Capítulo 27

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Nota: Holaaaaaaaaaa ya llegueee , le fue bien mal a la Kushina en  los comentarios el capítulo pasado jajajajaja 

gracias por leerme, los te quiero muchoooo

Ahhhh como disfrute escribiendo la ultima parte jajajajajajajajaja

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Para de cabalgar cuando el angustiado alfa le logra dar alcance, limpia las lágrimas saldas con la manga de su camisa y desmonta a su fiel equino.

—Sasuke—clama desesperado mientras ata su caballo al mismo árbol en el que el otro ha dejado al suyo.

El herido ex omega, se sienta en un tronco viejo, mientras entierra el rostro en sus temblorosas manos.

Con suavidad, se acerca acuclillándose frente a él. Con delicadeza retira las pálidas manos del húmedo rostro y levanta el tieso mentón que se niega a obedecer a la caricia del rubio.

—Sasuke—susurra con blandura—Por favor mírame.

Con vergüenza levanta el enrojecido rostro y los ojos hinchados, rompen el corazón del alfa.

—Todas esas cosas que mi madre dijo, no son verdaderas—acaricia las mejillas con las yemas de sus dedos.

Al instante la mirada de carbón le atraviesa cuál daga afilada—¿Qué no es cierto?, ¿Qué soy mucho mayor que tú?, ¿Qué no te puedo dar hijos?, ¿Qué esa omega es joven y hermosa?, ¿Qué parte de todo, no es verdad Naruto? —los celos le desbordan y no logra contener lo que sale por su boca—Su aroma debe ser delicioso ¿no?, ¿Cuántos celos pasaste con ella, que te ha venido a buscar con tanta insistencia?, ¡¿Dime cuantos?! —le toma por solapas esputando a centímetros del rostro contrario.

El rubio le agarra por las muñecas mientras el otro se revuelve fúrico—Tienes que calmarte—afianza el agarre y le habla mesurado.

El Uchiha se termina de derrumbar, soltando el copioso llanto. Busca refugio en los brazos del alfa quien no duda en estrecharle con paciencia. —No llores más—le mima con cariño, sintiendo su pecho húmedo.

—No estoy llorando—enuncia con la voz temblorosa y sorbiendo los mocos vergonzosamente—No digas mentiras.

—De acuerdo, de acuerdo—apacigua a la fiera llorona.

—Naruto...—murmura sin salir de su escondite— A.... ti ...a ti ¿Te gusta esa omega? —aprieta las ropas del rubio con sus puños—Yo entendería si ella te gus....

El fuerte pecho vibra por la risita atona que se escapa de su garganta. Le toma por los hombros y le saca de su escondite. —¿Cómo te hago entender? — deja un beso pequeño en la blanca frente— que, si no eres tú, no será nadie.

Antes de hablar, intenta evadir la mirada azulina que le escruta a detalle. —Naruto... Tú aún eres muy joven—hace un esfuerzo titánico para no llorar más—Hay cosas que aún no comprendes y no vives—acaricia las marcas de nacimiento con ternura—Experiencias que te darán la madurez para elegir a la persona con la que quieres pasar el resto de tu vida.

La mano del pelinegro es retirada con violencia de la mejilla de caramelo—¿Entonces como aún soy un adolescente, no sé lo que siento? —cuestiona temblando de la ira—¿Todos saben lo que siento menos yo?... Deboparecer un gran idiota.

—No Naruto... eso no es lo que...

—Al final eres igual a mi madre—verbaliza con furia contenida—Quieren decirme a quien debo querer—da algunos pasos hacia atrás —Porque para ti...6 años esperando no son suficiente prueba de mi amor.

—Yo no quise decir eso—se apresura a retractarse mientras el rubio desamarra las riendas de su equino—Naruto por favor espera.

—No quiero hablar contigo ahora—el rencor en los azules ojos gélidos, le parte el alma. El áureo joven, monta su caballo ágilmente y toma las riendas de manera decidida, para marcharse de ahí, hasta que un gemido de dolor le hace detenerse.

—Aghhttt.

—¡Sasuke! —desmonta en un flash y corre a socorrer al otro.

Cae de rodillas y lleva la blanquecina mano a la marca en su nuca, le ha empezado a escocer como los infiernos. Le duele la cabeza y le punza el vientre. Siente cómo su cuerpo comienza a ser llenado por algo que no puede describir, como si su conciencia se dividiese en dos. Reconoce esa sensación, pero pensó que moriría sin volver a sentirla...

—¡Sasuke! —le toma en brazos, al ras del suelo—¡Sasuke! —Da ligeros golpecitos en los carrillos colorados y despeja la sudada frente con ahínco.

Detiene todo movimiento, cuando el eco de unos rítmicos tambores irrumpe en la naturaleza. Vira la cabeza a todas direcciones para hallar la improvista fuente del sonido. Se asombra cuando se percata que no es el sonar de ningún instrumento, son los latidos de su propio corazón que irruyen sus oídos. Lo percibe, como hace muchos años no lo percibía, en las profundidades de su alma, su alfa otila con vehemencia, se sacude y se alborota, clamando por su omega.

Y aspira profundo la sabrosa esencia que el cuerpo de Sasuke despide, galletas de vainilla. Entierra enardecido, la nariz en el cuello largo se llena y se extasía de la exquisita fragancia. Llora conmovido y afectado, profusamente y con desespero. Gimotea ubérrimo, no es Naruto quien se aferra con todas sus fuerzas al cuerpo de su omega, es el alfa quien solloza por el renacer de su alma destinada.

**************

La faena ha sido extenuante, nadie le dijo, que ser el empresario ganadero más importante de la región, seria cosa sencilla. Al final tiene un gran cansancio mental encima. Ama a su familia y los problemas de sus sobrinos le tienen afligido, especialmente Sasuke que adora como el retoño que nunca tuvo. Ha pasado casi todo el día en el pueblo, entre una diligencia y otra. Pasan de las 12 pm y aún espera a Sasuke quien salió un par de horas antes hacia la finca vecina.

Fuma su tabaco, sentado en el columpio de madera. En noches de insomnio como esa, cuando la luna esta tan redonda y brillante, cuando los grillos hacen su sinfonía, piensa en Hashirama. A veces se pregunta, si haber decidido jamás volver a abrir su corazón, fue la decisión correcta. No le falta nada, es un omega codiciado aún con sus buenos años, tan añejo como el mejor vino. Más allá de su belleza, su encanto radica en la viveza de su carácter y en el ímpetu de su personalidad. No ha existido un alfa que llegase a domarle, el único amor en su vida fue el del Senju menor. Siempre tuvo debilidad por su pasivo carácter y la nobleza de su espíritu, así fuese un poco estúpido.

Sale de su profunda ensoñación al escuchar una masculina pero serena voz. Ha estado tan metido en la nostalgia de sus memorias que no ha notado el vehículo estacionado al frente de la finca.

—Buenas noches—el atractivo hombre saluda con amabilidad, una muy poco usual para ser un alfa—Disculpe, yo estoy extraviado—el gesto bobo al rascarse las doradas hebras, hace a Madara sonreír por dentro, aunque se mantenga con el gesto inexpresivo.

—¿Qué estás buscando, citadino? —cala su puro e interroga áspero.

—Eh...bue bueno yo—por breves segundos se pone nervioso ante el tempestivo trato de lo que reconoce como un omega—Busco la finca del señor Jiraiya.

Continuará ....

MY  SWEET ALPHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora