Capítulo 14

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Hola queridas almas angustiadas muajajajajaajajaja

Gracias por leerme <3 , llenan mi kokoro.

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—¿Qué pasa? —interroga confundido.

—Sasuke—murmura en un hilo de voz—No siento tu aroma... No está tu aroma.

El rostro poco usual y alarmado del rubio, le revuelve el estómago.

—¿Qué? —no digiere lo que el otro le quiere decir.

—¿Sucede algo? —la progenitora Uchiha cuestiona extrañada, pues la tensión se corta con cuchillo.

Cuando el omega gira la cabeza para mirar a su madre, la exclamación de esta le asusta.

—¡Hijo! —se acerca visiblemente preocupada—Tu nariz...

El nombrado lleva la pálida mano hacia sus fosas nasales y un hilo de sangre tiñe la impoluta camisa blanca. De manera repentina, un horrible dolor en el pecho le hace caer de rodillas y una sensación de asfixia amenaza con dejarlo inconsciente.

— ¡Sasuke! —el grito aterrorizado de Naruto llama la atención de los presentes en la casa—¡Sasuke! —corre hacia su omega y alcanza a sostenerlo al ras del suelo cuando este se desvanece en sus brazos —¡Sasuke!

La impactante escena deja a todos conmocionados, pues cuando arriban al lugar del alboroto, un angustiado Naruto se encuentra hincado sobre el pasto del jardín, sosteniendo al omega quien tose sangre profusamente.

Y como si la situación no pudiese ser más horrible, el pequeño cumpleañero comienza a sentir la misma asfixia. Con un dolor desgarrador se lleva la mano desocupada al pecho y antes de desvanecerse sobre Sasuke, puede escuchar los aullidos lastimeros de su alfa lloriqueando por su omega agonizante.

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Con un gran pesar, consigue abrir los ojos. Una luz blanca y brillante le hace volver a cerrarlos. Vuelve a intentarlo y esta vez el ardor es menos. Identifica un techo impecablemente blanco y el olor a desinfectante invade su sistema respiratorio.

Incluso tomar oxígeno le resulta doloroso y tiene la sensación de que su cuerpo está vacío. Una sensación de desasosiego le oprime el corazón. Rememora lo que ocurrió en la fiesta, e intenta hablar, pero la garganta se siente desgarrada.

—Naruto—susurra con dificultad—Naruto—repite frustrado porque no logra hablar más alto.

—No está aquí— reconoce que esa voz grave está cargada de decepción—¿Por qué no recurriste a mí? ¿Por qué te guardaste tanto tú solo?

Lentamente, vira la cabeza para mirar a su aniki. Los ojos hinchados y la faz enrojecida indican que este ha estado llorando.

—¿Dónde está Naruto? —indaga con un gran esfuerzo.

—Él...—suaviza su tono—Está internado también.

—¡¿Cómo está?! —y el rostro de angustia hace a Itachi querer llorar nuevamente—¡Quiero verlo!

—Sasuke espera—le toma por los hombros cuando hace amago de querer incorporarse—Tú no estás bien y él está en otro hospital.

—¿En otro hospital? —aún se siente embrollado.

—Sasuke—toma las manos de su hermano lastimosamente—Él está estable, pero...—hace una pausa—Pero tenemos que hablar.

El otro asiente leve, indicándole que continúe mientras se acomoda para quedar sentado en la camilla.

Al mayor le cuesta mucho trabajo encontrar las palabras adecuadas para hablar con su pequeño hermano, pero sabe que no hay otro camino.

—Debido a las cantidades negligentes de supresores que has usado tú...—tartajea—Tu omega ya no... yano...

—¿Mi omega ya no está? —interroga vulnerable.

Y el corazón del alfa se rompe cuando mira en el rostro de su indefenso hermano, a ese niño pequeño de enormes ojos negros que le buscaba cuando tenía temor a los rayos durante las noches de tormenta.

El gesto de Itachi le da la respuesta que busca y lentamente vuelve a echar la espalda sobre el colchón de la camilla.

Y llora como nunca lloro. Un llanto similar a la de un niño desconsolado, que hipa y se ahoga en sus propias lágrimas.

La humedad se desprende de los ojos con fuerza y vida propia, el nudo que nace de sus dolidas entrañas asciende como mil navajas afiladas por su garganta haciéndole gimotear afligido.

Sasuke ama tanto a Naruto, lo ama tanto como su omega amo a su alfa.

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El carrito de curaciones sale disparado contra la pared más cercana y ni la fuerza de ambos progenitores alfas compite contra Naruto.

—¡Quiero verlo! —se remueve furioso—¡Suéltenme! ¡Quiero verlo! ¡Sasuke! ¡Sasuke!

—¡Hijo, por favor! —las súplicas de su madre no son escuchadas—¡Naruto!

Comienza a caer cuando el sedante le ha hecho efecto. El ministro de estado lo coge con cuidado volviéndolo a depositar en la cama.

—¿Qué vamos a hacer Minato?

—No lo sé...—el progenitor se pasa la mano por los dorados cabellos con desesperación.

—Ya no existe su omega...—enuncia afectada—Y por más que quisieran estar juntos, Naruto tiene un instinto alfa que no podrá ser llenado por Sasuke.

—Kushina—los ojos azules le miran acusadores—Tú y yo nos complementamos aun siendo alfas.

—¡Lo sé! —exclama frustrada—Pero un alfa puede aguantar los instintos de otro alfa...

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El rostro no pinta emoción alguna, los ojos sin brillo y vacíos están perdidos en la nada. Mikoto sostiene la mano fría de su hijo mientras la doctora Haruno muestra el irreversible daño en los órganos reproductores mediante una histerosalpingografía. Los ovarios sin vida y marchitos, el útero seco, incapaz de volver a producir lubricante natural y para finalizar, la prueba de sangre SHBG muestra que no queda rastro de las distintivas feromonas omega en su cuerpo.

—Tendremos que realizar una histerectomía completa—y los ojos de jade están profundamente apenados. 

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—Hijo piénsalo—súplica el angustiado padre—Debe haber otra manera...

—No la hay—manifiesta gélido.

—Sasuke—advierte su hermano—¿No hablarás con él? No estás tomando en cuenta su dolor—ruega desesperado—Naruto te ama.

Es mejor así—expresa mesurado—Solo sufrirá por un tiempo—aprieta con sus puños la tela de su chamarra.—Luego encontrará a alguien que llene sus instintos de alfa—abraza sus rodillas y se oculta entre estas—No a un recipiente vacío como yo, alguien que ya no tiene nada que ofrecerle, alguien nunca podrá darle descendencia, una flor marchita y sin gracia.

Continuará ....

MY  SWEET ALPHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora