Capítulo 37

2.9K 390 48
                                    

Nota: Ya se esta terminando de desenmarañar esto, ahora si es enserio jajajajaja

Los te quiero mucho

*********

Nadie le enseño lo que se debía hacer cuando se está dividido entre instinto y corazón. A su edad uno nunca espera que algo así pueda desestabilizar su vida monótona y la que creía estaba completa.

Tiene la urgencia de salir corriendo, pues es lo que le dictamina su raciocinio, ergo, algo más fuerte le nubla el pensamiento, haciéndole sentir dividido.

Baja pesaroso del vehículo—Me voy—atina a responder, porque no sabe que más decir y está emocionalmente hastiado.

El otro le mira con burla—¿Tanto miedo me tienes?

—No—refuta enfadado y frustrado.

—¿Entonces por qué huyes? —desmonta de un salto y se acerca al rubio angustiado.

—Esto no está bien, señor Madara—asevera con firmeza.

—Eres un alfa, esto pasaría tarde que temprano—cruza los brazos en un ademán altivo—Es la ley de la naturaleza—el pelinegro ríe sardónico cuando los ojos azules le miran con rencor, porque en el fondo Minato acepta que parte de lo que dice es verdad.

—Eso no quiere decir que profanaré mi matrimonio de esta manera tan ruin—le ha detenido por los hombros cuando el otro intenta acercarse más—Déjeme ir.

Madara da dos pasos en reversa y alza las palmas en señal de paz—De acuerdo alfa, yo no te voy a detener—le da la espalda para volver a montar su animal—Tú solo constatarás lo que te he dicho—toma la rienda con entereza—Que tengas buen viaje— y Minato guarda con toda la fuerza de su ser, el instinto bestial de su alfa que le ruega ir tras el omega.

*******************

Los orbes violetas se pasean analíticos por el reflejo del espejo. Se considera hermosa, no es una mujer acabada, la tersura del cutis es digna de una princesa, las hebras rojizas han sido motivo de halagos desde siempre. Siendo su esposo quien remarca su belleza constantemente.

Su familia siempre estuvo en primer lugar ante cualquier situación. Dejo su profesión cuando su hijo fue diagnosticado con TOC y se dedicó lealmente a las personas que más ama. Nunca supo cómo más agradecer la dicha de tener la familia perfecta.

Pero como todo lo bueno tiene un final, ese final comenzó cuando Sasuke Uchiha se cruzó en sus caminos. Nunca creyó que llegaría a detestar tanto el maldito lazo que une a los destinados. Si ellos nunca hubiesen conocido a Sasuke, las cosas no estarían así en estos momentos y su familia seguiría tan unida como siempre.

¿Cómo debe actuar?, no duda ni un poco del amor de Minato, lo ve en sus ojos celestes cada que la mira con anhelo. No lo culpa, su marido es verdaderamente bueno y le duele verle luchar en su interior por dominar su naturaleza de alfa. Ella misma también es una alfa, ¿Algo así le podría pasar a ella misma?

*******************

Entra decidido y sin tocar la puerta, pues si bien tiene un gran respeto y admiración por su tío, la duda le corroe el pensamiento y ya no puede aguantar más.

—¿Ya me dirás que está pasando?

—No sé a qué te refieres—miente y no le mira a los ojos.

—¿Estás interesado en el padre de Naruto? —indaga más preocupado que curioso.

—No lo sé—y la réplica es sincera, reconoce que hay una cuestión más instintiva que amorosa—Es el segundo alfa que me atrae en la vida.

—Tío...—se acerca debido a que nota en el rostro severo, una expresión temerosa e insegura que nunca le había visto— Es un hombre casado...

—Lo sé—se soba el entrecejo decepcionado de sí mismo—Pero es algo que me sobrepasa... Es algo que sobrepasa al gran Madara Uchiha.

—¿Por eso se fue? —afirma más que preguntar.

—Si—confirma hosco.

****************

En el tiempo que llevan debatiendo respecto a la bizarra situación, no parece haber solución posible que deje conforme a los reunidos. Itachi ha comenzado a darse cuenta de la gravidez de las circunstancias, pues las emociones que le causa estar sentado en el mismo lugar que su esposo y su destinado, son más positivas que negativas. Se siente tan patán por estar pensando lo que está pensando que incluso le aterra que alguien pudiese leerle la mente.

—Tal vez podríamos compartir la custodia del bebé—Shisui expone sencillo como si de cualquier cosa se tratase.

—¿Estás loco, alfa? —ríe sardónico ante el atrevimiento del esposo de su destinado—¿En qué momento este asunto te incluye a ti?

—Es así, aunque no te guste, puesto que soy el esposo de tu destinado después de todo.

La indignación ya es inaguantable para el omega, por lo que se vira violentamente hacia Itachi quien se ha mantenido empequeñecido en el escenario dramático—¡¿Y tú no piensas decir nada?!

—Bue... Bueno yo—tartajea presionado, pues cuando hablo con Shisui estimó que todo sería sencillo.

El fraguado plan consistía en dialogar con Deidara y de esta manera llegar a un acuerdo en el que se le permitiera ver a su hijo y seguir su relación con su amado esposo. Solo que ahora que volvía a ver a su destinado, no se sentía muy a gusto con ese plan.

—Esto...esto es muy difícil—Shisui le lanza una mirada asesina, pues percibe la duda en la faz ajena y esto le hace hervir de rabia.

El omega logra entender la situación y una sonrisa de satisfacción se dibuja en su altivo rostro—Ya entiendo...—mira al de hebras ensortijadas, orgulloso y burlesco—Itachi no se quiere alejar de mí.

Continuará .....


MY  SWEET ALPHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora