Spy x love ♥︎

Capítulo 25

Capítulo 25

—¿A dónde vamos? —pregunto, mientras sigo los pasos de Paulet.

Al principio creí que hablaría con Seymolir en algún lugar de la académia. Pero nos dirigimos hacia los almacenamientos de comida para los internos del dormitorio.

—Ella mencionó que el tema es confidencial. No quiere que nadie escuche lo que debe decirte.

¿Qué me podría decir ella? Desde que se tiñó el cabello de color rosa he notado que parece estar en una competencia conmigo. Si tiene que decirme algo es sobre Damián. No me da buena espina, pero si huyo justo ahora quedaré cómo una cobarde.

—Si es sobre Damián...

—Si es sobre él —me interrumpe, apresurando el paso, en lugar de detenerse. Entonces si me detengo en seco.

—Es una pérdida de tiempo entonces —espeto—. Confío plenamente en Damián, nada de lo que tenga que decirme será relevante.

—¿Ni siquiera si se trata sobre su padre y su madre? —cuestiona, con cierta timidez en la voz.

—¿Cómo?

—Lo que oíste, su padre. El vicepresidente se enteró de algo y ella lo escuchó.

Bien, ya no sólo se trataba de Damián. Esto podría ser de gran ayuda para la misión. ¿Información de Donovan Desmond gratis?

—¿Por qué me lo diría a mí? —cuestiono.

Recuerdo lo que me dijo Sylvia, un espía siempre debe de desconfiar de todo. Aunque todo esto me resultaría útil ¿Podía confiar  realmente? no obstante ¿Que pasa si detrás de esto si hay información valiosa?

—Porque ama a Damián, ese no es ningún secreto. Pero él no confía en ella. Si alguien puede advertirle sobre su padre y que le crea, esa eres tú.

¿Tanto lo ama como para confiar en mí? ¿O es que ha descubierto algo muy relevante? Ya está decidido, voy a escuchar lo que tenga que decirme.

—Vamos de una vez. —La sigo. Por el área llena de árboles. Hasta llegar frente a la puerta del almacén.

Ella abrió la puerta, dejándome pasar primero. En cuánto entré busqué con la mirada a Seymolir, divagando de esquina en esquina, pero no hay nadie.

—¿Dónde está? —pregunté, sin voltear a verla.

¿Me ha mentido?

En cuanto estoy decidida  a confrontarla siento un pañuelo sobre mi nariz y boca. Cómo instinto de supervivencia intento forzajear con ella ¿Qué es esto? ¿Que planea?

Sin embargo todo intento por librarme de su agarre es inútil, en cuánto el olor de un líquido que contiene el pañuelo inunda mis fosas nasales caigo al suelo, sin fuerza alguna.

—Ya rindete. —Se pone de cuclillas frente a mí—. En poco tiempo estarás completamente inconsciente.

—¿Por qué? —intento saber—. ¿Por qué estás haciendo esto?

—Por órdenes de mi padre, experimento 007.

¿Experimento 007?

Ella se acomoda las gafas ¿Es mi imaginación o dan un leve resplandor? Viéndola bien... sus facciones faciales, sus anteojos, el color de sus ojos y cabello, es igual a uno de los científicos que experimentaron conmigo. Lo último que veo es su sonrisa, luego nada más. Pierdo el conocimiento por completo.

[...]
Damián.

Por fin de vuelta a casa... hoy la reunión en el cenado se extendió más de lo planeado.