Ha transcurrido una semana desde la tragedia. Para pasar el tiempo estoy terminando de armar el rompecabezas con Marta mientras degustamos algunas galletas.
—¡Que emoción! ¡Ya solo falta menos! —Dice Marta mientras amuebla las ultimas piezas.
—Si, no puedo creer que nos haya tomado bastante tiempo.
Solo faltaban cinco piezas, Marta coloco dos mientras que yo poseo las últimas tres. Cuando estuve a punto de colocar la última me detengo, miro con atención la obra para luego cederle la pieza
—¿Qué ocurre? Colócala.
—Es mejor si lo hace usted, después de todo fue la que más tiempo le invirtió en armarlo. —Le entrego la pieza.
—¡Que dulce eres!, no puedo creer que ya todo este estrés se ha terminado. —Dice mientras coloca la última pieza—.
Marta y yo admiramos en silencio el rompecabezas de diez mil piezas completado.
—¿Y ahora qué? ¿Lo desarmamos? Aunque me da dolor hacerlo... —Dice Marta.
—Lo mejor sería comprar un pegamento especial para rompecabezas y así enmarcarlo. —Respondí.
—¡Que alivio! —Se sienta mientras coloca su mano en el pecho—. ¿Y tú no piensas llamar a Verónica?
—No creo necesitarla. Puedo continuar con ese trabajo sin su presencia.
—Eres demasiado orgulloso. Pienso que estas malinterpretando toda la situación.
—No, no lo hice. El profesor había mencionado con anterioridad que llevaría una acompañante, y resulto ser ella. Prefiero no tener problemas con mi jefe y no volverla a ver.
—Por como lo dices, ese no parece ser el problema. Sino otro... —Me observa atentamente.
—No... No existe otro.
—Pero ella solo trabaja con fines artístico, ¿O acaso hay otro asunto de por medio?
—No hay ningún otro asunto. Y por favor deje de preguntar.
—Si, en definitiva, ocurre algo. Pero está bien, ya se te pasará el berrinche.
Luego de terminar el rompecabezas y conversar con Marta, fui camino a la cafetería a verme con Úrsula, me estuvo enviando con cierta "urgencia", según los mensajes, me estaba esperando para conversar sobre un tema. Acepte ir solamente para aclarar la realidad y así evitar incomodidades en el trabajo, enfrentar esto con madurez y continuar con normalidad.
Ambos nos encontramos sentados en la mesa, frente a frente esperando a que alguno de los dos doblegara su orgullo para expresar primero lo de aquella noche, nuestras miradas se mantenían sostenidas con cierta alerta, como si fuéramos dos depredadores esperando a que alguno se equivoque y termine siendo la presa. Las camareras se encuentran hablando a nuestras espaldas porque hemos ordenado cierta cantidad de postres y tazas de café sin exponer alguna palabra.
—Entonces... Te aprovechaste de una mujer ebria e indefensa, en un lugar un tanto alejado de la reunión, donde de no ser por el profesor, me hubieras llevado a un hotel y hacer de las tuyas. —Dice Úrsula mientras revuelve el café con su cuchara.
—No puedes ser tan amarillista... Eras tu la que andaba proponiendo el escenario.
—¡Ja! ¡¿Crees que aceptaré el hecho de que estos labios fueron los que se acercaron a los tuyos?!, estas loco, el encierro te tiene enfermo.
—Al parecer loco y jodidamente guapo.
—...
—"Qué tal si vamos a un lugar donde tanta luz no nos moleste" —Cite su oración.
ESTÁS LEYENDO
Mis tonos en tu lienzo
RomanceSteven es un Artista de 33 años de edad que perdió por completo su amor al arte. Viviendo amargado y bastante distante de cualquier responsabilidad afectiva, se ve envuelto en ciertos acontecimientos la cual se ve obligado a interactuar. Siendo uno...