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Las mañanas comenzaban a ser frías y las personas usábamos hoodies, suéteres grandes o chamarras; los más presumidos como mi hermano, usaban vistosas chaquetas de piel o mezclilla.
Los vidrios del auto se empañaban y yo me dedicaba a dibujar corazones con el dedo mientras Billy conducía en silencio rumbo a la escuela.
Tal vez en otras circunstancias me habría ido caminando pero mis padres estaban igual de histéricos como todo el pueblo y me obligaban a irme con mi hermano.
—Deja de dibujar cursilerías en mi auto— renegó mirando el vidrio.
—¿Por qué? ¿Te voy a espantar a tus conquistas?— bromee sin mirarlo ni dejar de hacer dibujos.
—¡Ya basta, Amy!— me tomó de la muñeca- Lo estoy diciendo enserio.
—Yo también— reí.
Agarré su mano y le di un beso para dejar mis labios pintados. Era mi forma pacífica de molestarlo.
—¡Amy!— grito— ¡Maldita sea! Te dije claramente que no me besaras— se estacionó a la orilla de la carretera.
—¿De verdad te vas a detener sólo para borrarte un beso de tu hermana?— reí.
No se preocupó en responder por estar limpiando su mano con el pañuelo que siempre cargaba.
—Mañana le diré a mamá que te dé un beso en la frente para que llegues a la escuela con sus labios pintados en el rostro— solté una carcajada.
💜
—¿Trajiste tu ropa de deportes?— preguntó Robin.
—Sí— torcí los ojos.
El jefe de Policía había venido a la escuela desde el incidente del asalto y habló con el director de la escuela para que todos recibiéramos clases de defensa personal.
Me parecía algo estúpido.
Era más fácil que la policía hiciera bien su trabajo y encontrara al asaltante a que todos los alumnos recibieran clases de autodefensa.
—¿Por qué no vino Argyle?— pregunté.
—Creo que sus tíos andan en algunos asuntos, ya sabes que la escuela no es de lo más importante para ellos— suspiró y le clavó el tenedor a su comida.
Después del almuerzo teníamos clase de deportes, la clase dónde aprenderíamos defensa personal. Robin y yo entramos a los baños y me puse únicamente un pants gris, ya traía un hoodie. No quería tener que cambiarme completamente de ropa.
Salimos al gimnasio y habían llenado el piso de grandes colchonetas de colores. Me asustaba un poco el escenario, al parecer no sólo íbamos a ver teoría, sino que nos íbamos a dar en la madre unos con otros.
