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— Me veo horrible, Sanwoo — Murmura entre dientes, mientras el muchacho negaba indignado.

— ¡Claro que no! Te ves increíble. Es un vestido de dos partes, por debajo tienes short. ¿Ves? — Le levanta un poquito la falda del vestido azulado haciendo que Jimin suspire pesado. — Te ves hermoso, Jimin, combina con el color de tus ojos.

— No puedo llegar con vestido... es mal visto. — Susurra. Haciendo que el chiquillo suspire pesado y se voltee, buscando algo más para la talla del menor encontrando unos pantalones ajustados de tiro alto, celeste pastel. —

— Bien, entonces, ponte esto... — se lo entrega, y también le entrega una camiseta de mangas holgadas de color blanco crema. — Y esto, veamos que tal va.

Jimin asiente, entrando al probador para así colocarse aquellas prendas, abriendo sus ojitos más de lo normal cuando se ve al espejo con todo puesto. Y es que pocas veces había visto su cuerpo con cosas ajustadas y en esta ocasión si le gustaba lo que veía. Su cuerpo al ser un omega era algo levemente afeminado, tenía hombros pequeños, cintura alineada con sus hombros pero cadera algo más grande, muy similar al cuerpo tipo "pera" o triángulo.

Abre el probador y el muchacho pasa sus manos por su rostro en cuanto le ve, quedando totalmente fascinado.

— Le vas a dejar babeando. — Expresa, haciendo que jimin suelta una risa algo avergonzado. — Llévate eso, sácalo sin que mi mami lo vea y después yo le explico, la estaré entreteniendo por mientras.

Jimin ríe, asintiendo, se vuelve a cambiar la ropa antes de salir con las prendas lo más escondidas que podía, yendo corriendo después a la casona mientras sentía esa emoción crecer en su pecho. Y mientras estaba subiendo las escaleras, se encuentra al alfa.

— ¿andabas en el pueblo? — Este baja lentamente los escalones, quedando unos 3 más abajo para estar a la altura del menor. —

— Sip. — Asiente, tratando de que no vea mucho la ropa. — No tenía nada que hacer en el jardín así que tuve que hacer algo más... Y vi el aviso que dieron cerca de la placita. — Kim deja una de sus manos contra el barandal. —

— ¿Estarás, verdad? — El más bajito mira algo indeciso a su costado. — Será divertido. —le alienta el mayor, haciendo que el más bajo de una sonrisa.

— ¿Así que tanto quiere mi presencia como para insistirme? — Kim sonríe dando una risa nasal, negando mientras mordía su labio inferior.

— No tienes remedio, Park. — le mira nuevamente. El menor niega.

— Me lo pensaré, señor. — Kim eleva una ceja, mientras Jimin se daba la vuelta para seguir subiendo los escalones. — Buena noche. — El menor le regala una sonrisita, cosa que Kim le devuelve con un pequeño asentimiento.

— Buena noche. — murmura con su voz ronca, mirando como el menor se iba haciendo que suelte un suspiro, negando, comenzando a bajar las escaleras para ir a la cocina.

Jimin deja la ropa en el escritorio que tenía la habitación, tirándose a la cama soltando un chillido eufórico, estaba realmente emocionado por mañana ya que literalmente, sería la primera fiesta real a la que asistirá. Y sabía que lo que menos iba a hacer sería bailar o divertirse en sí, pero estaría en una al menos.

[...]

El día pasó tan rápido que su lobito ya no podía más con la emoción, pronto Jimin se dio un bañó, acomodando sus rizos y lavando varias veces sus dientes para que sus labios tuvieran un color rosado algo intenso, no tenía maquillaje pero aquello lograba verse natural, así que le gustaba el resultado.

Se coloca aquellas prendas, mirándose al espejo con una sonrisita, dando un suspiro de valentía, escuchando de hace bastantes minutos atrás que la música ya había comenzado, pero debía de hacer su entrada primeramente.

El corderito del lobo - VminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora