Spy x love ♥︎

Capítulo 17

Damián.

¿Tengo amnesia postraumática? Eso le ha dicho ese médico a Anya y mi hermano, eso explicaría porqué me siento tan fuera de lugar y ansioso, pero es horrible no recordar nada de lo que pasó. No recuerdo cómo, o Porqué terminé en el hospital. Esto parece más un sueño, si no fuera por el calendario en la pared y la hora no lo creería, un sueño... Si lo es no quiero despertar de él, joder Anya es mi novia y mi hermano está aquí conmigo.

—¿Cuándo podrá ser dado de alta? —Escucho que pregunta Demetrius.

—Haremos unos exámenes más —responde el médico, revisando algunos papeles—. Si todo sale bien, podrá irse hoy mismo a casa.

—Son buenas noticias. —Emboso una sonrisa—. Podré ver a Emile y Ewen de nuevo, siento como si no los hubiera visto en una eternidad.

—No —interviene Demetrius—. Lo mejor es que regreses a casa, almenos mientras te acostumbras a este cambio.

—Demetrius, sigo siendo yo mismo, aúnque no tenga ni media idea de lo que sucede.

—Yo apoyo a tú hermano. —Esta vez es Anya quién habla, escucharla hace que centre toda mi atención en ella—. Es mejor estar en un entorno seguro, sólo mientras recuperas tus recuerdos ¿Qué pasa si en algún momento te sientes angustiado y no hay nadie cerca?

—Si eres tú quién lo pide acepto —le respondo, observando a sus hermosos ojos verdes—. No puedo llevarle la contraria a mi novia, ¿No es así?

—Luego vendrán algunas enfermeras por él, compermiso —nos dice el médico.

Demetrius entonces se aclara la garganta, observándonos a ambos por unos momentos.

—Como dicen por ahí... —Se encoge de hombros—. Tres son multitud, los dejo solos para que hablen.

Se marca sin esperar una contestación, entonces Anya se sienta al lado de mí, tenerla cerca me pone muy nervioso, pero debo controlarme y recordar que es mi novia.

—Entonces ¿No puedes contradecirme amor? —Sus ojos buscan los míos, sin embargo los aparto rápidamente.

—No, eres mi novia. —Siento mis mejillas arder, ¿Por qué su presencia me tiene tan nervioso?

—¿Y tienes alguna pregunta sobre nosotros?

—Sí, ¿Nos hemos besado?

—C-claro —tartamudea, vuelvo entonces mi vista a ella mostrándome sorprendido—. En muchas ocasiones hasta ahora, ¿Sientes pena de ello?

—¡Por supuesto que siento pena!

¿Nos besamos? ¿Ella y yo? ¿Por fin pude besar a Anya después de tantos años? Pero ¿Por que he tenido que olvidarlo?

—No te estreses —me dice, el tono de voz con el que me habla es muy dulce—. Lo recordarás en algún momento.

—¿Sucedió mientras estudiabamos?

—No, eso es parte de tú imaginación, ya te había comentado cuándo.

—Es que, besarte ebrio...

—¿Quieres que te dé otro?

—¡¿Qué?! —Siento mis mejillas arder, pero no puedo apartar la vista de ella.

—Es broma. —Empieza a reír, por lo cuál vuelvo a apartar la vista de ella.

—No es gracioso.

—Claro que no, supongo que me reí por los nervios. Cuándo quieras darme un beso, lo harás tú mismo.