Capítulo 5

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Holaaaaa ama ya llegueeeeeeee jaja

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Y Sasuke se conmueve porque comienza a imaginar que cuando su dulce alfa crezca, será así de cariñoso y protector como el señor Namikaze. Los felinos ojos negros brillan ante la expectación.

—Te dejaré frecuentar a mi hijo, pero...—la madre del rubio se seca las lágrimas con el dorso de la mano y se dirige al omega aun con la tristeza colándose en su voz —Hay muchas cosas que debes saber sobre Naruto —mira a su retoño con infinito amor y vuelve la vista al otro —No todo es color de rosa... hay una serie de reglas que debes seguir para poder convivir con él.

—¿Reglas? —indaga interesado.

—Si —cruza los brazos como esperando que el otro se arrepienta —Cientos de ellas.

Más, sin embargo, sus gesticulaciones denotan un gran interés —¿Cómo cuáles?

—Cosas que van desde lavarse las manos antes de tomar la suya, preparar el desayuno dos o tres veces más porque no hay simetría en la redondez de sus pancakes, hasta hacerte mirar bajo su cama unas veinte veces para asegurarse que no hay un monstruo bajo esta, de lo contrario tendrá un ataque de ansiedad —ríe irónica —Puede parecer gracioso, pero es una batalla diaria que requiere mucho amor y devoción ¿Qué tanto crees aguantar omega?

—No tengo ningún problema en adaptarme a la rutina de Naruto —y su mirada es sincera.

—Espero que sea verdad... Esto no es ningún juego o capricho momentáneo —los ojos violetas se tornan aterradores —Una sola lágrima derramada por tu causa y te juro que no habrá lugar en esta tierra donde te puedas esconder.

Por primera vez desde que vio a esa mujer, los vellos del cuerpo entero se le erizan, esa no es una amenaza a medias, esa es una amenaza real.

—Bienvenido a mi familia —y la facilidad con que la mujer transforma su rostro a uno amable, es aún más tétrico.

Sasuke asiente serio y sin mucha efusividad, cuando la abuela del niño le interrumpe.

—Hay otro tema de vital importancia—hace una pausa pequeña—tu celo.

—Lo tengo controlado.

—No entiendes omega—explica severa—Vivir un celo teniendo cerca a tu destinado, te puede hacer perder el control aun con los supresores.

—Entonces en esas fechas me alejaré de Naruto—resuelve sencillo, pero en el fondo aún no pasaba y pensar en alejarse ya le está calando profundamente.

—Espero que tu voluntad sea firme Sasuke—asevera.

—Lo es—sostiene.

—Pues bien—Itachi carraspea para aligerar el ambiente—Supongo que... Si ustedes gustan, nos podemos poner de acuerdo.

—Sí, me parece una excelente idea—le secunda Minato.

—Me gustaría tener por escrito todos los hábitos y horarios de Naruto—manifiesta—Así como tratamientos, historial médico, psicológico y psiquiátrico.

La madre y la abuela asienten satisfechas ante el interés del otro.

—Bueno, si ustedes me lo permiten, señores Namikaze—el hermano mayor expone respetuoso—Me gustaría que conociesen a nuestros padres.

—Oh sí, será un verdadero gusto—responde el progenitor rubio—¿Qué opinas querida? —se dirige a su esposa.

—Sí, quiero saber con qué clase de personas convivirá mi bebé—enuncia rencorosa la celosa madre, a lo que Sasuke rueda los ojos con hastío.

Una gotita rueda por las cabezas de los dos alfas varones.

—Si... Si claro, señora Kushina—responde amable el Uchiha mayor.

Una vez habiendo acordado lo importante y habiendo intercambiado datos personales, cada familia toma su rumbo no sin antes despedirse diplomáticamente, dejando al último al pequeño y su omega.

Con delicadeza Sasuke se acuclilla hasta quedar a la altura de Naruto, anhela profundamente darle un abrazo o al menos tocar su mano, pero sabe que no puede, por lo que solo le sonríe tímido.

—Adiós Naruto—agita levemente la mano en el aire para despedirse—Te veré pronto.

El pequeño rubio sonríe grande y se inclina solo un poco para poder olfatearlo una vez más en un gesto de reconocimiento del que el niño no es consciente aún, él solo sigue el instinto que le indica hacerlo.

—Adiós Sasuke—regresa el mismo gesto de despedida y camina hacia su padre y abuela, que se encuentran varios metros adelante esperando por él, mientras Kushina sale del sanitario para poder tomar la mano de su hijo, quien antes del contacto averigua que la extremidad de su progenitora este limpia, olfateándola y mirándola escrutadoramente.

—¿Puedes creerlo? —susurra indignada a su esposo—Huele mi mano para saber que este limpia, y al omega creído ese, lo olfatea sin pedirle que estuviese limpio antes.

—Querida...

—Ya sé, no lo digas—lloriquea—is si distinidi....

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El retorno a casa en el auto del mayor es en completo mutismo, ninguno de los dos se atreve a hablar hasta que Itachi no lo soporta más y una risa atorada en su garganta se escapa.

—¿Con qué tu destinado? —pregunta burlesco.

—No te atrevas a reírte idiota—el omega se cruza de brazos con un adorable puchero.

—Ay hermanito—sonríe altivo—¿Qué pasará con esa lista de los mejores alfas del país que harías?

—No esperaba conocer a mi destinado—resuelve sencillo.

—Es justo a tu medida—otra risotada escandalosa se escapa por el mal chiste de medida, recordando que Naruto le llega al ombligo a su hermanito.

—Ya crecerá y será un mejor alfa que tú—enuncia altivo y con los ojos brillosos.

—Ya lo veremos—frunce el ceño celoso y pronto su faz se hace reflexiva—Oe Sasuke...

—Hm.

—Entiendo lo que debes sentir—expone cariñoso—Después de todo... Pocas personas en el mundo encuentran a su destinado, pero...

—No lo digas Itachi.

—Pero...

—¡No! —le mira enfurecido—No me importa su trastorno.

—Sasuke—apacigua su tono lo más que puede—Solo piénsalo... Naruto no es un niño normal y tal vez las cosas que esperas, nunca las puedas hacer con él... Solo piénsalo ¿sí?

—De acuerdo—asiente con tristeza porque sabe que es verdad, pero el sentimiento que causa conocer a tu destinado, es algo que Itachi no va a entender nunca, porque ni el mismo tendría manera de explicarlo.

Continuará.....

MY  SWEET ALPHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora