguro. Él frunce más el cejo, está claro que la idea no le agrada.

—Esto puede ser muy peligroso, ¿Estás consciente de que esto puede dañarte física y emocionalmente? No sabemos de lo que son capaces esas personas.

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