Spy x love ♥︎

Capítulo 05

Anya.

—Tú no puedes ir —le espetó Ewen a Becky.

—¿Y como por qué no? —cuestionó, alzó una ceja y cruzó los brazos.

—Porque no tienes entradas a ese lugar.

—Pues le pediré a mi padre que compre una.

Ellos dos siguen discutiendo mientras Emile espera mi respuesta. Segundo pensó que debería aceptar ir a ese lugar pero ¿Por qué? Es verdad que se trata de la apertura de un bar de su hermano, quizás Demetrius Desmond también estará ahí, eso significa que ¿También él irá?

«Maldición, ahora tendré que llevar a esta chica al bar, sino revelará mi secreto». Ese pensamiento es de segundo, así que él si irá y además tiene un secreto.

—Acepto ir —pronuncio llamando la atención de los tres.

—Bien —dice Emile entregándome una de las entradas—. ¿Pasamos por tí?

—No —responde Becky—. Yo seré quién la lleve, no confío en ninguno de ustedes.

Becky no me dejó decir nada más, únicamente jaló de mi mano hasta que llegamos con su nana Martha.

—Adelante señoritas —nos dijo abriendo la puerta de la limucina.

Una vez que Martha empieza a conducir Becky suelta mi mano y me ve con el cejo fruncido.

—¿Por qué aceptaste salir con Emile?

—No es una cita, sólo es para celebrar.

—¿Sabes cuántas veces hemos salido bien en los exámenes y no nos han invitado a nada? Es obvio que es una cita.

—Pero será en el bar Desmond, eso significa que segundo estará ahí. «Tengo que idear algún plan para que este sea el inicio de una amistad con él aunque involucre que la amistad se extienda hasta con sus amigos».

—Anya-chan —susurra Becky, notó que está cubriendo con ambas manos su boca—. Así que ese era tú plan, aceptar ir a ese lugar para acercarte más a Damián.

—Sí, quiero que esté sea el primer paso para que seamos más cercanos «¿Becky se emociona por ello?»

—¡No se diga más Anya! Vamos a la tienda de ropa de mi familia, tienes que lucir preciosa.

—Pero Becky, no traigo dinero conmigo.

—Ni con todo el sueldo de un mes entero de tú padre lograrías pagar uno de nuestros vestidos de primera categoría. —Entrecierra los ojos, mientras yo me quedo anonadada—. No digo que Loid-san no se esfuerce, pero su salario como psiquiatra es mínimo. Los gastos corren por mi cuenta, quiero verle la cara a Damián cuándo te vea. «Ese mocoso se arrepentirá de por vida».

—Becky, a veces no sé si eres muy buena o muy mala —murmuro con sinceridad.

—Tú sólo quédate cerca de mí, verás que en poco tiempo Damián estará a tus pies.

—¿Piensas golpearlo también hasta que caiga al suelo?

—No, Anya —rie apartando la mirada—. Este no es momento para bromas, es momento de ir de compras...

Luego de veinte vestidos que utilecé en el probador por fin Becky se ha decidido por uno, aún no logro entender porque se encuentra tan entusiasmada con la idea de ir a ese bar. Además insiste en que está noche me tengo que ver divina y más linda que cualquier otra chica que llegue a ese lugar.

Casi me obliga a entrar a un salón de belleza para que nos ponen y pongan maquillaje pero he logrado convencerla de que no, no estoy lista para deshacerme de mis accesorios en el cabello.