Spy x love ♥︎

Capítulo 32

Damián.

—¿Qué está pasando aquí? —pregunto lleno de confusión.

El ambiente se siente completamente tenso, empezando por los agentes o creo que esos son, que acompañan a los Forger, siguiendo por los guardias de papá.

—Retrocedan o no dudaremos en disparar —amenaza uno de los guardias de papá.

Parece que todo el mundo aquí planea ignorarme hoy, no respondieron mi pregunta.

—¡¿Se puede saber qué está pasando aquí?! —reitero, está vez elevando más el tono de voz. Entonces papá centra su mirada en mí.

—Están invadiendo una propiedad agenda —responde—. Es suficiente delito cómo para ir presos, todos ustedes.

—Creo que aquí el que va ir preso es otra persona —rebate Loid, dando unos pasos hacia el frente—. ¿O es que acaso no le has dicho a nadie que mandaste a matarme?

Mi mirada se desvía desde Loid a papá, busco una explicación pero ni siquiera me mira.

—El espionaje en este país está condenado, hasta con pena de muerte. Loid Forger o, debo decir Twilight —señala papá.

No es algo que me sorprenda, me sorprendió únicamente cuando ví los archivos con la información de Anya y su padre.

—¿Que delito pesará más? —cuestiona la mujer que hasta poco tiempo creía la tía de Anya—. ¿Que una persona haya realizado actos de espionaje en este país o la guerra contra Westalis que realizará mañana por la noche? Es un delito cuando estamos tratando la paz.

Su pregunta me hace abrir los ojos de par en par, observo con una mirada cuestionante a papá, pero él ni siquiera se inmuta.

—¿De qué hablan ellos papá? —le cuestiono, pero ni siquiera voltea a verme. Parece que hoy todo mundo ignora mi presencia.

—¿Acaso tienen pruebas de lo que me acusan?

—No lo niegues Donovan —le dice el padre de Becky, hasta entonces noto de nuevo que también están presentes en este lugar.

Becky se oculta tras de él, entonces él se suelta del agarre de su hija. Dejándola atrás protegida por esos tipo, ah ¿son guardias? No estaría tan seguro de eso, no parecen pertenecer al servicio secreto.

Papá sigue con la mirada al señor Blackbell, hasta que está de pie casi a mi lado.

—Siempre fuiste débil de pensamiento —comenta papá, entrelazando sus dedos tras de su espalda.

—No podemos continuar con esto Donovan. Debemos pensar en el bien de nuestras familias. Piensa en tú hijo.

—¿Desde cuándo crees que estamos colaborando juntos? Tú me vendes las armas de guerra y yo las compro, esa es nuestra única relación. Limitate a eso, no me estorbes.

Mi incrédulidad crece a medida que observo a papá, quiero creer que nunca ha dicho eso, pero yo mismo lo escuché. En verdad planea empezar una guerra en contra de Westalis.

—No pienso venderte más, voy a cancelar el contrato así me metan preso por su incumplimiento —informa el padre de Becky, dándome una mirada de comprensión. ¿Se nota que esto me afecta mucho?

—Es una lástima, hubieras podido ganar mucho dinero.

—No importa eso, comprendí que no importa el dinero. Si pierdo a mi hija lo pierdo todo. Sé que piensas igual que yo respecto a tus hijos Donovan, no quieres que les suceda nada malo.

—Las personas nunca podrán mostrar una perfecta empatía los unos con los otros. Incluso el cariño que ustedes se muestran es reprochable, tú hija sólo te aprecia ahora porque estás cumpliendo lo que ella quiere.