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Talla sus ojos dando un ronroneo, sintiendo una cálida respiración contra su frente. Eleva su mentón un poco y sus ojos observan desde abajo como Kim se encontraba plácidamente dormido, dejando unas pulsaciones aceleradas en el corazón del omega al despertar nuevamente con el después de tanto tiempo. Se había sentido como un maldito martirio.

Ambos habían tenido una noche tan preciosa, cargada de tantas ilusiones y esperanzas. Aquella noche parecía haber marcado por completo la vida de ambos protagonistas al saber que ese día, en el que ahora estaban presentes, al abrir sus ojos las consecuencias que pudiesen tener por ambos estar juntos simplemente ya no parecían preocupar. Todo era ellos dos, ellos dos y su preciosa conexión al ser almas destinadas que anhelaban un encuentro; algo que quizá nunca imaginaron que pasaría y de abordó de la manera más alocada y sin sentido posible.

¿Pero como podría alguien juzgar sus decisiones o sus comportamientos? Nadie sabría que hacer teniendo un cargo tan grande en tus hombros al ser un monarca de una gran aldea que salió a flote justamente gracias a su propia generación y su propia familia. Taehyung no podía simplemente tomar decisiones a la ligera, había sido criado siempre para pensar en su pueblo, no en el. Su corazón había sido encarcelado desde que nació, puesto que se le prohibió el enamorarse como tal de un omega. Su padre siempre vio a aquellas criaturas tan dependientes de los alfas como simples incubadoras, que estaban hechas para ser ser accesorio el cual portar cuando el bebé estuviese haciendo un escándalo, y la persona que tendría que apotar absolutamente todo de sí misma para criarlo y que este en algún momento, pasase por lo mismo que Taenyung pasó.

Un ciclo que no dejaba de dar vueltas como si tuviese baterías que se recargadas automáticamente.

Taehyung no sabía que hacer, jamás experimentó tales sentimientos hacia un omega y mucho menos que este fuese un hombre; todo lo contrario a Jeon, criado prácticamente con ideas distintas y el cual sin problema alguno se atrevió a conquistar a un omega sin importar su género. Taehyung no podía, su cabeza, sus recuerdos, y aquella voz que le decía que el era el encargado de que todo estuviese siempre igual, siempre bien, siempre perfecto.

Jimin nunca creyó que ese hombre que se veía tan ... terco, tan frío en un inicio comenzaría a ser el amor que su lobo tanto estaba buscando, una persona a la cual por más que pudiese odiar con toda su maldita alma por cualquier boberia que le hiciera, no podía evitar que sus pensamientos y su corazón le ganase de tal forma que sus desiciones fueran tan estúpidas en cierto punto; cuando la razón le hacía decir cosas que su corazón no quería.

"- Si me dices que no me case, no me casaré, Jimin."

Parecía todo ser tan contradictorio, ver como aquel alfa que parecía tan seguro de sí mismo cuando decidió comprometerse con aquella mujer que no amaba, pero que Jimin siempre estuvo al tanto de que en algún momento sucedería... Taehyung se lo explicó, y el alfa jamás le nombró a una figura masculina como una posible pareja. Justamente, por qué Kim nunca imaginó que estaría completamente enamorado de una de ellas.

Sus actos eran estúpidos y sus pensamientos hacia ese omega que le producía estragos en su corazón eran hermosos, pero solamente porque no podían combinarse entre sí. Le costaba, joder, odiaba que fuese si mismo tan complicado, ¿pero alguien realmente podría juzgar sus actos? ¿a él? ¿Un chico joven que había sido obligado a estar a cargo de todo un manantial de personas? ¿uno que desde pequeño había sido entrenado para saber qué y no hacer? Nadie podía culparlo, Taehyung nunca pudo divisar bien sus sentimientos porque jamás nadie se los provocó ... a excepción del omega rubio que ahora lo miraba como si se tratase de la obra de arte más bella del mundo.

No quería despertar Kim, sabía que al hacerlo se enfrentaría a lo que desde que conoció a Jimin se enfrentó; angustia, una jodida angustia de que por fin podría quizá ser feliz. Si era aceptado con Jimin a su lado... todo sería tan malditamente fácil.

El corderito del lobo - VminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora