Capítulo 13

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holaaaaaa

Nota : Esta juerteeeeeee el asunto.

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Posterior al enorme escándalo causado por el pequeño alfa y el desdichado omega, han decidido pedir ayuda profesional respecto al celo "precoz" del niño áureo y buscar la mejor solución, la cual no implique separar a los destinados.

Los padres del rubio buscan a Sakura Haruno, quien sorprendida por tan descomunal caso atiende a Naruto. Al final de todo, resuelve dar al pequeño, un supresor muy suave, el cual tomaría de manera constante, para mantenerle controlado en lo que llega a la edad suficiente para poder pasarlo con su omega.

En cuanto a Sasuke, ha decidido ocultar desde un principio, que los inhibidores que usa no son legales, aunado al hecho de que la dosis normal ya no surte efecto. Omite ante los padres del rubio, que para calmar su celo tuvo que triplicar la cantidad de estos, por lo que ha comenzado a utilizarlos de manera negligente, a pesar de las advertencias de Orochimaru.

Pasan los meses rápidamente y la dinámica de ambos destinados ha cambiado un poco. El pequeño alfa ha comenzado a tomar las manos de sus padres sin restricción alguna de por medio. Algunos patrones de conducta condicionados a sus compulsiones y obsesiones aún siguen ahí, pero cada día consigue hacer más cosas sin necesidad de seguir reglas y normas exageradas, haciendo sentir orgulloso a su Uchiha.

El cambio que ha dado Naruto a partir del despertar de su alfa interior empieza a ser notorio en el instinto de protección y posesión para con su omega. Haciéndose cada día más dependiente de su presencia y armándole monumentales berrinches infantiles a causa de los celos que le carcomen, cada que puede sentir el aroma de otro alfa en las ropas de su pelinegro. Han llegado al punto en que sólo se despiden para dormir en sus respectivas casas.

Para Sasuke la felicidad que embarga su vida ha valido la pena, aun con lo difícil que ha sido su interacción con el pequeño sol desde un principio. No concibe su existencia de otra manera, el amor que siente por el otro, es tan grande que la palabra le queda corta. Sabe que solo queda esperar algunos años más, para enlazarse a su alfa y vivir completos.

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Las enormes ganas de vomitar no le han permitido salir de la cama. Lleva meses ocultando frente a su familia y principalmente a su alfa, que el dolor de cabeza y las náuseas son el pan de cada día, desde hace casi medio año.

Hace un esfuerzo monumental por incorporarse e iniciar con su metódica rutina diaria, pues hoy es el cumpleaños número 11 de su destinado. Ríe enorme cuando recuerda que le prometió a Naruto darle un pequeño beso en los labios como regalo de cumpleaños. Tiene que admitir que el regalo es también para el mismo.

Resulta que en los últimos meses, las hormonas de su niño están descontroladas y ha intentado de todo para tratar de seducir a su omega. Lo peor del asunto es que los ridículos intentos del menor funcionan a la perfección, haciéndole sentir tremendamente tentado.

Naruto ha crecido mucho, aún no le alcanza en altura, pero se ha convertido en un preadolescente muy atractivo, y para fastidio del omega, su amado rubiecito ha empezado a llamar la atención de otros niños de su edad, haciéndole sentir estúpido, pues monta en cólera cada que uno de estos le llama Naruto-kun a manera de mote cariñoso. Detesta que sea ilegal golpear niños. Aún recuerda el día en que terminó en la comisaría por intimidar y amenazar a un mocoso estúpido llamado Sai, pues el muy idiota tuvo la magnífica ocurrencia de acosar a su alfa en los sanitarios del instituto, tratando de verle el miembro. A leguas se notaba que el rarito iba a ser un omega y ningún otro omega aparte de él iba a admirar el miembro de su rubio. Se muerde los labios ante el pensamiento.

Ya no queda casi nada de las compulsiones y obsesiones del pequeño Namikaze. El amor y la colosal devoción por su destinado, le han hecho poco a poco y con mucha paciencia, ir dejando de lado este trastorno, que si bien no tiene cura, se aprende a sobrellevar hasta lograr tener una vida normal, tal y como lo es ahora.

Sale de sus cavilaciones y toma de la mesa de noche los supresores. Coge 5 pastillas del botecito y se las echa a la boca. Ha tenido que quintuplicar la dosis en el último año, pues resistirse a su destinado es algo humanamente imposible, al menos de manera natural.

La investigación de dichos supresores ha finalizado y apenas unos meses atrás ha sido patentado, aunque las advertencias claramente indican la dosis de únicamente una pastilla, de lo contrario las consecuencias pueden ser fatales.

Entra corriendo al baño, pues no puede retener el vómito como cada mañana. Vacía el estómago y cuando está a punto de jalar la cadena, siente el sabor metálico en la boca, lo que mira en el cuarto de baño le deja petrificado.

Ha vomitado sangre.

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—No me contesta—cuelga el celular con un gesto de evidente preocupación.

—Tranquilízate—Shisui trata de serenar al otro alfa mientras toma su hombro—¿Crees que se perdería la fiesta de su destinado?

—Por eso es extraño—masajea su sienés—Todo lo que tenga que ver con Naruto es primordial para Sasuke.

—¡Oh, mira! —señala el automóvil negro que se estaciona frente a la casita Namikaze—Ya llegó.

El hermoso Uchiha, entra a la bonita morada con su traje negro de corte italiano hecho a la medida, acompañado de esa confianza que le convierte en el omega más codiciado. Saluda a los padres del rubio y a sus propios progenitores, sorprendido porque Naruto no ha salido corriendo para echársele encima y estrujarle.

Camina al jardín trasero, donde encuentra a su alfa, quien ayuda a acomodar unas sillas en la mesita dispuesta en el área. Al sentir una presencia, el pequeño zorro se da la vuelta y Sasuke se paraliza al sentir que Naruto le mira de una manera indescifrable, una mirada que él nunca ha visto en los cálidos ojos de mar.

—¿Qué pasa? —interroga confundido.

—Sasuke—murmura en un hilo de voz—No siento tu aroma...No esta tu aroma.

Continuará....

MY  SWEET ALPHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora