Dedicatoria

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Esta historia va dirigida para todos aquellos que, en su presente o algún punto de su vida, llegaron a olvidar esa pasión que los motiva. Perdiendo esa conexión con los colores que realmente los representan, siendo opacados por tonos ocres o escalas de grises. 
No puedo dejar atrás a aquellos que, por la ambición del lujo, vendieron sus manos en lienzos que los hacen sentir incompletos. Abandonando un sinfín de movimientos artísticos que estaban a su alcance, todo para complacer al público y quizás, a "ellos mismos".
Y que decir de esos artistas que cambiaron su nombre y su forma de retratar la vida debido a la inconformidad de una minoría. Provocando que un mantel oculte esa obra considerándolo un "pasado". Todos tenemos nuestras razones, pero, es difícil comprender cómo una persona tan creativa soltó su lápiz, pincel o cincel y decide dar por finalizada una obra inconclusa.

Es desolador como todos, en un inicio, llegamos a dibujar el sol en una esquina y, sin percatarnos, ya no sentimos la necesidad de colocarlo. Pero recuerda, querido lector, la vida no es como te la pintan. Eres el único que tiene en sus manos una paleta de colores capaz de pintar cien soles de distintas tonalidades.

Si de alguna manera conectaste con lo antes dicho, no debes preocuparte. Nunca es tarde para volver a crear. Y para ello, no necesitas los mejores pinceles ni perfeccionar tu técnica. Mucho menos arrugar una hoja que esta dispuesta a contar una historia. No olvides que, hace mucho tiempo, pintaste nubes y estrellas con tus propios dedos. Y ese resultado llenó de orgullo a alguien más.

¡No necesitas ser un experto, para ser un gran artista! —Rui Torres.

Mis tonos en tu lienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora