Spy x love ♥︎

Capítulo 20

Anya.

—Oye amor. —Escucho que dice segundo.

—¿Qué sucede amor? —pregunto, volviendo a abrir los ojos, fijando mi mirada en los suyos.

Su color marrón los hace ver sumamente lindos. Pero los cierra por un breve momento y me da un fuerte abrazo.

—Quiero crear muchos recuerdos más a tú lado —comenta, siento que sonríe contra mi cabello—. Sé que perdí muchos, no sé si un día regresarán. Así que ¿Te gustaría crear recuerdos por toda la vida conmigo?

—D-ámian... —tartamudeo, contra su pecho—. ¿Me estás pidiendo que...? —Trago saliva, no sé si pueda decirlo en voz alta.

¿Damián me está pidiendo que me casé con él? Es cierto que en la actualidad se puede pero ¿Desde ya? ¿Sin siquiera habernos graduado?

Quiero decirle que sí, no obstante en el momento la puerta de la habitación se abre de golpe. Cómo por instinto nos sentamos en la cama. Sostengo una sábana cubriéndome. Abriendo grande los ojos cuándo veo que se trata de Emile.

Su mirada anonadada va desde Damián hacia mí, luego de nuevo hacia él cobrando una enorme furia. Cierra los ojos y suspira profundamente. Al abrirlos su furia no se ha contenido, parece haber aumentado.

—¡¿Se puede saber qué está pasando aquí?! —nos grita.

Le doy una mirada a Damián, pero él no despega los ojos de Emile.

—Danos unos momentos —le pide Damián.

—No —espeta Emile, sin moverse de su lugar.

—Okey, entonces hablemos tú y yo —sugiere. Levantándose de la cama, cubriéndose con una almohada.

Emile aparta la mirada cruzándose de brazos, repiqueteando con el dedo índice en su brazo izquierdo.

Damián por su parte se pone el boxer y se sube el pantalón.

—¿De qué Damián? —cuestiona Emile, volviendo la vista a él—. ¿Qué quieres decirme?

—¿Podemos salir? —interroga Damián, con un tono de molestia en la voz—. Estamos incómodando a Anya.

—¡No me importa si está incómoda o no! ¡¿Cómo fueron capaces de hacer esto?!

—Pienso hacerme responsable ¡¿Bien?! —grita esta vez Damián, parece haber perdido los estribos—. ¡Ahora sal de aquí Emile! La estás incómodando. —Me señala por un momento, entonces sólo me encojo en la cama, él sigue hablando—. Entiendo que estés confuso pero saben que es mi novia, esto sólo nos conscierne a mí y a ella.

Retira su mano, manteniendo la mirada fija en Emile. Desearía no estar cubierta solo por una sábana en esta cama, mientras dos chicos se gritan y discuten delante de mí. Sé porqué es, por los sentimientos que Emile tiene por mí, esto debió haberlo destrozado.

—¡Eres un maldito! —le grita Emile a Damián, dándole un puñetazo en el rostro.

—¡Damián! —exclamo, arrodillándome en la cama, sosteniendo lo mejor que puedo la sabana que me cubre.

—¡¿Qué te pasa idiota?! —pregunta Damián, con un tono de voz muy elevado. Pero sin devolverle el golpe.

Agradezco eso, pues si se pelean no podría separarlos, también estoy agradecida de que la música esté tan alta cómo para que abajo no puedan escuchar sus gritos.

—¡Pasa que Anya me gusta y lo sabes! —escupe Emile—. ¡¿Cómo pudiste?!

—¿Qué?

—¡Lo que oíste!