Capítulo 4: Oso de peluche.

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Me encontraba esperando en la cafetería, llegué una hora antes para contemplar un poco el significado de una «Mañana pacífica», pero se torno un poco turbia al ser recibido con un abrazo de un oso de peluche gigante, pese a que me haya negado simplemente se lanzó encima. Para mi sorpresa había algún tipo de conmemoración el día de hoy, ya que todo el lugar se encontraba adornado de forma festiva. Mi café finalmente ha llegado, como si fuese copa de vino disfruto de su olor y doy los primeros sorbos que acarician mi alma. Creo que no existe un momento que me sienta mas vivo que este. No pido nada para desayunar debido a que tengo que esperar al profesor, así que por lo menos quiero disfrutar un poco mi soledad antes de su escandalosa presencia. Mientras disfruto de los sorbos de mi café, me percato que frente a mi mesa se encontraba una chica sentada con su teléfono. Trae en si un cárdigan color verde oscuro acompañada de un vestido largo color beige, y como accesorio una cartera marrón. Su cabello es castaño y su tono de piel es acaramelada. Al parecer se encontraba conversando en su teléfono mientras que la mesera estaba esperando ante una respuesta de su pedido, pero simplemente la ignoraba. Una situación que me causa repelús al ver, es el tipo de personas que me gustaría mantener lejos en mi vida.

—Por ahora no me interesa nada. —Expresa completamente a secas y sin levantar la mirada—.

Veo que las normas del buen hablante y del buen oyente las tiene muy bien pautadas. ¿Qué edad tendrá? Probablemente unos veinte.

Reviso mi celular y me indigno al ver que el profesor lleva un retraso de treinta minutos, lo cual es extraño ya que el siempre ha sido el mas puntual, o por lo menos así lo era en las clases. De verdad que no puedo negarle nada al hambre, así que ordene unos emparedados para poder amortiguar el descenso de carbohidratos. Supongo que es lo mejor, no quiero tener algún tipo de indigestión al comer frente a alguien tan extravagante. Mientras masticaba el sándwich, el oso se adentra a la cafetería y se aproxima hacia mi dirección. Simplemente lo ignoro y prosigo con mi comida. Empiezo a notar periféricamente que el oso se encontraba bailando, no me inmuto al respecto. Luego de un breve momento de su patético espectáculo coloca sus manos sobre su cintura y me dirige la palabra:

—De verdad que he dado mi mayor esfuerzo en ese baile, ¡Tan siquiera míralo!

Me limito a seguir comiendo y la personificación se sienta frente a mí, se quita la cabeza del disfraz y cruza sus brazos, de verdad no se porque no me sorprende.

—¡Eres alguien muy difícil de contentar Estivi!   ̶ Exclamo el profesor—.

—¿Por qué traes ese disfraz?

— Les dije a los de la cafetería que quería conmemorar un gran encuentro entre colegas y les pedí permiso para adornar todo el lugar. ¡Y mira que hermoso quedo!

—¿En serio gastaste dinero en esto?

— El dinero es lo de menos Estivi, después de todo no puedes comprar la felicidad con él, fíjate que ni siquiera pude sacarte una sonrisa.

—No creo que el abrazo de un hombre trajeado de oso vaya alegrarme una mañana. Además... ¿No vendrías con alguien más?

—¡Me gusta ese entusiasmo! Sabía que la emoción que existe al conocer nuevas personas estaba dentro de ti.

—No exactamente.

Gira el torso hacia atrás y dice. —Úrsula ven aquí para presentarte a mi otro alumno.

Efectivamente, la misma chica maleducada que se encontraba frente a mí se acercó hasta donde estábamos sin levantar la mirada de su teléfono.

—Ella es la diseñadora principal del proyecto. —Añade el profesor—. Espero que ambos trabajen en conjunto desde ahora.

Extendí mi mano para recibirla cordialmente con un saludo y fui ignorado por completo, ella se percata que esta cerca del asiento libre del profesor, pero decide sentarse a mi lado. Definitivamente la vida juega un papel en contra de mi existencia. El profesor luego empezó a platicar innecesariamente sobre sus días como estudiante, esas historias que ha contado una y otra vez que aun recuerdo con fastidio. Al finalizar pide que le entregue la carpeta junto con las ilustraciones que preparé.

—Me encanta como lograste transmitir por completo la esencia de Aurora. Pero siento que la vestimenta no va con ella... ¿Qué opinas tu? —Le pregunta a Úrsula direccionando la carpeta hacia ella—

—¿A quien se le ocurre usar naranja? Es demasiado llamativo para lo que representa el personaje. —Comentó sin haberle dedicado algo de tiempo en observar mi trabajo—.

Mi paciencia se veía consumida debido a esas vibras tan arrogante que emanaban a su alrededor. Sacó un bolígrafo de su cartera e inmediatamente empezó hacer todo tipo de correcciones violentas sobre la mesa, cambiando así todo lo que había trabajado.

—La vestimenta tampoco va con ella, es demasiada moderna y pierde por completo la visión que se tiene sobre su patología ¿No lo crees?

—¿Entonces quieres caer en el estereotipo de que las personas frías tienden a vestirse de forma gris? —Pregunté indignado—.

—No me refiero al estereotipo sino a la personalidad. Si una persona ve la vida con tonos grisáceos, vestirá con ciertos tonos. Nuestra forma de vivir también se ve reflejada en cómo vamos vestidos. —Hace una pausa para mirarme con detenimiento, se ríe un poco y continúa—. Ya deberías de haberte percatado ¿no?

No tenía respuesta a lo que me dijo, me sentí como un niño después de ser regañado: Impotente y sin argumentos coherentes para la defensa. Y si llegase a oponerme básicamente estaría presentando un berrinche.

—¡Ustedes dos tienen mucha química! —Decretó el Osito—.

Toda la tensión se dirigió hacia él, revistiéndolo con nuestras miradas incandescentes.

—Es lunes muchachos, los lunes suelen ser agotadores, es hora de que ustedes se relajen un poco. Ya se conocen que es lo más importante. ¡Así que continuemos nuestra mañana trabajando!

La chica cruzo sus brazos y dice: —Solo mencionó que conocería a un nuevo compañero de trabajo, así que no me veo obligada a socializar con él. Si me disculpa, necesito darle unos arreglos a este desastre. —Se levanta junto con los bocetos para salir de la cafetería—.

La observo con intenciones de detenerla, pero el profesor me detiene comentándome lo siguiente:

—Es más tímida de lo que parece Estivi, creo que el hecho de estar aquí y conocer a alguien nuevo es un gran paso en su desarrollo personal. Tu trabajo es excelente, y sé que a ella le gustó más que a mí.

—¿Gustar? No creo que esa persona tenga alma.

—¡Tú eres el único que no tiene alma! Estivi, tus emparedados se enfriaron, !Tan deliciosos que son calientes!

Centre la mirada en mi plato y me di cuenta de dos errores, el primero es que debido a la aburrida platica del profesor se me quito el apetito dejando que mi desayuno se enfriara y la segunda es que he vuelto a quedar solo con él, esta vez disfrazado de oso. Ahora tengo que averiguar cómo podría quitármelo de encima...

Mis tonos en tu lienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora