007

476 75 5
                                    

Luego de ese resfriado de los mil demonios, se encontraba de mejor salud, y mejor que nunca además. ¿Le había dirigido la palabra a ese alfa? Por supuesto que no, siempre que se cruzaban el menor miraba hacia otro lado golpeando el ego del alfa fuertemente. Una persona que estaba acostumbrada a tener a los omegas prácticamente que dominados, el que solo uno le demostrará que no era ese su caso era horrible para el.

— Jovencito. — expresa el anciano tocando el hombro del menor. — ¿a que es bonita? Es un tulipan blanco, me recordó a ti... — Le entrega una preciosa flor blanca. — está recién creciendo así que encárgate de cuidarlo, ¿de acuerdo?

— Oh, señor... se lo agradezco muchísimo, es hermoso. — Jimin sonríe achinando sus ojitos antes de asentir. — lo cuidaré mucho...

La deja a un costadito y del agua de su botella hecha al macetero pequeño que el tulipán traía consigo, regándole un poco hasta que una grave voz bastante conocida se hace presente en el lugar.

— Jimin, ve a colocar la montura a Nevada. — expresa Kim Taehyung, el alfa de la aldea. — ahora.

— Estoy ocupado. — se voltea sin más, hasta que el alfa toma el brazo del omega y le gruñe levemente. —

— Es una orden. — espeta sin nada de paciencia. Jimin carraspea, el señor Bujoo traga saliva dándose la vuelta y saliendo de ahí rápidamente. Jimin se zafa de su agarre y asiente, limpiando sus manos que tenían tierra para empezar a caminar. — ¿Qué es lo que te sucede, ah? ¿Acaso esto es un berrinche tuyo?

— No sé de que me habla. — espeta el más bajito sin dejar de caminar, dándole la espalda. —

— De esto, tu actitud de mierda. De por sí lo era cuando llegaste pero ahora eres malditamente irritante.  — El alfa refunfuña, cruzándose de brazos. Pero en cuanto se da cuenta que Jimin seguía sin mirarle suelta una fuerte respiración por la nariz antes de tomar el cuerpo del menor como si fuera un costal de papas.

— ¿P-Pero qué se le pasa por la cabeza a usted?  — le grita, pataleando con fuerza mientras Kim caminaba hasta meterlo en un establo vacío, bajándolo para colocarlo contra la pared. — Está jodidamente desquiciado. — Jimin le gruñe en la cara, Kim tensa fuertemente su mandíbula antes de gruñirle también. — idiota.

— Tú eres idiota. — le reprocha Kim enojado. — ¿Qué mierda te pasa, eh? ¿Quieres acaso acabarme más la paciencia?

— No quiero hablar más con usted, es así de simple. Quiero solo hacer mi maldito trabajo. — Trata de escaparse otra vez pero el alfa le vuelve a sostener.

— ¿Estás así por la conversación, verdad? ¿Por qué te pegó tanto?¿acaso te dolió lo que dije? — Eleva una ceja, elevando el mentón del menor para que éste le mire pero no dejaba de evitarle la mirada. — Mírame cuando te hablo. — Toma la mandíbula de Jimin, dejando su cabeza quieta para conectar esos azulados ojos con los suyos. — respóndeme.

— Si no me suelta voy a gritar. — Susurra, mientras el cuerpo del alfa de apegaba hacia el de él cerrando el establo. — ¿Q-qué está...? —

— Inténtalo. — Kim le reta, viendo como Jimin elevaba una ceja antes de abrir su boca y gritar con fuerza, haciendo que Tae le tape la boca al instante. — ¿Y te atreves a decirme a mí desquiciado? — Le destapa la boca, mirando esta misma y sintiendo como un escalofrío le recorrió cuando el labio inferior de Jimin dio un rebote leve. — Estas loco. — dice con su voz grave.

—¿Loco yo? Si usted es quién me tiene aquí. — Jimin aprieta sus labios.

— Sólo respóndeme. — Le dice mirándole fijamente, el de orbes achinadas le resiste la mirada. —

El corderito del lobo - VminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora