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Era imposible que hubiera sucedido. Jimin estaba segurísimo de que estaba soñando, que no tardaría absolutamente nada en abrir sus ojos y terminaría por ponerse a llorar al saber que jamás tocó los labios del alfa. Del monarca, el hombre que estaba comprometido hace días y que no- ... Joder, había sido infiel con Jimin.

No puede estar pasando aquello, maldita sea. ¿Cómo quitaba ahora de su conciencia todo eso? Se sentía fatal, por que no lo alejó, no le dijo que no lo hiciera. Pero mierda, Jimin lo quería, su corazón bombeaba con tanta fuerza, su respiración anhelaba sentir la contraria, y sus labios adoraron la boca ajena las dos veces que decidieron unirlas.

¿Cómo lo iba a mirar a la cara ahora? ¿Al menos iba a intentarlo? ¿Cómo miraría ahora a la futura esposa del alfa? Siempre que la miraba sentía que deseaba su lugar, no podía ser tan egoísta.

Sale de su cuarto, yendo rápido hasta afuera de la casona para evitar encontrarse con Taehyung. Buscó por todo el pueblo a Sanwoo, encontrándolo charlando con un hombre que vendía frutas. Jimin en cuanto le vió corrió hasta el, lo agarró del brazo y se lo llevó.

— ¡Jimin, estaba comprando fresas! — Chilla Sanwoo mirando confundido al omega. — ¿Qué pasa? ¿Viste un fantasma? Estás muy pálido.

— Besé a uno. — murmura, antes de batir su cabeza rápidamente y que Sanwoo le mirara aun más perdido. — Necesito... agh, contarte algo. — susurra el más bajito, sentándose en una banca mientras Sanwoo asentía, sentándose también. — Se que está mal, por favor no me juzgues que mi conciencia ya me tiene... muy mal... — murmura.

— Dios, no me digas que le levantaste la voz al alfa ayer, Jimin, e-es que no era necesario... — Eleva una ceja el más pequeño, viéndole confundido con esos orbes azules. — ¿No vamos a hablar de que nos pilló?

Jimin niega, suspirando pesado.

— Ah, no, no... está bien, el no tiene ningún problema contigo. — Sanwoo suspira aliviado. — Pero... e-es que necesito hablar de lo que pasó después... — El más algo asiente. — Lo tengo atravesado en la garganta, es malditamente desesperante.

— Vale, sácalo. — Sanwoo sonríe.

— N-no es tan fácil.

— anda, Jimin, solo dilo. — el más alto rueda sus ojos.

— Sanwoo es que es un tema difícil y-ya que-.

— Sólo dime lo que tengas que decir. — Eleva sus hombros.

— P-pero es qué-.

— Jimin no le des tantas vueltas, total no te juzgaré lo más mínimo, somos amigos y-

— El me besó... — El más alto dejó de hablar, volteando a mirar a Jimin. —  N-nos besamos.

Casi que lo escupió, y el beta que tenía a su lado en cuanto escucha eso deja caer su mandíbula mirándole ahora con la boca abierta, quedándose paralizado. Haciendo que el menor frunza su ceño y le mire confundido.

— S-Sanwoo... — Susurra, viendo como el beta seguía ahí, mirándole con una expresión que Jimin no sabía si era de shock o si era de asombro. Antes de que el mas alto tomara una fuerte bocanada de aire.— Oye...

— ¿QUE ÉL QUÉ? —

El más bajo da un salto en su lugar cuando el beta le grita prácticamente en la cara, antes de taparle la boca y escuchar como seguía parlincheando a pesar de tener la mano del más bajo en su boca. Jimin miró a su alrededor esperando que nadie haya escuchado aquel grito, percatandose de que solo una persona de toda slas que pasaban se habia volteado a mirar.

El corderito del lobo - VminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora