—¡Vamos Steven, sin miedo! —Dice Verónica, mientras alienta la situación.
—No tengas miedo, hombre, no pasara nada. —Dice Gerardo.
—¡¿Qué no tenga miedo dices?! ¡Me van a matar! —Exclame temeroso.
—¡Vamos, esto te ayudara con tu bloqueo! —Dice el profesor.
—¡¿Quién coño me ha tocado el culo?! —Dije indignado.
En momentos como este, es donde más pienso. «¿Qué clase de eventos tuve que haber vivido para llegar hasta este punto?». Me encuentro con los ojos vendados, muerto de nervios sin orientación alguna de a donde debo de ir o que debería de hacer, por favor que alguien me saque de aquí.
Tres semanas antes del picnic.
Me encuentro frente al lienzo esperando a que Verónica llegue a ser retratada. No puedo dejar de pensar en su presencia desde el día anterior en el barrio de las letras. Creo que nunca había estado deseando su presencia como hoy... Marta se encuentra en el sofá compitiendo con sus gatos por ver quien bosteza más, por otro lado, estoy realizando un boceto en mi libreta ante mi espera.
—¡Pero que cansancio! —Exclama entre bostezos.
—Esos ánimos harán que me duerma. —Compartí un bostezo con ella.
—Llevas mucho rato esperando a Verónica, ¿Seguro que vendrá?
—Le pregunte hace como media hora y me envió «Tranquilo, ya casi me vengo», sinceramente no quiero pensar en lo que se refiere con esa frase.
—¡Ella si disfruta de su juventud!, en mis tiempos era igual a ella, no tienes idea de lo codiciada que era entre los hombres. Pero siempre los dejaba con las ganas, como me encantaba hacerme la desear y poder sacarle provecho a cada uno de ellos.
—¿También era extorsionista como Verónica?
—¿Extorsionista?, la mayoría de los hombres en mi época eran patanes engreídos. Aún recuerdo esas propagandas que me hicieron ver de pequeña. Si quería ser la mujer ideal, tenía que cocinar, lavar, planchar, siempre andar linda y presentable, considerar al hombre luego de su ardua jornada de trabajo, tenía que saber cuidar bebes, hacer compras y ser una muñequita de porcelana, sobre todo actuar de una manera frágil y vulnerable. Pero yo no era cualquier ingenua, a mí nadie me tenía que decir que hacer o decir, una vez que me gradué de la escuela de monjas luche y batalle por mi derecho al trabajo, la paga era mísera y siempre eran forzosos con la intención de hacerme renunciar, pero jamás flanquee al respecto. Pero eso no fue lo peor del caso...
—¿Qué fue lo peor del caso? —Pregunte lleno de incertidumbre.
—Resulta que, buscar un marido era un requisito obligatorio en la vida de la mujer y para colmo tenía que tener tantos hijos como pudiese. Y debido al pequeño problema de que no quería casarme a mis diecisiete años, tuve que participar de manera obligatoria al Servicio Social Femenino ya que esto era un "Deber nacional", odiaba la idea de pasar seis meses encerrada en algún hospital, escuela o cualquier otro lugar donde me "enseñaran" a ser mujer, pasé meses planchando, lavando, cocinando y aprendiendo como cuidar bebes de forma obligatoria.
—¿Y que hubiera ocurrido si usted se negaba?
—Si te negabas a todo esto, no te reconocían como persona, no podrías tener acceso a cuentas bancarias y nunca trabajar, tampoco te darían carné de conducir ni mucho menos pasaporte. Así que mi plan fue, doblegar mi orgullo y soportar ese castigo para irme lejos una vez obtuviera mi pasaporte, aunque no fue para nada fácil conseguirlo. Así que use a mi favor mi gran perspicacia y la pobre mentalidad del hombre promedio, me adelante y empecé armar conexiones que me tomo ciertos años; no te miento, en mi tiempo era toda una bomba. Las miradas se fijaban en mí y todos querían casarse conmigo o volverme su esclava marital, pero, así como ellos, les vendía falsas promesas para lograr mi cometido, tanto fue mi ambición que logre tener mi pasaporte, una vez en mano me largue lejos a un país de Latinoamérica, donde me enamore perdidamente de Puerto Rico. Estando allí, le mandé cartas a mi familia y estos enloquecieron, ya que me fui a escondidas a empezar una nueva vida.
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Mis tonos en tu lienzo
Storie d'amoreSteven es un Artista de 33 años de edad que perdió por completo su amor al arte. Viviendo amargado y bastante distante de cualquier responsabilidad afectiva, se ve envuelto en ciertos acontecimientos la cual se ve obligado a interactuar. Siendo uno...