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– Jimin, qué-... Joder ¿acaso puedes ser mas desobediente? Eres un caso sin resolver, maldición. —

Gruñe el alfa al ver como Jimin trataba de cocinarse algo, aparentemente la señora que preparaba la comida no se encontraba. Algunas veces iba al pueblo a buscar algún que otro pedido pero eran muy pocas las ocasiones en las que no estaba en la cocina.

— Tenía hambre... — gruñe también el omega, dando un estornudo mientras se quejaba en voz baja, Kim se acerca a el y lo corre de un suave tirón para cocinarle el. — ¡Yo puedo! —.

— No puedes, ve a la cama. — murmura el alfa gruñendo bajo. —

— Que si, usted vaya a hacer sus cosas. Ha de tener muchas al ser el gran alfa de esta aldea, no me gustaría quitarle su ... gran y estimado tiempo. — le regala una sonrisa, antes de sentir como Kim le agarraba la cara con su gran mano y le hacia girarse sobre su eje.

— Que si, que si. A dormir. — le da un suave empujón nuevamente. —

— Estoy resfriado, no inválido. —

— Jimin, no abuses de mi paciencia y ve a la cama antes de que te tome yo mismo y te lleve por las malas. — el omega le mira casi que fulminandolo con la mirada y Kim se lo devuelve. — Me miras así otra vez y no la cuentas, Park.

— Agh, aparte de mandón, gruñón. — susurra, yendo a regañadientes hasta la escalera para así subir molesto y tosiendo a su dormitorio.
Kim niega, tratando de no formar en sus labios la sonrisa que se quería colar ahí ante aquel comentario solo  suspirar y ver lo que Jimin se estaba cocinando

Cuando se percata de que el menor estaba haciéndose unos huevos sin más, Taehyung le agrega algo de tocino y también comenzó a calentar algo de pan para que fuera más contundente su comida.

Cuando termina de preparar todo hace un jugo y se lo lleva en una bandeja, sintiendo la mirada de Lisun en él. — ¿Tenía hambre, señor? Pudo haberme pedido y yo lo preparaba sin problema. — Pregunta el empleado.

— No, es para Jimin. Está resfriado, por favor tráeme unas píldoras para la fiebre. — el hombre asiente antes de voltear a mirar a Kim confundido, tragando saliva levemente ante la atención de Kim en el muchacho. —

Va hasta el dormitorio y abre la puerta, Jimin da un saltito en la cama, mirando a Kim con un puchero antes de ver todo lo que traía en la bandeja, frunciendo su ceño.

— Señor... e-emh, yo estaba... y-yo no me preparé todo eso, ¿verdad? — sus mejillas no tardan en ponerse rojas de la vergüenza. Taehyung mira la bandeja, viendo toda la fruta aparte del pan que había allí. —

— Oh, eh... bueno. — se acerca, carraspeando. — No vas a almorzar solo huevos, así que creo que preparé algo más. — Traga saliva. —

— ¿Lo hizo todo usted? — su semblante dejó claramente de estar molesto con el mayor, ahora mirándole con cierta timidez. — bueno.. gracias... — titubea un poco, nervioso.

— No lo es, come lento y podrás con todo. Es bueno estar bien alimentado, sobre todo cuando se resfria. — Kim se sienta en la orilla de la cama y acomoda la bandeja. La mirada azulada del menor va de la bandeja hasta el. — ¿Hay algo que no te gustó?

— No, no, se ve todo exquisito. — Asiente, relamiendo sus belfos. —  ¿Quiere comer conmigo? — Tae eleva una ceja. — No me mire así, no sé si usted ya comió.

— No, no he comido.

— adelante, saque una fresa. — incita el menor, haciendo que Tae de un suspiro y asienta, tomando una frutilla mientras Jimin partía en dos el pan que Taehyung le había hecho. — y se va a comer la mitad de este pan.

— ¿Perdona? — Kim frunce su ceño. — Claro que no, te lo comes tu.

— Y usted también. — le regala una sonrisita, dando una mordida mientras sorbia su nariz roja. — S-solo es- — mastica— un pedacito. — Asiente.

Taehyung niega, mientras miraba esos ojos azules que le hicieron suspirar antes de asentir, elevando sus cejas para después comer el pan al igual que Jimin.

Había un silencio que, para el poco tiempo que llevaban conociéndose no debió ser tan cómodo como lo estaba siendo. Jimin podía escuchar lo crujiente que estaba el pan con cada mordida, al igual que la suave respiración de Taehyung y sobre todo, podía sentir el aroma de este.

Se le notaba tranquilo. Y el aroma de este estaba suave y agradable, su lobito estaba en esos momentos olfateando el ambiente con sus ojos cerrados y sus orejas hacia atrás.

— ¿estaba bueno? — Jimin asiente, con sus mejillas llenas por dentro de comida. — Se nota, rudolf.

— Usted tiene buena mano. — El menor le mira con su ceño fruncido ante el apodo, haciendo a Kim dar una ligera risa. — debería agradecerme por hacerle reír.

— ¿mh? ¿Y eso por qué? — Eleva sus cejas, ladeando su cabeza, mirando directamente a Jimin mientras esté bebía de su jugo. —

— No creo que mucha gente lo haga ¿me equivoco? Se ve un hombre muy serio. — Kim relame sus belfos, mientras elevaba una ceja. Tae asiente, carraspeando.

— Soy un hombre serio, por ello cuesta, pero no es imposible. — Limpia las comisuras de sus belfos.

— usted conmigo se ríe con facilidad. — lleva una fresa a su boca.

— tu cara me da risa, Park.

Jimin se atraganta con la fresa al escuchar aquello, abriendo sus ojos más de lo normal haciendo que Kim suelte otra carcajada cuando ve la cara con la que Jimin le miraba, mientras éste seguía procesando lo que le acababa de decir.

— ¿Es eso un halago o un insulto? — Kim eleva sus cejas. Jimin gruñe bajito, haciendo que el lobo de Kim gruña también. Jimin le mira indignado. — Usted no me gruña.

— Tú deja de gruñirme primero, incítas a mi lobo. — Le reprocha Kim.

— Tengo razones para gruñirle, usted no. — Murmura mirándole con su ceño fruncido, haciendo que Kim relama lentamente sus belfos mirándole. —

— Ninguna razón es válida, solo yo te puedo gruñir. — expresa el alfa con un aire intimidante. —

— ¿Y eso por qué? — Jimin le refunfuña, cruzándose de brazos sentado en la cama, sorbiendo su nariz mientras tallaba uno de sus ojos.

— Porque yo mando cada cosa y persona que hay aquí. Y es una falta de respeto que gruñas a tus mayores. — Jimin mira hacia otro lado, bufando por lo bajo mientras Kim elevaba una ceja.

— Usted no es tan mayor. — murmura entredientes. Taehyung le mira fijamente antes de sonreír de costado y mirar hacia otro lado desinteresadamente.

— Tengo 42.

— ¿QUÉ?

Gracias por leer!

El corderito del lobo - VminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora