— ¡Señor! — corre detrás del hombre anciano que trataba de sacar aquel saco de la camioneta — ¿Cómo se le ocurre estar haciendo ésto solo? ... Para eso estoy aquí. — Le regaña, sacándole una risa al hombre quien le deja subirse a la carreta. — No tengo mucha fuerza pero veremos que hago.
— Pensaba que estarías ocupado en otra cosa, jovencito. — Expresa el anciano mientras suspiraba acariciando sus manos entre sí.
— Claro que no, si usted necesita algo puede hablarme siempre. — Dice dulcemente, antes de tirar del saco fuertemente, se baja de la carreta y con un jadeo bajo lo toma contra su hombro, llevándolo hasta los otros sacos que el anciano había sacado, éste era el último. — Jo... ¿los bajó usted solo? Pero señor...
— No debes preocuparte, este anciano aún está en forma. — Le dice con una sonrisa, Jimin da una risa negando. — ¿Te gustó la fiesta de recepción del alfa, Jimin? He estado muchos años aquí y realmente la decoración fue hermosa.
— ¿usted cree? — dice dando una sonrisita, sabiendo que él había escogido la decoración de todo ahí. Al menos sabía que a alguna que otra persona le había gustado. — Estuvo muy bonito...
— Me alegra saber que ya tiene una omega para la herencia... Yo pensaba que demoraría más en querer hacer la recepción. – Dice el hombre suspirando. — No pude decirlo antes ya que no te he visto mucho por aqui, pero te veías muy adorable ese dia. Solo que, noté que estuviste muy poco en la fiesta.
— No me sentía muy bien, más que nada estuve ahí por cordialidad y respeto al... – toma una pausa, suspirando. — Monarca. — mira hacia otro lado. —
— Habla muy bien de ti, jovencito. — El anciano le da una sonrisita entes de abrir uno de los sacos y empezar a dejar las patatas en un cesto grande. —
— ahora iré a ver a los animalitos. Ya terminé todo respecto al invernadero. —
— de acuerdo, muchas gracias, muchachito.
Jimin da una sonrisita y camina hasta donde estaba el establo. Esta vez, para su sorpresa a los caballos les faltaba algo de agua, comida, etcétera. Había que hacer un limpiado al área de los cerditos y gallinas. Jimin, a pesar que, si le daba cierto repudio todo el olor que había ahí, no podía dejar a los animalitos viviendo con tanta mugre.
Se demora menos de lo que pensó, por lo que en cuanto ya estaba listo, terminó más que sudado y sucio, aún así se preocupó de colocarles agua limpia a todos, ya que algunos tachos tenían ciertos insectos que habían caído ahí o tierra.
Sacude sus manos y mira el bonito atardecer que había entre los cerros, haciendo que sonría bobamente. Su lobito no tardó en recordar cuando fue hacia ese lugar con el más alto, haciendo que Jimin suspire pesado y se dirija hacia su habitación.
Pasa por la cocina, comedor, estadía, el gran salón. Hasta que por fin llegó a las escaleras preciosas de ese lugar, admiró los cuadros familiares que recorrian las paredes de esas escaleras, estando poco concentrado a lo que ocurría en su camino.
Llegó hasta el segundo piso, y mientras estaba entretenido viendo el cuadro del Tataratatarabuelo de Kim, siente como alguien toma su brazo y lo mete a un cuarto.
Cuarto que estaba al lado del suyo.
— Hola risitos.
— ¿Ah? ¿Usted? — Pregunta, pero Kim le da una sonrisa de lado haciendo que Jimin frunza su ceño y le dé un gruñido. — Disculpe pero, si no se ha percatado, estoy bastante mugroso.
— Detalles sin importancia. — Espeta el alto antes de elevarle el mentón al mas bajito. — ¿Sabías que bailas fenomenal? Debería hacer fiestas más segui-
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El corderito del lobo - Vmin
Teen FictionUn chico con rostro de ángel y algo contestón, tuvo la suerte de llegar al corazón del alfa más codiciado de su pueblo, de tal modo, que ya jamás les podrán separar. Historia ambientada en una época antigua, donde los reyes, príncipes y monarcas aú...