Capítulo 16

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Nota: Giro de la trama jajajaja 

Gracias por leerme y por esperarme <3 los te quiero mucho a cada uno. 

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—Buenos días, hijo—le saluda con cariño—¿Cómo amaneciste?

—Buen día, tío—réplica de buen humor—Excelente.

—Ven, siéntate, te preparé el desayuno—indica.

—Mmmm—olfatea los huevos con tocino—Huele bien.

—Este día yo me encargaré de los cultivos—sirve ambos platos—Te recuerdo que hoy es tu revisión mensual.

—No iré—replica indiferente.

—¿Qué? —detiene toda acción—¿Por qué no Sasuke? —asevera preocupado.

—No tiene caso—se encoge de hombros.

—Pero...

—No volveré a ser un omega—bufa amargamente—Y aunque por un "milagro" —hace comillas con los dedos—Yo pudiese emitir feromonas... Ya no puedo concebir.

El omega dominante aprendió a conocer a su sobrino en los últimos años y entiende, por experiencia, que cuando Sasuke se cierra a una sola idea, no hay quien le saque de ahí. Así que por tranquilidad decide no insistir, al menos por el momento.

Madara nunca tuvo hijos ni se enlazó a un alfa por decisión propia. Muchos años atrás, durante su etapa de instituto, se enamoró locamente de su mejor amigo y al poco tiempo este se mudó, perdiéndole así el rastro por mucho tiempo. Algunos años después se enteró de que Hashirama Senju resultó ser un alfa y estaba casado con una bonita omega. La tristeza fue tanta que busco un rincón alejado de Japón para establecerse y fundar su finca ganadera. Convirtiéndose así en un omega imponente e independiente, quien nunca necesito un alfa para levantar su imperio a base de trabajo duro y esfuerzo. De esta manera, su finca se posicionó como el mejor criadero de caballos pura sangre, así como de actividades varias; entre las que destacan, el cultivo de diferentes semillas y el criadero de ganado.

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El aire seco y el sol intenso le hacen sentir cansado, pero aún tiene cultivos que supervisar. Hace 6 años que llegó a refugiar su dolor en la finca del tío Madara. Trabajar día y noche le ayudó a mermar lentamente su desdicha. Aun así, no hay día en que Naruto no llegue a sus pensamientos e inevitablemente se pregunta ¿Cómo estará? ¿Cuánto habrá cambiado? ¿Habrá encontrado un omega a su altura?, lo más seguro es que sí.

Cada mañana, al despertar y ver la enorme cicatriz que atraviesa su vientre, pasa sus dedos con cariño sobre los pliegues de su maltratada piel y rememora lo que un día fue. Al mirar su reflejo en el espejo se da cuenta de que, si tuviese que pasar lo mismo una vez más para estar cerca de su ex destinado, lo haría sin pensarlo dos veces. Sonríe ante el pensamiento, de los 30 años que ha vivido, esos fueron los mejores 3 de su vida. Un indignado relincho le saca de sus reflexiones.

—¡Perdón! —le grita al ofendido caballo—Si te estoy haciendo caso.

Acaricia la enorme cabeza de su fiel equino y deposita un beso en la misma.

—Ay Naruto—murmura—Eres tan celoso.

—¡Joven Sasuke! —el albino beta corre hacia él—¡Joven Sasuke!

—No grites Suigetsu—le reprende—¿Qué quieres?

—Carta para usted—le entrega el sobre agitado.

—Gracias—verbaliza—Puedes retirarte.

El cansado pelinegro extiende el papel leyendo el contenido, mientras se sienta bajo un árbol y limpia el sudor de su frente con un pañuelo. Al finalizar, una enorme sonrisa ilumina su rostro.

Toma las riendas de Naruto y cabalga hasta la casa principal. Al llegar grita desde la entrada.

—¡Tío Madara! —se interna en la morada—¡Tío Marada!

El atractivo hombre sale de su despacho y se dirige a su sobrino—¿Qué sucede?

—Itachi viene con su esposo.

—¡Qué bueno! —clama rebosante—Hay que preparar todo para darles la bienvenida.

Sasuke asiente contento, presuroso camina a la cocina—Deidara—le llama al rubio omega quien deja sus ocupaciones para hablar con el otro.

—Diga joven.

—Prepara la mejor cena—enuncia contento—Mi hermano llega por la noche.

—Si—asiente contagiado por la alegría de su amo.

De pronto se escuchan los casquetes de un caballo en la entrada de la finca, por lo que Sasuke sale de esta extrañado, pues casi nadie les visita.

—¡Buenas! —la voz de un hombre hace eco en la entrada.

—¿Sí, diga? —el ex omega le mira receloso.

—¡Hola! —saluda alegre—Soy el nuevo dueño de la finca de al lado—el hombre beta, baja del blanco corcel de un brinco—Mi nombre es Jiraiya—extiende la mano en señal de cortesía.

Sasuke camina hacia él y toma la mano extendida sin mucho agrado—Mi nombre es Sasuke, soy sobrino del dueño.

—Pues mucho gusto Sasuke—espeta entusiasta—¿Puedo conocer al dueño?

—Sí, claro—replica—Siga por aquí.

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—Están tan buenas—toma una galleta de chocolate y la remoja en su baso de leche.

—Las hizo Hinata—sonríe pícara—Especialmente para ti.

—¿Ah...Ah, si? —ríe nervioso, pues conoce perfectamente a su astuta progenitora.

—Si—afirma sonriente—Es una omega hermosa y tiene muchos pretendientes, lástima que solo tenga ojos para una sola persona—verbaliza "inocente".

—Madre... Por favor—se aflige.

—¿Qué? —se victimiza—No he dicho nada que no sea verdad.

—Yo no quiero a Hina-chan de esa manera.

—¡Tienes 17 Naruto! —espeta frustrada—¿Cuánto tiempo más pasarás solo tu celo?

—¡El que sea necesario! —explota hastiado de la insistencia de la taheña madre.

—¡Él no va a regresar! —expresa venenosa—¡Deja de esperarlo!

—¡Tú qué sabes! —se defiende y azota la palma en la mesa—¡Es mi destinado!

—¡Ni siquiera es un omega ya!

Cansado de la misma discusión, se levanta violento y se encierra en su habitación.

Cada día desde que Sasuke le abandono ha tratado de odiarle, pero no puede. El amor por él, está tan presente como el primer día. Jamás le hubiese importado que Sasuke ya no fuera omega.

Por al menos cuatro años visito constantemente la casa de los Uchiha para averiguar a donde se había ido, pero nunca logró sacarles nada, dándose así por vencido. Ya no albergaba esperanzas para poder encontrarlo, pero tampoco podía olvidarlo, el hueco que dejó en su pecho no lograba ser llenado con nada ni con nadie. Incluso su alfa lloriqueaba de vez en cuando, clamando por su fallecido omega.

Odiaba la presión que su madre ejercía sobre él para aceptar a Hinata. Sabía lo que la dulce muchacha sentía por su persona, pero no podía corresponderle, no cuando su corazón estaba en otra parte.

Lo mejor sería alejarse de su madre un tiempo, tal vez tomaría un año sabático antes de entrar a la universidad, tendría que hablar con su padre.

Continuará ....

MY  SWEET ALPHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora