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Me senté en la mesa de la cafetería con mi bandeja de comida en una mano y un volante color naranja en otra.
—¿Qué es eso, Eddie? —preguntó Jimmy, mi compañero de clase.
—Es una invitación que me dio una chica para la fiesta de Halloween —miré a Xavier frente a mí y picaba su comida con rabia sin voltear a verme.
—¿Irás a la fiesta? —cuestionó el mismo chico.
—Aún no lo sé —suspiré y busqué a Amy con la mirada. Estaba en la misma mesa de siempre con Robin y Argyle.
Ambas chicas llevaban una coleta. Robin tenía el cabello muy corto y aunque se le veía lindo, Amy se veía preciosa con su larga cabellera, no le pedía nada al cabello de Argyle. El suyo era castaño y ondulado que caía hasta su cintura, aunque lo tuviera sujetado se le seguía viendo igual de largo y hermoso.
—¿Te divertiste con tu proyecto de artes? —preguntó Xavier con un tono burlón.
—A decir verdad, la pasé increíble —sonreí. No era mentira—. ¿Cómo te fue con Henry? —empecé a comer.
—He sabido que es difícil —levanté la vista hasta él.
—Lo es... —bufó.
Sabía que la estaba pasando mal y mentía para no decir que odiaba a su compañero de proyecto pero lo conocía tan bien que me bastaba con ver su coleta mal hecha y su ceño fruncido para saber no estaba bien.
—Xavier... No hice equipo con alguien más por algún motivo personal contigo —expliqué. Todos los chicos de la mesa me miraron al notar la seriedad de mi voz—. Sabes que no lo haría para dañarte pero debo empezar a tomar más en serio mis asignaturas, conoces la situación con mis padres.
Dejó de clavar la comida con su tenedor pero seguía sin mirarme, sólo observaba las líneas de la madera que formaban la mesa en la que comíamos.
—Siempre has sido un cerebrito, Munson —finalmente levantó su vista— no sé cuál es tu apuro de sacar buenas notas, estoy seguro que esto no es por el proyecto de artes, es por Amy Hargrove que quieres alejarte de mí —apretó los puños.
Todos los chicos guardaron completo silencio y nos miraban a él y a mí simultáneamente.
—Estoy con ella por mis buenas notas ¿Sabes que es fotógrafa? Sólo por ello quise hacer equipo con ella —me crucé de brazos— Sabes que mis papás me están pisando los talones por lo de mi examen de admisión, ahora menos que nunca puedo bajar mis calificaciones —me recargué en la mesa—. Lo mío con Amy es puro interés -lo señalé.
—Eso espero, Munson —me amenazó con el tenedor— sabes que no te perdonaría que un romance de verano se metiera entre nuestra amistad.
—Claro que no —lo miré a los ojos— ¿Amigos? —le ofrecí el puño.
