Capítulo 12

3.5K 538 84
                                    

Holaaaa ¿cómo están?

*******************************


—¡NO! —grita horrorizado mientras el espeso lubricante baja abundante por sus piernas.

Con la vista nublada y sin rastro de conciencia, el chiquillo áureo se acerca acechando a un aterrorizado omega.

Sasuke trata de aferrarse a la cordura, pero sus sentidos le están nublando la razón, cae de rodillas y se niega a perder la conciencia para terminar haciendo una tontería que sabe le alejaría permanentemente de su destinado, por lo que estira el brazo tembloroso y jala la última gaveta del armario. Con un esfuerzo titánico abre el botecito y sin medir la cantidad, vacía una parte en su boca. Son segundos en que la conciencia regresa a él y cuando hace amago de incorporarse, Naruto le ha saltado encima.

El cuerpo pequeño se acomoda a horcajadas sobre la pelvis desnuda del omega, haciéndolo dar un respingo ante la sensación de la piel inexperta, húmeda y caliente, rozando con la suya.

—¡Naruto! —lo trata de alejar, pero la fuerza del niño ha aumentado considerablemente, su alfa interior ruge furioso—¡Basta! ¡Espera!

El recién presentado alfa no escucha las órdenes de su omega, lo único que controla la infantil mente es el instinto carnal, por lo que se frota impúdico contra la entrepierna del mayor, y si bien, a este el celo se le ha suprimido a causa de haber ingerido 3 veces la dosis de los ilegales supresores, no es de palo, por lo que el estímulo sobre su enhiesta erección le hace jadear. El delicioso aroma que desprende el rubio lo tiene salivando y con el virginal orificio chorreando.

—Mhgt Naruto—toma los pequeños hombros para empujarlo hacia atrás y parar la peligrosa situación.

El pequeño alfa cae de espalda y como un animal preso de sus instintos se incorpora rápidamente para volverse a abalanzar, reclamando a su omega.

De un solo movimiento el pelinegro le ha tirado de boca y con todo el pesar de su alma le da un golpe leve en la nuca que le deja noqueado.

Se tira resollando al suelo y respira hondo para sosegarse un poco. No puede digerir lo que acaba de pasar. El alfa de Naruto ha despertado, el alfa de un niño de solo 8 años ha desencadenado su propio celo, ¿Qué va a hacer ahora? Los supresores de Orochimaru acaban de perder efecto.

Con las piernas temblorosas se pone de pie, para acomodar al niño en la cama, sabe que este puede despertar en cualquier momento y entonces no sabrá si su voluntad será tan fuerte para resistirse a su alfa. Se viste rápidamente sin limpiarse y marca el número de la única persona que le puede ayudar.

—¿Sasuke-kun?

—Orochimaru.

—¿Estás bien Sasuke-kun? —se extraña, pues la debilidad en el tono del omega es bastante evidente.

—Tengo un problema....

*********************************

—Este es el supresor de emergencia más suave que tengo—verbaliza mientras inyecta el brazo del pequeño alfa.

El omega quien se encuentra sentado en la orilla de la cama, agarrándose la cabeza por la desesperación, alza la vista para mirar al hombre serpiente.

—¿Estará bien? —indaga visiblemente vulnerable.

—Si—responde guardando todo en su maletín—Nunca vi un caso similar, debe ser el alfa más joven de la historia en despertar—detiene sus acciones y su usual gesto burlesco se convierte en uno serio—Sasuke-kun... si desencadenó tu celo aun con esos supresores, ya nada puede detener a tu omega interior.

—Tal vez...—enuncia nervioso—Tal vez si aumento la dosis...

—Matarías a tu omega.

*********************************

El sonido sordo de una bofetada que impacta en la impecable cara del omega, resuena en la habitación del pequeño sol que aún duerme, inocente de todo el desastre que ha causado.

—Te advertí que no le hicieras daño a mi hijo— la furiosa faz de la bermeja alfa amenaza con someterlo a las peores torturas.

—¡Kushina basta! —el pasivo Minato, la agarra por los hombros para detenerla—¡No es su culpa!

La mirada gacha del omega hace que el pálido rostro quede cubierto por las desordenadas hebras negras—No fue mi intención—el tono roto se escucha ahogado en llanto.

—¡Te alejarás de él! —esputa en cólera—¡No le volverás a ver nunca!

Y siente cómo su corazón se desgarra, arrancándole la mitad de su alma en el proceso, haciéndole caer de rodillas.

—Por favor no—súplica en llanto—Por favor no me alejen de él.

—No puedes hacer eso—la voz estoica de la rubia mayor irrumpe en el aire—Debemos buscar un método factible—explica mesurada—Recuerda que al separarlos no solo dañaras al omega, también pondrás en peligro la vida de tu hijo.

—¿Qué pasa? —la dulce y adormecida vocecilla corta la tensión del momento.

—¡Mi bebé! —la preocupada madre se acerca a la cama para escrutar a de cerca a su niño.

Pero los ojos de cielo se pierden en su omega arrodillado en el suelo, quien se limpia las lágrimas con el dorso de sus manos.

—¡Sasuke! —de un brinco sobrepasa a su progenitora y corre a lado del otro —¿Por qué lloras? —la aflicción tiñe el infantil habla y mira la enrojecida mejilla lastimada.

—No... No es nada—sonríe lo mejor que puede pero los ojos hinchados le delatan.

La manera en la que los orbes azules voltean y miran rencorosos a la bermeja, le deja estupefacta. Logra ver en las dilatadas pupilas de su hijo, el instinto protector alfa, muy similar al que mira en los ojos de su marido todos los días.

Continuará .....

MY  SWEET ALPHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora