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Jimin corría desesperado, estaba realmente temeroso de lo que podría ocurrirle si su manada se enteraba que había huido. Pero definitivamente no podía seguir ahí, a pesar de que su lobo ya no daba más con sus patitas de todas las cosas que se había clavado producto de llevar casi que cinco días sin rumbo, aún así no iba a permitirse seguir ahí, ya no daría la vuelta.

Su lobito tampoco es como si en aquel lugar estuviera en mejores condiciones, pasaba hambre, sobretodo porque Jimin había sido un omega muy débil, su padre abusaba de aquello y le daba tareas en casa como si estuviera atado a ello, a estar solo siempre, a esperar a que un alfa llegara para darle cachorros y marcarlo.

El menor no quería eso, hubiera deseado con todo su corazón ser un alfa. Tener el mismo carácter que ellos, pero no podía. Había tocado que fuera un omega, uno que todos veían como con rostro de ángel, pero inservible.

Su lengua estaba afuera y sus patitas al detenerse temblaron hasta el punto en que tuvo que descansar, quedándose acostado en un costado de un tronco mientras su lengua se sentía seca y fría por todo el tiempo que había estado fuera de su boca, su respiración era agitada, tenía varias heridas en su cuerpo y pelaje, y su mirada azulada se veía vacía, casi que sin vida de no ser por sus latidos y su respiración.

El lobito de Jimin era peculiar. Tenía unas tonalidades café clarito y blanco, sus patitas poseían una mancha que les hacía parecer como si tuviera botitas todo el tiempo y tenía también una manchita en sus orejitas justo en la punta de cada una, de color cafecito.

Su pelaje estaba totalmente sucio, lleno de algunas ramitas pequeñas y sobretodo no parecía sedoso, se veía tan descuidado y traía una patita sangrando, se sentía tan débil que su aroma ya casi que salía a leguas, un aroma a vainilla casi que ni notorio.
Y cuando creyó que todo estaba perdido, dos betas aparecen en su forma lobuna, mirándose entre sí confundidos al ver el estado del omega. Este en cuanto los ve no puede evitar querer defenderse, su colita se esponja y trata de levantarse soltando gruñidos leves pero sus patitas volvieron a ceder haciendo que no pueda levantarse.

Los lobos pronto dejan su forma lobuna, volviéndose dos chicos quienes miraban algo perdido al omega.

- ¿Qué hacemos con el? - Pregunta el menor, aparentemente. Jimin suelta un pequeño gruñido de advertencia cuando este se acerca. - No quiero hacerte daño... ¿Qué es lo que te ha pasado, lobito?

- No creo que Kim tenga problema con llevarlo. Esta en un horrible estado. Necesita agua y comida. - ambos asienten. - Hey, chico, o chica. - el menor parpadea, mirándole atento. - Te llevaremos a la manada, ¿bien? Cuando puedas transformarte eso si, necesitaremos que nos digas qué andas haciendo por aquí. Ahora, deja de gruñir que casi que te quitas energía con eso.

Le reprocha el beta haciendo que Jimin bufara, bajando sus orejitas mientras se hacía casi que un ovillo, uno de ellos va y lo toma con cuidado, recibiendo un quejido del omega cuando le toca la patita herida.

[...]

Un suspiro brota de los labios de Jimin cuando ya no estaba en un lugar duro y lleno de piedras si no que en una camilla, no entendía si se había quedado sin conocimiento o si se había dormido pero no recordaba absolutamente nada del trayecto hasta donde estaban ahora, lo que parecía una aldea.

Una chica y un chico se encontraba limpiándole con cuidado las patitas, teniendo mucha delicadeza con cada zona de su cuerpo ya que al tener el pelaje sucio no sabían donde podía tener heridas. Le sacaron varias espinas y sobretodo de las patitas, Jimin sintió un alivio completo cuando ya nada lastimaba su cuerpo, dejando que le bañen después.

- Hay que llevarle de presentación con Kim. - Murmuraban entre ellos, mientras el menor seguía en su forma lobuna ahora tomando algo de agua, dejando que el alivio de sentir algo refrescante inundará su cuerpo. - Niño. - espeta la chiquilla, haciendo que el menor mueva una de sus orejitas en dirección de la chica, estando bañando, su pelaje se veía mucho más reluciente. - Necesitamos que te transformes, iras con el alfa.

El corderito del lobo - VminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora