Capítulo 20

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Nota: No se explicar exactamente el porque  me costó tanto trabajo escribir este capítulo, me dio sensaciones raras  jajajajaja

Gracias por leerme. 

Los te quiero mucho <3 

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Dejó a su padre en buenas manos y la peor parte de la enfermedad había pasado, así que, sin aguantar más la lejanía con su amado esposo, decide sorprenderlo y adelantar su viaje unos cuantos días.

Sonríe cálido al recordar que esa conexión tan bonita, nació desde la primera etapa de infancia. Crecieron prácticamente juntos y cada experiencia en la vida, la vivieron de la mano. Itachi ha sido su primer amor y el último.

Consigue un automóvil para lograr llegar a la finca, está contento, pues sabe que el celo de su esposo está muy cerca, así que lo podrán pasar juntos. Años atrás tuvo dudas respecto a su relación con Itachi, pero con paciencia y devoción consiguió mermar sus inseguridades. Siempre tuvo miedo de que un día pudiese llegar a la vida de su consorte, su omega destinado, porque sabía que es algo con lo que no se puede luchar, ¿Quién podría ir en contra del destino?

Suspira cuando se encuentra a las puertas de la casa principal. Baja de su automóvil y respira el aire fresco del campo. Entra despacio, pues sabe que, al ser primeras horas de la mañana, tal vez los habitantes de la finca están durmiendo.

Al llegar a lo que parece ser una sala de visitas, busca el aroma de su esposo y lo localiza, aunque es más intenso de lo usual, ¿Será que se le adelantó el celo?, sonríe pícaro ante la expectativa. Arrastra la maleta con sigilo y se va quitando la chaqueta en el camino. Faltan algunos metros para llegar a la habitación, cuando un aroma floral de lo que claramente es un omega, le hace detenerse en seco. No hay nada extraño con eso, lo extraño es que ambos aromas están mezclados y su naturaleza sea altamente feromonica. Ese no es el aroma del tío Madara, y menos de Sasuke.

Frunce el ceño ante la idea que cruza su mente, pero luego suelta una risita y hace un gesto de desinterés con la mano, Itachi sería incapaz de hacer algo como eso. Así que con el ánimo renovado, llega a la puerta y la abre lentamente, para encontrar a su esposo tapado hasta la cabeza. Con cuidado se retira las ropas, ya que quiere sorprenderle metiéndose en la cama con él.

Alza traviesamente la sencilla sábana y lo que encuentra le hace sentir muerto por dentro. A lado de Itachi... De su Itachi, hay un omega rubio. La confianza cultivada a través de los años con tanto esmero se derrumba en unos cuantos segundos. Es una herida profunda que atraviesa su pecho; vacío, desesperación, rabia, frustración y angustia, se alojan en su doliente alma.

Deslealtad.

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Decide desobedecer al viejo y experimentado jinete, yendo en busca del animal más codiciado de las tierras colindantes.

Ya perdió la cuenta de cuántas veces ha lanzado el largo lazo de cuero crudo para capturar a sombragris. Decide acelerar el trote de su propio caballo, pues está a punto de perderlo de vista y sostiene el bucle mientras gira de nueva cuenta el lazo sobre su cabeza con su brazo dominante. Una vez que ha adquirido la velocidad suficiente  lo lanza y esta vez lo laza exitosamente.

La briosa bestia se retuerce furiosa, tratando de quitarse lo que ata su cuello, cortándole la libertad. Naruto se aferra a las riendas de su caballo con la mano libre para no caer, pero sombragris sigue corriendo. Es difícil controlar la fuerza del imponente equino, pues le dobla el tamaño y el peso a un caballo normal. El lazo le ha comenzado a quemar la mano y el vigor del animal no amaina ni un poco.

El prodigioso cimarrón salvaje conoce sus tierras a la perfección. Si a la fecha no ha sido capturado, no es por su colosal tamaño, sino que es poseedor de una inteligencia arriba de la media sobre un equino normal.

Galopa veloz guiando al otro a los conocidos y peligrosos terrenos de tierra fangosa de los que su padrino advirtió con anterioridad, pero como siempre, el rubio no puso atención. Naruto no quiere abandonar la faena, pues eso le rompería su orgullo de alfa, demostrando así que Jiraiya tenía razón, y por muy bueno que fuera, aún no estaba listo.

Pronto comienza a desconocer las tierras a las que ha sido arrastrado y aun así se niega a soltar el lazo para liberar a la bestia salvaje. Súbitamente, el caballo de Naruto se niega a seguir avanzando, pues pronostica el peligro, pero es jalado por el otro. Justo cuando parece que el cimarrón se ha cansado, desvía repentinamente el camino desconcertando al inexperto jinete y haciendo a su propio corcel frenar brusco debido al instinto de supervivencia, causando que el rubio cayera varios metros adelante sobre el profundo lago de fango y bastante lejos de la orilla, soltando por fin el lazo.

Bufa molesto y se dispone a nadar a la lejana orilla. Pronto se percata con horror, de que a más se trata de mover, más se hunde en el fango y sus pies se han enredado en la maleza imposibilitándole todo movimiento.

**************

Llega a los linderos del río con la adrenalina corriendo por sus venas y bien dispuesto para disputarse a sombragris. Quería a ese equino a como diese lugar, pues cuando miraba a la briosa bestia pastar altiva y libre, pensaba en el imponente alfa en el que Naruto seguramente se habría convertido.

Al no encontrar rastro de sombragris y el jinete, decide buscar en los alrededores con el lazo listo en el brazo. Sigue las huellas marcadas por las herraduras y se extraña cuando estas se dirigen bastante lejos de los límites. Se admira cuando reflexiona en todo el recorrido que el otro jinete ha dado lazando al animal salvaje, tiene que admitir que el hombre en cuestión debe ser un alfa bastante fuerte para aguantar la pujanza.

Se alarma al notar que las huellas siguen hacia los terrenos pantanosos y su fiel caballo se niega a seguir caminando, por lo que temiéndose lo peor se desmonta de un ágil salto. Ata su animal a un tronco y sigue el trayecto a pie.

La angustia llena su pecho al ver pasar un caballo domado sin jinete y corre a la orilla del enorme pantano, solo para notar una mano que sobresale del fango. Sin pensarlo dos veces, desenreda el lazo atando un extremo al árbol más cercano y el otro extremo a su cintura. Saca una navaja de su bota y la toma en su boca mientras se interna en el fango con mucho cuidado para no atascarse en la maleza.

Llega al cuerpo inconsciente y sin dilaciones se hunde para cortar la maleza que atasca los pies del desconocido alfa. Una vez que logra su cometido se apresura a pasar su brazo por debajo de la axila, arrastrándolo a la orilla con mucha dificultad, pues al mismo tiempo tiene que ir guiándose con el lazo y el hombre pesa muchísimo.

Después de varios minutos, llega a la orilla dejando a un lado el cuerpo inconsciente del hombre. Recupera rápidamente el aire y procede a voltear la masa de músculos que se encuentra boca abajo.

La cabeza le explota por el asombro, lleva una pálida mano al pecho para agarrar el corazón que se le quiere escapar. 

Reconocería ese rostro en cualquier lugar...

—Naruto—murmura en un inaudible hilo de voz. 

Continuará...

MY  SWEET ALPHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora