Capítulo 11

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NOTA: Gracias por leerme, comentarme y votarme, llenan mi kokoro.

Este capítulo quedó un poco más largo porque me emocione jajaja 

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Han pasado algunos meses a ese ritmo e inevitablemente el lazo que une a ambos destinados, se ha hecho fuerte. Naruto ha ido fracturando con paciencia y lentamente algunos patrones de comportamiento que lo condicionan al TOC. Cosas tan sencillas como lavarse las manos menos veces al día o comer con mucho esfuerzo sus pan cakes, aunque su forma sea irregular, han hecho una gran diferencia en la forma de relacionarse con los demás. Por ahora el único que recibe abrazos de al menos 4 segundos, es su omega.

Por otro lado, Sasuke se independizó de su familia y se ha mudado su propio departamento sin importarle los lloriqueos de Fugaku. Sigue trabajando en la empresa exportadora, pero ahora se toma más tiempo para poder ir por Naruto a su escuela y llevarlo a casa, por lo que consiguió que su padre le diera otro puesto que no implicará viajar. Al final logra presentar a su destinado aún con el desacuerdo de su progenitor. Mikoto e Itachi le adoran y Fugaku lo sobrelleva, no desea provocar a su adorado hijo omega y que, en consecuencia, este termine alejándose de él.

En cuanto a su celo, ha conseguido suprimirlo por completo. Ya no percibe a su omega interior alborotado y chilloteando por el alfa de Naruto. Por otro lado, independientemente de su omega, el mismo Sasuke siente deseo por el pequeño alfa. Aunque mantiene el control, le es inevitable no sentirse tentado cuando este le da uno de sus arranques de mimos, robándole pequeños besos en la mejilla. Para el pequeño rubio, estas son demostraciones inocentes de su más puro amor, pero para Sasuke, es una completa tortura. Ha confirmado lo horrible que estar lejos de él, ya que algunas semanas atrás, el infante tuvo cita con su famoso psiquiatra y la estadía en Ámsterdam tardo 2 largas semanas, en las que el omega no comía, no dormía y prácticamente no vivía. Por lo demás, todo había salido relativamente bien... Hasta ese día.

Durante un agradable paseo por el parque central de la ciudad, lleva a su zorrito a comer ese platillo que su suegra tiene prohibido, pero él, como Uchiha consentidor, no le negaría nada a su dulce sol, por lo que ahora ambos degustan ramen mientras miran a los patos nadar en el estanque del mismo sitio.

Sasuke se ha aprendido todas y cada una de las reglas de convivencia para con su alfa, por lo que siempre se adelanta a los hechos, pero en esta ocasión, de manera inesperada, un maldito pato endemoniado le ha querido quitar el ramen al pequeño Naruto, por lo que, como todo un héroe, Sasuke ha corrido a auxiliar a su alfa. Entre gritos y forcejeos, el espeso caldo ha caído en la ropa de ambos hombres y parte en la cabeza del hambriento pato.

Todo queda en silencio y el rostro de Sasuke muestra una mueca de terror. El pato, que parece percibir el aura tensa del momento, ha corrido a sumergirse al agua de nuevo.

—Sasuke—enuncia en un hilo de voz—Estoy sucio.

—Na... Naruto—con mucha suavidad agarra muchas servilletas y trata de limpiar al otro, aunque ya sabe lo que viene, por lo que no se quiere ni mover.

—¡Estoy sucio! —el rostro está rojo y amenaza con estallar en llanto—¡Estoy sucio!

—Calma—trata de serenarlo—Respira profundo—indica, pero el infante lo único que puede pensar, es en el desorden de su camisa naranja bañada en caldo y la sensación pegajosa contra su piel.

Sin más dilaciones y antes de que el rubio haga un tango en pleno parque, le toma de la mano, lo cual empeora el estado de ánimo del otro y corren al automóvil del mayor.

MY  SWEET ALPHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora