𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 1 - 𝑨𝒎𝒚💜

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La primera noche que fui a acampar tuve tanto terror que sólo pude conciliar el sueño hasta altas horas de la noche

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La primera noche que fui a acampar tuve tanto terror que sólo pude conciliar el sueño hasta altas horas de la noche. Cada pequeño ruido me parecía algo terrorífico en medio de la espesa oscuridad del bosque. El crujir de las hojas me parecían pisadas de un enorme oso a punto de atacarnos; por supuesto que en ese momento olvidé que en Hawkins no hay osos.

Al final ahí estaba, de nueva cuenta, empacando en mi mochila lo más mínimo para llevar sin levantar sospechas en casa.

Tomé una pijama de felpa en color gris con estampados de una pequeña alpaca siendo montada por un koala. Me parecía tremendamente ridículo el intento de hacer ver lindos a esos dos animales juntos pero la usaba casi a diario porque era bastante cómoda y tibia una vez que te metías bajo las cobijas.

Cerré la mochila de manera apresurada y bajé las escaleras en busca de mis padres.

—¿A qué hora regresas mañana? Debemos ir a la iglesia— murmuró mi mamá desde la cocina.

—Como a las diez— respondí besando su mejilla— Nos vemos, papá —agregué al verlo acercarse a mí.

—Cuídate mucho, por favor... Sabes que Lane Buckley no me cae para nada bien.

—Lo sé papá... Lo sé— respondí torciendo los ojos mientras caminaba hacia la puerta.

Me detuve junto al auto frente a mi casa y ahí estaba él, con su preciada chaqueta de piel y pantalones ajustados, su cabello meticulosamente arreglado y ese fuerte aroma a perfume que él aseguraba que lo hacía ver más varonil. No sé que tenía que ver una cosa con la otra.

—Sabes que me choca tener que esperar— bufó recargado en su auto.

—Podrías comprarme un carro y así no tendrías que llevarme tú— sugerí con burla.

—Amaneciste muy graciosa— ironizó.

Tiro la colilla de cigarro al piso y entramos al auto.

—¿De nuevo iras a fumar mota con esos perdedores?

—Ni siquiera me voy a molestar en contestarte eso— baje el espejo frente a mi asiento y saqué un labial.

—Vuelves a dejar eso como estaba— hizo una mueca de desagrado y extendió su mano por encima del volante.

—¿Por qué andas tan molesto el día de hoy? Más que de costumbre— suspiré.

—Yo no te pregunto por tu vida privada, deja de hacerlo con la mía— lamió sus labios sin dejar de mirar al frente.

—Te pido disculpas por preocuparme por ti, Billy— repliqué con sorna.

Mi hermano era una persona muy voluble.

Nunca se podía saber cómo iba a amanecer su estado de ánimo, aunque en general no era bueno.

No teníamos la mejor relación del mundo pero siempre supuse que así debía llevarme con él. Hay una regla no escrita que dice que no puedes llevarte del todo bien con tus hermanos. Debe haber un equilibrio entre detestarlos sobremanera y amarlos como a tu propia vida.

RAMÉ || Eddie Munson || ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora