Se baja del caballo dejándolo en la sombra, cerca del lago que había ahí. Lo único malo es que no conocía lo que había fuera del reino, por lo que cuando salió hecho un mar de lagrimas no tardó en llegar a ese lago que Kim le había llevado en su momento.
Sorbió su nariz, jadeando mientras secaba su rostro lleno de lágrimas, sacándose también aquel saco que traía encima de color celeste y dejándolo caer al suelo.
Sus manos tapan su rostro y jadea, sollozando alto sintiéndose frustrado. Su lobo estaba desecho prácticamente y eso solo le hacía sentirse peor.
Abraza sus piernas, sintiendo como las lágrimas bajaban por sus mejillas y su mirada de perdía en la corriente de aquel río, recordando cuando Taehyung y el estaban ahí, sintiéndose libres.
Podía cerrar sus ojos y aun sentir como esa agua envolvía sus cuerpos cuando decidieron jugar y hundirse en ese lugar o la manera en que el alto le ayudó a salir del agua para después abrazar su cuerpo y darle calor.
Golpea su pecho con fuerza, sintiendo como su corazón dolía por todo lo sucedido, por la manera en que ese alfa rechazó a su lobo de aquella manera tan brusca. Ni siquiera Jeon ayudó en esos momentos al darle la razón de su hermana.
— sal.. — murmura sin aire, acariciando su pecho mientras temblaba en la orilla de aquel río. — Por favor... sal de aquí. — Dice al mismo tiempo que acariciaba su pecho, refiriéndose a su corazón. — D-dejame...
Pasa sus manos por su rostro, devastado, sintiendo como su lobo aullaba jodidamente triste. Se sentía solo, devastado.
¿Dónde estaba su alfa? ¿Por qué su alfa estaba abrazando a otra omega siendo que vió que el que tenía razón era el menor? ¿Siendo que sabía que Jimin era quién lo necesitaba?
No podía sacarlo, no podía sacarlo de sus pensamientos, no podía sacarlo de su maldito corazón. No quería sufrir más, quería quitarse el corazón para dejar de sentir como dolía con cada acto que el alfa hacia contra el.
Se sintió débil de repente, recuesta su cuerpo en el césped y mira el cielo. Lo miró por unos segundos, viendo ese cielo azul precioso que se asemejaba al que el menor tenía en sus orbes.
Respiraba bajo, dejando poco a poco de sollozar mientras sus ojos iban cerrándose lentamente, quedándose algo inconsciente en esos momentos, pero solamente su parte humana.
En cuanto Jimin dejó el "mando" por decirlo así, su lobo no tardó en tomarlo transformándose en un lobito de un color blanco intenso, sus ojos se volvieron de repente un tono celeste claro.
Se levanta, mirando hacia delante con esos ojos hinchados ligeramente por haber llorado de tal manera, su cabeza se mueve hacia donde estaba el reino, tan lejos.
Bufa por lo bajo, dando un suave gemido lastimero al saber que allá estaría su alfa, o quien se suponía que era su alfa.
Limpia con una de sus patitas uno de sus ojos antes de avanzar por el bosque, caminando lento, estirando sus patas luego de que por tanto tiempo no pudiese estirarlas.
Estuvo toda la tarde ahí, y poco le importaba que se preocupasen por el. Aun que sabía que quizá la preocupación no sería tanta como le hubiese gustado que fuera. Se metió dentro del gran bosque ignorando el descampado que era donde había estado, sabiendo que después debía volver por el caballo.
Mientras miraba los grandes árboles, escuchaba también uno que otro ruido perteneciente a algún animal pequeño, el cual Jimin claramente no iba a cazar así que simplemente pasaba de él.
La oscuridad poco a poco fue tapando el lugar, produciendo que la brisa se volviese aún más fría que antes.
Ya era hora de volver al palacio.
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El corderito del lobo - Vmin
Teen FictionUn chico con rostro de ángel y algo contestón, tuvo la suerte de llegar al corazón del alfa más codiciado de su pueblo, de tal modo, que ya jamás les podrán separar. Historia ambientada en una época antigua, donde los reyes, príncipes y monarcas aú...