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— Usted, Kim Taehyung, ¿acepta como esposa a Lee LiHa. En la salud y en la enfermedad? — La voz del sacerdote pasaba por todo el lugar casi que retumbando apropósito para llegar a donde Jimin estaba, sentado ahí por obligación ya que todos los empleados de la casa real debían estar presentes en la boda.

Se tragaba sus lágrimas, lágrimas que después serían derramadas en su almohada dejándola totalmente empapada igual como lo hizo anoche, llorando de tal manera que al día siguiente debió colocar hielo en sus ojos para desinflamarlos.

Cuando el sacerdote termina de hablar, el más bajito tembló en su asiento, con Jungkook estando al lado de él sosteniendo una de sus manos, dejando suaves caricias en estas a modo de apoyo moral mientras notaba como Kim miraba a Liha y asentía.

— acepto.

La voz grave del mayor retumbó por todo el lugar, llegando directamente al lobo del menor haciendo que este jadee, hundiendo su cabeza entre sus patitas antes de que Jimin se levante de golpe y se vaya, sin importarle una mierda que Taehyung notase aquello.

Cuando el alfa vió por el rabillo del ojo como Jimin subía las escaleras rápido, su corazón se estrujó, debiendo girarse para dar el beso a la novia, levantando suavemente la capa transparente de tela de la mejor calidad que Liha tenía en esos momentos.

Pensó, solo por unos segundos... que al levantar esa capa, Jimin estaría ahí.

— Puede besar a la novia. — repite otra vez el sacerdote algo incómodo, viendo como Liha solo daba una risa nerviosa y acercaba ella al alfa, besando sus labios lentamente mientras enredaba sus brazos en su cuello y acariciaba sus mejillas, con Taehyung dejando solo sus manos en su cintura para así separarse, viendo la sonrisa llena de felicidad de Liha.

— Por fin juntos. — Susurra la chica con ilusión, besando sus labios otra vez antes de que todos celebren lo que estaba pasando en esos momentos, con Taehyung sin poder evitar mirar como Jeon ahora iba atrás del omega, con ese aura elegante y fino, subiendo las escaleras con un rostro de cierta preocupación antes de girarse por el pasillo de la segunda planta.

Su lobo gruñe territorial, y por lo mismo, el alfa no duda en volver a besar los labios de la muchacha haciendo que su lobo simplemente haga una mueca de asco y se olvide de lo que podía estar ocurriendo  en esa habitación. El solo imaginar a Jimin en brazos de alguien más le hacía hervir la sangre, sobre todo el hecho de que no vio más a esa pareja en toda la noche, hasta la hora en que tenía ya que irse a su viaje de bodas.

Miraba a su alrededor, esperando despedirse del bajito mientras su corazón latía fuertemente contra su pecho, haciéndole sentir destrozado cuando al mirar hacia su lado derecho, veía a la chica ahí, portando un anillo que le había dado un hombre que no la amaba.

— Sunwoo. — Espeta el alfa mirando al beta, quien se gira a mirarle comiendo una barra de chocolate que había en la decoración, el alfa eleva una ceja cuando nota como Sunwoo le mira otra vez con cierto temor. — ¿Jimin no bajará? —

El beta aprieta sus labios y traga saliva, negando suave. — Dijo que no quería estar aquí, Majestad... — Espeta, bajo, para que nadie escuchase. Taehyung solo suspira, asintiendo.

— Por favor... dile que se cuide mientras yo no esté. — Sunwoo por otro lado aprieta sus labios, armando su pecho de valor.

— Jungkook lo cuidará bien, Majestad.

Esas palabras bastaron para que casi quisiera exiliar al beta del pueblo, produciendo que tense su mandíbula y solo asienta, dandose la vuelta para subirse a la carroza decorada,  mirando aún hacia dentro mientras sus manos se apretaban, sintiendo como la chica abrazaba uno de sus brazos.

El corderito del lobo - VminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora